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Otra de película: se fugaron 9 presos en un traslado penitenciario

En el minibús viajaban 13 internos rumbo a la cárcel de Coronda. Siete continúan prófugos. La Fiscalía adelantó que imputará a diez agentes por "facilitamiento de evasión" y dijo que uno de ellos se encuentra herido, fuera de peligro.

Rosario tuvo otra escena de película en el área de seguridad. Un colectivo del Servicio Penitenciario que trasladaba a 13 internos desde Rosario a Coronda detuvo la marcha en medio de la autopista a Santa Fe, cerca del ingreso a Granadero Baigorria, y nueve convictos se fugaron en medio de un intercambio de disparos. El incidente ocurrió este miércoles al mediodía, dejó a un uniformado baleado y generó revuelo. En pocos minutos las máximas autoridades del Ministerio de Seguridad llegaron al lugar bajo promesa de recapturar a cada uno de los evadidos mientras decenas de policías “peinaban” los pastizales. La hipótesis de una emboscada con vehículos particulares se debilitó con el correr de las horas y desde el Gobierno dijeron que los convictos tomaron el control por sus propios medios. Sin embargo, la Fiscalía abrió causas por “facilitamiento de evasión” a diez agentes. Al cierre de esta edición, siete hombres continuaban prófugos.

Desde el Ministerio de Seguridad informaron que un minibús del Servicio Penitenciario había traído a Rosario a 13 internos alojados en la cárcel de Coronda para una visita familiar que se realizó dentro de la Unidad Penitenciaria III de Riccheri y Zeballos. Y que la evasión se produjo de regreso a la cárcel, en el kilómetro 3 de la autopista Rosario – Santa Fe, a la altura de Granadera Baigorria, minutos después del mediodía.

Dos versiones circularon sobre la mecánica de la fuga. La primera aseguraba que el colectivo con presidiarios fue emboscado por un vehículo particular del que descendieron hombres armados y facilitaron el escape. Pero con el correr de las horas, desde Gobierno dijeron otra cosa. Que los convictos tomaron el control del colectivo que los trasladaba por sus propios medios y sin ayuda de terceros. Según esa versión, uno de los detenidos comenzó a gritar y a golpearse contra los laterales del vehículo y cuando los uniformados detuvieron la marcha para ver qué pasaba, fueron reducidos a golpes de puño por varios reclusos, quienes tomaron el control de la situación, las armas de los uniformados y se fugaron. Ningún investigador pudo confirmar si los reclusos viajaban esposados.

Los dos relatos terminan igual. De los 13 internos que eran trasladados, nueve escaparon y sólo dos fueron recapturados en las horas siguientes a la fuga, aunque las identidades de éstos últimos no fueron dadas a conocer por fuentes oficiales.

Durante la evasión, un empleado penitenciario recibió dos balazos, uno en el glúteo y otro en la pierna, y quedó internado fuera de peligro. Varios de sus compañeros recibieron curaciones por contusiones, según informó Daniel Corbellini, director general de la Central OJO.

Sospechas de facilitamiento

No obstante, desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA) informaron que el fiscal de Flagrancia Marcelo Maximino les formó causa a diez agentes del Servicio Penitenciario involucrados en el traslado por el delito de “facilitamiento de evasión”. También secuestró las armas reglamentarias y los teléfonos celulares de los uniformados para peritar. Más tarde se le dio intervención en la pesquisa a la fiscal de Violencia Institucional Karina Batocci, quien investiga junto a efectivos de Asuntos Internos de la Unidad Regional II.

“Confuso episodio”

Por su parte, el ministro de Seguridad de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, calificó el escape como un “confuso episodio” y supervisó en el lugar de la fuga los trabajos que realizaban los investigadores.

La zona se llenó de policías que rastrillaron los pastizales en busca de prófugos y que además buscaban rastros de dos vehículos con la hipótesis de que al ponerse en fuga los reclusos los habían robado para huir. Más tarde, los propietarios de una Volskwagen Suran y de un Fiat 147 denunciaron los robos y ambos rodados fueron secuestrados en las horas siguientes.

¿Quiénes se evadieron?

Los nueve presos que se evadieron tenían condenas por o causas abiertas por homicidio, robo y amenazas, según fuentes oficiales.

– Nahuel Arce (26), condenado a 8 años de prisión por homicidio, cuya pena vence el 29 de septiembre de 2022.

– Diego Alberto Sosa (25), condenado por robo a 6 años y 6 meses de cárcel.

– Alfredo Patricio Rojas (34), un chaqueño radicado en Rosario condenado a 25 años de reclusión por homicidio agravado por el uso de arma de fuego, amenazas coactivas y lesiones graves.

– Hugo Alberto Peralta (37), también nacido en la provincia de Chaco y residente en Rosario, condenado a 20 años y 2 meses de prisión por los delitos de amenazas calificadas, robo simple y robo calificado por el uso de arma de fuego.

– Alberto Augusto Quiroz (42), condenado a 13 años y 8 meses de cárcel por el asesinato en enero de 2015 del taxista Hugo Camilo durante un robo.

– Carlos Andrés D’Angelo (33), quien recibió una condena a 23 años –tenía dos reincidencias- en marzo de 2017 por el homicidio en octubre de 2014 del comerciante Edgardo Giménez en la localidad de Granadero Baigorria. Junto a él fue condenado también un hermano, Fernando D’Angelo, a 18 años por el mismo hecho.

– Leandro Ubaldo Cabalié (32), sometido a una causa por homicidio.

– Alejandro Andrés Candia (33), quien posee una condena a 10 años y 4 meses de reclusión por los delitos de robo calificado, robo y amenazas.

– Mariano Ezequiel Cardozo (29), alias “Pato”, condenado a 14 años por el homicidio de un repartidor de huevos en Rosario, Luis Orlando Segovia, ocurrido el 16 de mayo de 2008.

Otra de acción

Otro golpe que ocurrió de manera muy similar fue hace dos años en el kilómetro 7 de la autopista a Santa Fe, cuando un utilitario del Servicio Penitenciario que llevaban a los entonces acusados de asesinar a Claudio «Pájaro» Cantero fueron emboscado y atacado a balazos por personas armadas que dispararon desde vehículos particulares.

Dentro del utilitario trasladaban a Luis «Pollo» Bassi, Milton Damario y Facundo «Macaco» Muñoz desde los tribunales de Rosario, donde habían presenciado una audiencia, rumbo a la cárcel de Coronda. Cuatro personas resultaron heridas mientras que el juicio para esclarecer el asesinato del líder de los Monos terminó con todos los acusados absueltos.

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