Este lunes a las 10 en la sala 9 de la Oficina de Gestión Judicial (OGJ) del Centro de Justicia Penal Rosario imputaron al padre de Oscar Racco, el mecánico denunciado por su pareja por haberla mantenido en cautiverio por más de 20 años en su casa del barrio Jorge Cura. La Fiscalía le achacó haber sido participe de la privación ilegítima de la mujer de 43 años con el agravante de reducirla a servidumbre.
La fiscal de la Oficina de Violencia de Género del Ministerio Público de la Acusación (MPA) también pidió cambiar la calificación al mecánico por privación ilegítima de la libertad agravada en concurso ideal con reducción a la servidumbre en calidad de autor en grado consumado. El juez Juan Andrés Dónnola aceptó y definió que el padre quedará con prisión domiciliaria hasta fin de mes. Al hijo le mantuvo la prisión preventiva.
Adentro
El caso salió a la luz hace más de una semana después de que la víctima lograra escapar de la casa el 8 de mayo aprovechando un descuido de Racco, que había dejado la puerta sin el candado que solía usar y se había descompensado en el baño. Desde la Fiscalía dijeron que el padre del mecánico se benefició del sometimiento de la mujer y fue testigo de situaciones de violencia hacia ella.
Tal como publicó El Ciudadano, la denuncia llegó a principios de mayo cuando la hermana de la víctima contó lo que había pasado en un Centro Territorial de Denuncias. Ella vivía en Mendoza y su primo la contactó después de que la pareja de Racco lograra escapar.
Siempre según la denuncia, el hombre no la dejaba salir sola de la casa que compartían en Santiago al 3500. Durante más de 20 años iban juntos al supermercado e incluso sacaban la basura de a dos. Los vecinos conocían a la víctima por un nombre que él había inventado. La había rapado y algunas veces la obligaba a vestirse con ropas de hombre. Cuando él se iba a trabajar la dejaba encerrada. En los primeros años solía atarla con una cadena a las patas de la cama. Ella tenía que golpear con un palo de escoba el techo de la habitación para poder ir al baño. Arriba de la casa vivían los suegros, que la desencadenaban.
Cada vez que ella hablaba con su familia por teléfono él estaba enfrente para asegurarse que siguiera al pie de la letra un guión que le había armado. Él no le permitía ver a nadie de su familia sin que estuviera para controlarlo todo. Ella intentó contactarse con su hermana, que vive en Mendoza, creando un perfil falso de Facebook y le escribió pidiéndole ayuda. Pero la hermana no la reconoció. Con el tiempo, ella perdió el contacto con todos. Dejó de ver a su hijo adolescente que había tenido con una pareja anterior.
“Con la información que nos dio la mujer fuimos a hablar con los vecinos y lo corroboramos”, había explicado a El Ciudadano, la fiscal de la unidad Oficina de Violencia de Género, Luciana Vallarella. A principio de mes la Policía detuvo al mecánico. Después el juez Héctor Núñez Cartelle aceptó el pedido de la Fiscalía y lo imputó por privación de la libertad agravada. También dictó la prisión preventiva por 60 días que este lunes fue cambiada por el juez Dónolla a domiciliaria.