Por Marcelo Colombres / Diario Tiempo Argentino
Argentina se encuentra en el desafortunado lote de siete países que sufrirá mayor retroceso del producto bruto por habitante este año, según un cálculo realizado por la consultora Ecolatina. La caída sería del 2,7% durante 2019. Esa cifra sólo sería superada por Venezuela, Guinea, Irán, Nicaragua, Sudán y Turquía, que de acuerdo a las estimaciones del Fondo Monetario Internacional tendrán números aún más negativos. Otros tres países africanos (Burundi, Angola y Liberia) completan el top ten de las peores performances previstas.
La afirmación parte del estudio realizado por la consultora, que corrigió a la baja la proyección de la actividad por este año, con una contracción del PBI de 1,7% (tres décimas porcentuales más que la prevista en un principio). La rectificación se debió a los pobres datos oficiales del mes de marzo y a la fuerte devaluación de ese mes que aceleró la inflación, redujo el salario real e incrementó la tasa de interés. El panorama se agrava porque Brasil, el principal socio comercial, no mostró la recuperación que se esperaba, con lo que buena parte de las exportaciones argentinas no encuentran destino.
En la cuenta hay que incluir el crecimiento de la población de poco más de 1% anual, lo que significa que el PBI per cápita se reducirá 2,7%. Esa medida es la que los economistas toman como más representativa de la economía de un país, ya que pondera su actividad en función de los recursos humanos disponibles y de la cantidad de habitantes entre quienes distribuir el ingreso.
“La pertenencia de Argentina a este grupo no sólo es coyuntural, sino que es parte de un comportamiento histórico. Como argentinos estamos acostumbrados a vivir en una economía extremadamente volátil”, señala el informe. Y agrega una llamativa comparación: “Desde 1950 el 35% de los años fueron recesivos. Estos números sólo pueden ser comparados con los del Congo, Irak, Siria o Zambia, países que difícilmente puedan ser llamados economías de mercado”.
El pronóstico para los próximos años tampoco es alentador, ya que la performance económica dependerá de la capacidad del próximo gobierno para disipar las dudas sobre el repago de la deuda pública. En ese sentido, sólo la devolución del préstamo con el FMI suma U$S 52 mil millones entre 2021 y 2023, lo que (concluye Ecolatina) obligaría a repensar el cronograma de desembolsos pactados con el organismo.