Carla Morasso
El 25 de mayo se conmemora internacionalmente el “Día de África” en rememoración de la creación de la Organización de la Unión Africana en 1963. Este día es una oportunidad para pensar en las relaciones entre Argentina y África: ¿qué nos une? ¿por qué debemos mirar hacia este continente lejano y desconocido? Malvinas y comercio, dos temas claves para entender un vínculo invisibilizado.
La cultura y las tradiciones argentinas están impregnadas de africanidad. Los asados a leña se remontan a las preparaciones culinarias traídas por los esclavos africanos que llegaron a las costas rioplatenses. El lunfardo porteño está colmado de palabras como “mina” (mujer) y “quilombo” (desorden) cuya etimología se vincula a palabras africanas. Es más, son numerosos los historiadores que sostienen que “tango” proviene de “tambo”, es decir, de los eventos sociales donde los afrorrioplatenses se reunían a bailar.
Pero a pesar de la rica herencia, las huellas africanas fueron diluidas en la historia argentina y hoy África se nos presenta como un lugar lejano e inexplorado que se ubica en los márgenes de la agenda externa. Sin embargo, África ha sido y es importante para Argentina y hay dos cuestiones centrales que debemos tener en cuenta.
El acompañamiento
La primera es el apoyo africano a los reclamos soberanos argentinos sobre las Islas Malvinas en diversos foros multilaterales y en particular en Naciones Unidas. En cada votación en la Asamblea General el acompañamiento de los miembros africanos, que representan aproximadamente un tercio del total, fue determinante para que el organismo emitiera resoluciones a favor de la posición argentina. Naciones Unidas es un escenario central para la resolución de la disputa de Malvinas y en los últimos días esto se puso de relieve con la resolución de la Asamblea General sobre la descolonización del archipiélago de Chagos que insta al Reino Unido a entregar la soberanía de las islas del Indico a la República de Mauricio (país africano) y desmantelar la base militar británico-estadounidense de Diego García.
La segunda cuestión es la relación comercial. Si bien las exportaciones hacia África representaron en 2018 solamente el 7.4% del total, el importante superávit que se mantiene con el continente es similar al déficit que se mantiene con otros socios comerciales. Así, por ejemplo, vemos que el superávit con África, que asciende a los U$D 3.629 millones, equivale al déficit que se mantiene con Estados Unidos por U$D 3.472 millones, o con Asia, por U$D 3.393 millones. Es decir, el intercambio con África, en particular con los países nordsaharianos, contribuye ampliamente a equilibrar la balanza comercial argentina.
Vínculos Sur-Sur
Además, África, en particular la región subsahariana, es un mercado en expansión al cual, si bien básicamente hoy se exportan desde Argentina productos argentinos de origen agropecuario, hay posibilidades de vender bienes con mayor valor agregado. De acuerdo al Banco Mundial, los países subsaharianos tienen una previsión de crecimiento económico del 3.6% para 2020, o sea mayor al estimado mundial (2.6%) y al de América Latina (2.4%). Entre las causas del crecimiento de estos países podemos señalar el incremento de las exportaciones de recursos naturales, pero también la llegada de Inversión Extranjera Directa y sobre todo el aumento de la demanda doméstica, fruto de la rápida urbanización, la expansión de los servicios y a una incipiente clase media.
Aunque aún son muchas las encrucijadas del desarrollo en la región –pobreza, corrupción, conflictos civiles– en este siglo África, con China como gran aliado, ha dejado atrás la etiqueta de “continente perdido” para promover el “renacimiento africano”. Y allí hay una tercera razón para que nos importe África: en un mundo que se ha tornado más multipolar los vínculos Sur-Sur son una herramienta para promover los intereses compartidos y traspasar las viejas fronteras eurocéntricas que nos impiden mirar hacia los lados.
Docente de la Escuela de Relaciones Internacionales. Coordinadora del Programa de Estudios América Latina-África. Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales. UNR