En tres años, los reclamos que recibió el ente de higiene urbana estatal Sumar cayeron un 56 por ciento. Así lo destacaron autoridades municipales, quienes reivindicaron la gestión pública de la empresa que este año cumple su décimo aniversario.
«Estamos muy satisfechos con la evolución que tuvimos en el último tiempo. Comenzamos la gestión con algunos problemas que dificultaron la prestación del servicio, pero en base a una serie de decisiones logramos mejorar sustancialmente. Lo visualizamos cada mes con una baja sostenida de los reclamos», afirmó la secretaria de Ambiente y Espacio Público, Marina Borgatello.
La funcionaria vinculó la mejora a diferentes factores: la inversión en mayor tecnología, la incorporación de un nuevo sistema de gestión, la adopción de nuevas rutas de trabajo y el cambio del contrato de mantenimiento de las unidades.
En números
Entre enero y abril de este año el Municipio acumuló 645 reclamos, menos de la mitad de los que se recibieron en igual período de 2016 (1.478). Las cifras ya habían caído en 2017 (fueron 814) y 2018 (732).
Los reclamos se dividen en dos categorías: recolección y equipamiento. Las quejas por recolección pasaron de 991 a 259 en 3 años (una merma del 74%). Las de equipamiento bajaron de 487 a 386 (-21%).
«Si bien los números pueden ser fríos, la realidad es que cada reclamo menos significa un vecino más que cuenta con un servicio mejor. Nos llena de orgullo porque muestra cómo pudimos mejorar la calidad de vida del ciudadano, que es al final de cuentas el objetivo que tenemos como gestión», aseguró Borgatello.
El camino
La baja de reclamos se logró en primer lugar gracias al plan de recambio de contenedores que se hizo entre 2017 y 2018. En ese período se instalaron 2.309 unidades, que representa el 100 por ciento de los dispositivos para residuos domiciliarios que maneja el ente de higiene pública Sumar.
La empresa estatal tiene a su cargo el servicio en las zonas más densamente pobladas de la ciudad: centro, macrocentro, avenidas, accesos y barrios Fonavi. Así se estableció en 2009, cuando se creó la empresa con el objetivo de dar un salto de calidad en la prestación de servicios de higiene urbana.
Desde el Municipio destacaron los efectos de incorporar un nuevo sistema de gestión, que permitió la planificación de la operación y un control óptimo de las tareas en calle.
Borgatello precisó que desde fines de 2017 se implementó un cambio en la frecuencia de las rutas de recolección, que consistió en eliminar el servicio del turno tarde y concentrar los esfuerzos en dos franjas de trabajo.
«El cambio del contrato de mantenimiento de los equipos nos habilitó una mayor disponibilidad de la flota en calle, ya que hasta 2018 estaban por debajo del 70 por ciento. A partir de fines del año pasado esa cifra está cerca del 90 por ciento, lo cual es muy positivo», aseguró la titular de la Secretaría de Ambiente y Espacio Público, quien además sumó la compra de nuevas unidades, como camiones y equipos compactadores.