Agencia Timón
Nekane Txapartegi es una ex concejal y ex presa política de origen vasco, detenida y torturada por la justicia del estado español y hoy refugiada en Suiza. Luego de más de dos décadas de persecución política y de denunciar públicamente la violencia sexual que sufrió como tortura durante su detención, hoy vuelve a enfrentar una amenaza a su libertad y su vida ante la apertura de una nueva causa en su contra, por la que España podría pedir al gobierno suizo su extradición.
El pasado miércoles 22 de mayo Nekane compareció ante la Oficina del Fiscal Federal en Berna (Suiza) para ser entrevistada por las autoridades españolas mediante teleconferencia. Txapartegi se negó a declarar afirmando que no está dispuesta a aceptar ni la tortura sexual ni nuevas causas basadas en declaraciones obtenidas bajo tortura. Al salir, sostuvo ante quienes la esperaban fuera del juzgado que el tribunal interviniente ya anticipó que en los próximos días pedirán su detención.
Simultáneamente, las redes de solidaridad organizadas a raíz de su detención en Suiza en 2016 en torno a la consigna Free Nekane volvieron a activarse y alrededor de 200 mujeres la acompañaron a Berna, mientras en distintos lugares del mundo se alzaron voces denunciando la tortura del estado español y exigiendo al gobierno helvético que le otorgue el asilo político en función de la denuncia de tortura sexual.
En la actualidad, Nekane Txapartegi es la responsable del área de mujeres de Radio Lora de Zurich y una de las impulsoras del F.I.S.T. (Feministas Internacionalistas Solidarias), espacio que nuclea a compañeras feministas migrantes, refugiadas políticas y suizas provenientes de distintos lugares del mundo.
El calvario de Nekane
Nekane narra en primera persona lo que ha sido una historia de vida marcada por la persecución política: «Soy Nekane Txapartei, torturada y perseguida política vasca por el estado español».
Su derrotero se inició al ser detenida en 1999 junto con otrxs 50 ciudadanxs vascxs, en lo que identifica como una nueva ola represiva contra Euskal Herria. Se le aplicó la ley antiterrorista y permaneció incomunicada durante 5 días. “Allí la guardia civil utilizó mi cuerpo como campo de batalla. Me quisieron castigar por mis ideas políticas, pero también como mujer, porque fui disidente (…). Por ello, intentaron romperme como persona, hacer desaparecer mis ideas, mi identidad. Para ello, utilizaron la forma más brutal, la tortura sexista”. En esa oportunidad, permaneció detenida durante 9 meses. No hubo ninguna investigación de las torturas denunciadas por parte de la justicia del estado español.
Casi diez años más tarde fue condenada, en un macro juicio político, a más de once años de prisión. La prueba sobre la que descansaba la condena fueron sus propias declaraciones, obtenidas bajo tortura. Nekane convirtió el tribunal de la Audiencia Nacional en el escenario desde el cual denunciar públicamente la violencia sexual sufrida en 1999. “Ahí levanté la voz y le conté a la jueza el calvario sufrido durante los 5 días de incomunicación. También tuve la oportunidad de mirar cara a cara a los torturadores y decirles lo que me habían hecho. No le importó a nadie en esa justicia patriarcal. Se cerró el caso, y me condenaron a once años de prisión”.
“Cuando se dio a conocer la condena, para evitar caer de nuevo en manos de mis torturadores y porque no aceptaba una condena basada en las torturas, escapé”.
El encierro suizo
En 2016, la Policía suiza la detuvo a pedido del estado español y la sometió a durísimas condiciones de encierro, en aislamiento y sin contacto con su abogada, su hija y su familia. Tras diecisiete meses fue puesta en libertad por la reducción de su condena, una salida política que encontraron los gobiernos español y suizo para responder a la presión de amplios sectores de la sociedad civil y organismos internacionales de DDHH, que incluyeron, entre otros, el posicionamiento del relator de las Naciones Unidas.
Para Nekane, este nuevo procesamiento implica que el gobierno suizo tendrá que pronunciarse en relación a las torturas sufridas. “Cuando eso suceda quedará claro que el estado español ha torturado sistemáticamente a miles y miles de ciudadanas vascas y vascos. Yo soy una puntita de ese iceberg, de ese aparato de la tortura que todavía se esconde en las oficinas de Madrid. Por eso llamo a todas a no cerrar los ojos ante esa realidad”.
Finalmente, hace un llamado a todas las víctimas de violencia sexual: “Yo y todas vosotras que habéis sobrevivido esa violencia estructural, esa violencia y tortura sexista, somos el espejo de todas aquellas que dieron la vida y que siguen luchando. Por aquellas que no pueden hablar, hablemos y digámoslo alto: si nos tocan a una, nos tocan a todas”.
Solidaridad internacional
Diversas declaraciones se dieron a conocer en los últimos días en apoyo a la expresa política Txapartegi, provenientes de distintos puntos del continente americano y del mundo. Entre ellos, se destaca la declaración del espacio de Feministas del Abya Yala, que sostiene que no dejarán «de denunciar a este sistema patriarcal que descarga todas las violencias sobre los cuerpos de las mujeres para perpetuar el sometimiento de mujeres y pueblos». Por su parte, el Consejo Nacional e Internacional de Comunicación Popular (Conaicop) también se sumó a la condena de la violencia sexual como forma de tortura a la que fue sometida y plantea al gobierno suizo que la misma debe considerarse un motivo de asilo político y/o humanitario.