La línea aérea de origen colombiano Avianca, que desembarcó en la Argentina en 2015 fortalecida por la compra a la familia Macri de la aerolínea MacAir, anunció este viernes que dejará de operar en el país por seis meses. En ese lapso, comunicó, reformulará su plan de negocios.
Avianca admitió que las actuales condiciones del mercado aéreo argentino les hacen imposible competir. La firma, que en la Argentina opera bajo el nombre Avian y presta servicios «low cost», debió cancelar sus vuelos este viernes por un paro de 24 horas lanzado por el gremio Asociación Argentina de Aeronavegantes, que reclama pago de salarios y «defensa de la fuente de trabajo».
La empresa dejó trascender que, desde que comenzó a volar por el país, acumuló una deuda de alrededor de 30 millones de dólares.
En las próximas horas, la compañía tiene previsto presentar una solicitud ante la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac), para dejar de operar vuelos regulares por 180 días, período que se tomará para definir si continúa, y en ese caso cómo, en el país.
Una de las alternativas que estudia Avian es ingresar aviones de gran porte para operar vuelos regionales.
El ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, reconoció que la situación de Avianca es difícil. El gobierno de Cambiemos, contra la protesta de los varios gremios aeronáuticos, impulsó el desembarco de numerosas empresas de las llamadas «bajo costo» bajo el augurio de que esa política desembocaría en una «revolución» del sector.
«Avianca estuvo muy golpeada desde el principio de sus operaciones. La vincularon al presidente Macri y eso hizo que se demorara el inicio de sus servicios, con todo el perjuicio económico que eso les provocó. Se demostró que nada de eso era real, pero fueron los mismos gremios que hoy protestan porque puede dejar de operar», argumentó con una queja Dietrich.
Avian comenzó recién a operar el 21 de noviembre de 2017, con un vuelo Rosario-Aeroparque, aunque aún permanecía los conflictos jurídicos –en especial motorizados por el gremio de pilotos, Apla– que retrasaron su despegue tras la compra de MacAir con todas las autorizaciones a los Macri.
La aerolínea colombiana zanjó gran parte de los conflictos al aceptar firmar el convenio colectivo de los pilotos. Otras low cost, como la multiaccidentada Flybondi y Norwegian, mantienen sus propios sindicatos.