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Muchacho fue detenido en el marco de la investigación por el crimen de Beto

El joven fue apresado este jueves por la PDI en una casa de Andreu al 1200. Le secuestraron un revólver calibre 38, municiones y tres celulares. Hay medidas para determinar si posee relación con el homicidio del muchacho, dijeron voceros judiciales

Un joven de 23 años quedó detenido luego de que en un allanamiento el personal de la Policía de Investigaciones (PDI) le secuestrara un revólver calibre 38 y municiones en Andreu al 1200, de Villa Gobernador Gálvez. El operativo se realizó en el marco de la investigación por el asesinato de Juan Alberto “Beto” González, quien fue atacado a balazos el 1° de abril pasado en Andreu al 1300, a una cuadra de donde este jueves hicieron el procedimiento.

Según fuentes policiales y judiciales, el personal de la PDI hizo el procedimiento este jueves por la mañana en una vivienda de la cuadra de Andreu al 1200 donde se incautaron de un revólver calibre 38, 33 cartuchos intactos del mismo calibre y tres celulares. En ese lugar, los investigadores detuvieron a Brian O., de 23 años. El joven quedó incomunicado hasta que tenga la audiencia imputativa donde será acusado, en un principio, por la tenencia del arma de guerra, describieron los voceros policiales para agregar que llegaron a esa dirección tras una serie de medidas realizadas en el marco de la pesquisa por el asesinato de Juan Alberto “Beto” González.

Consultados sobre la relación con el crimen, voceros judiciales indicaron que tanto el revólver, las municiones, al igual que los tres celulares hallados en la vivienda fueron enviados a peritar. “Por el momento quedó detenido por la tenencia de arma, pero hay medidas en curso en relación a su posible vinculación con el homicidio. La audiencia será en los próximos días”, agregaron las fuentes.

Mataron a un laburante

Beto González tenía 23 años y trabajaba desde los 12; actualmente se desempeñaba como repartidor de achuras, un oficio que le demandaba varias horas de trabajo. “Mi hermano estuvo en el lugar equivocado en el momento equivocado”, dijo en diálogo con El Ciudadano, Antonela, su hermana menor. La principal hipótesis de los pesquisas es que los tiradores confundieron la silueta de Beto con la del verdadero blanco, quizá alguien que vive cerca del lugar del crimen.

Esa noche del lunes 1º de abril, víspera de feriado del Día del Veterano y de los caídos en la guerra de Malvinas, a Beto lo había invitado a salir y pese a que a la mañana siguiente debía trabajar, accedió para no fallar a sus amigos. Cenó con su familia: su papá, mamá y su hermano adolescente. “Voy a venir temprano porque trabajo medio día”, dijo el joven y se despidió.

Beto salió arreglado y perfumado en su Volskwagen Bora, el auto que se compró con esfuerzo y aún estaba pagando, camino a la casa de su amigo Brian, a unas seis cuadras de su casa, en Andreu al 1300, de la vecina localidad.

“Mi hermano llegó a la casa de Brian, que supuestamente entró a la casa a bañarse y le dijo a Beto que pase, pero él se quedó afuera con el celular, parado de espaldas a la calle, reconstruyó su familia a este diario en medio de la conmoción y el dolor.

A las 23, apareció furtiva una moto con dos ocupantes que sorprendió a Beto. No le dieron tiempo a nada: en segundos, una ráfaga de plomo hizo blanco en su cuerpo. Después de la acción homicida los asesinos huyeron; Beto quedó malherido en gravísimo estado. Del hospital Gamen lo trasladaron al hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), donde peleó por su vida por nueve días cuando los médicos informaron que había fallecido. Ahora sus familiares sólo esperan Justicia.

El dolor de la familia de Beto: “Quisiéramos despertar y que él esté acá»

 

 

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