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Murió el escritor Leopoldo Brizuela

Trabajaba desde 2016 en la Biblioteca Nacional, donde estaba encargado de rastrear y rescatar archivos de escritores argentinos y su última obra publicada es "Ensenada. Una memoria"

El narrador, poeta y traductor Leopoldo Brizuela, autor de obras como Inglaterra. Una fábula (Premio Clarín de Novela en 1999) y Lisboa. Un melodrama, falleció este martes, a los 55 años como consecuencia de un cáncer del que estaba siendo tratado en los últimos meses.

Nacido el 8 de junio de 1963, el escritor había estudiado Derecho y Letras en la Universidad Nacional de La Plata y también canto con la compositora y musicóloga Leda Valladares.

Pero la vocación literaria se impuso y en 1985 publicó Tejiendo agua, su primera novela, a la que siguieron obras como Fado (1995) e Inglaterra. Una fábula, que recibió el Premio Clarín de Novela 1999, el Premio Municipal Ciudad de Buenos Aires y fue finalista del Premio Grinzaine-Cavour Deux Océans a la mejor novela traducida al francés.

Poco después otra novela, Lisboa. Un melodrama, fue finalista en el premio Rómulo Gallegos, en tanto que Una misma noche (2012) obtuvo el Premio Alfaguara y el Premio Von Rezzori –Cittá de Firenze como una de las cinco mejores novelas traducidas al italiano en 2013.

Brizuela también coordinó la serie de antologías El taller del escritor (El Ateneo, 1992-93), y El lugar del reencuentro, una serie de textos escritos por las Madres de Plaza de Mayo que él se encargó de seleccionar y prologar tras haber dictado durante cuatro años el taller de escritura de la Asociación, un trabajo por el que obtuvo diversos reconocimientos en Canadá, Brasil, España y Estados Unidos.

En 1993 participó del Congreso Literatura y Compromiso en Mollina y en 2002 fue escritor residente del Banff Center for the Arts en Canadá y en 2003 del prestigioso International Writing Program de la Universidad de IOWA.

Los disparadores de las obras de Brizuela son en la mayoría de los casos de origen histórico: Inglaterra está disparada por los sucesos de la la Primera Guerra Mundial y el genocidio de los indígenas, mientras que en Lisboa, el punto de partida es la Segunda Guerra y el exilio.

El escritor tradujo las obras de Henry James, Flannery O’Connor y Eudora Welty, entre otros y fue, además, coordinador de diferentes talleres de escritura, como el que llevó a cabo en la cárcel de mujeres de Olmos o el realizado en la Asociación de Madres de Plaza de Mayo.

Hace casi un un año, Brizuela había publicado su último libro, Ensenada. Una memoria, un texto polifónico y ligeramente autobiográfico que recrea los días de septiembre de 1955 en los que la Marina amenazaba con bombardear la refinería YPF si Perón no renunciaba a la presidencia.

El libro proponía también un retrato de su infancia, atravesada por la experiencia transformadora del peronismo, a la que que abordaba junto a otras cuestiones como el derrotero de la inmigración o el uso del lenguaje y el proceso de la escritura.

«Ya no se habla del texto. La forma, el lenguaje, y qué significa, porque una novela no solo significa por lo que cuenta sino por la forma. Y eso se perdió. Cosas básicas, como qué implica que en mi novela el punto de vista sea el de una nena. O la estructura, los finales, de esas cosas no se habla. Son circunstancias ajenas al texto en sí mismo las que parecen interesar. Y los propios escritores están demasiado preocupados por lo que hay afuera», se quejaba el escritor en una entrevista concedida a propósito de la aparición del libro.

Desde 2016 el escritor trabajaba en la Biblioteca Nacional, donde estaba encargado de rastrear y rescatar archivos de escritores argentinos y en esta última Feria Internacional del Libro de Buenos Aires había integrado el jurado del tercer Premio Literario Fundación El Libro y estuvo a cargo de la selección de textos del Maratón de la Lectura.

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