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Ricci: «Seguimos en el camino de la transformación de la ciudad»

El intendente de Villa Gobernador Gálvez va este domingo por su reelección. "Fueron cuatro años muy intensos, porque tomamos una ciudad muy deteriorada, con una deuda muy grande", dice en relación a su gestión

Hijo de un inmigrante italiano que en los 70 inició una empresa familiar en Villa Gobernador Gálvez, Alberto Ricci forjó como empresario un nombre reconocido en la ciudad lindera con Rosario, al punto de que recibió un ofrecimiento del Frente Progresista para que sea el candidato a intendente en 2015. Con tres empresas en marcha en ese momento, asumió el desafío, ganó la elección y con la ayuda del gobierno provincial enfrentó una deuda millonaria, del orden del 30% del presupuesto del municipio y un cumplimiento en el pago de la tasa inferior al 30%. Cuando empezaba a ver los resultados de una política austera, llegó la crisis económica, que Villa Gobernador Gálvez sufre como ninguna otra ciudad, con el 75% de su población que vive de los salarios. Tuvo que volver a la austeridad. El pago de la tasa, que había repuntado, volvió a hundirse por debajo del 30%. Pese a todo, en las Paso de abril Ricci sacó una ventaja importante y se colocó a un paso de la reelección. En diálogo con El Ciudadano, el intendente hizo un repaso de la gestión.

—El resultado en las Paso fue holgado. ¿Está ganada la elección?

—Las Paso son para marcar donde estamos parados, si bien nosotros ya veníamos con mediciones que nos daban más de un 50% de intención de voto, y que se dio en las urnas, eso no quiere decir que vos te relajes y digas “yo ya gané las elecciones”, al contrario, te pone la vara más alta, y tenés que seguir demostrando, no sólo en el período electoral, sino hasta que termine este mandato, y en el próximo, si nos toca, seguir trabajando en este camino para responderle a la gente y para demostrarle que confía en uno que seguimos en el camino de la transformación de la ciudad.

—Si tuviera que calificar o describir la gestión que finaliza en diciembre, ¿cómo lo haría?

—Hasta ahora es una gestión de mucho trabajo, de un reordenamiento, de un momento difícil al prinicipio, por el pasaje de lo privado a lo público, por los procesos que son más lentos, a diferencia de lo privado, donde uno decide y las cosas van más fácil. Fueron cuatro años muy intensos, porque tomamos una ciudad muy deteriorada, con una deuda muy grande, y para ponerla en funcionamiento tuvimos una ayuda económica del gobierno provincial, un anticipo de coparticipación, y a partir de allí empezamos a reordenar, tuvimos un lindo período hasta asumir para armar un equipo de gente con ganas de sacar a la ciudad adelante. Después tuvimos en el Concejo 2 concejales de 10, pero el resto de los concejales entendió que necesitábamos trabajar juntos para sacar la ciudad adelante. Y así transcurrieron los primeros dos años. Después hubo elecciones, donde ganamos por amplia mayoría, metimos 3 concejales y hoy tenemos cuatro concejales de 10, y apostamos a seguir creciendo en el Concejo, donde renovamos una banca y la intención es meter otros tres concejales para llegar a 6.

—¿Hubo un quiebre con la crisis recesiva que se inició el año pasado?

—Nosotros arrancamos con una deuda muy grande, que era un tercio del presupuesto que tenía la municipalidad para ese año. Arrancamos con el municipio en estado de emergencia económica, pudimos salir, pero después se vino la devaluación y todos estos procesos adversos para cualquier administración, pública o privada, y para el pueblo mismo. Una situación bastante compleja, nosotros volvemos a ser los mismos austeros que cuando empezamos, bajamos esa línea de volver a desacelerar para atravesar toda esta complejidad que no queremos que nos arrastre. Tenemos 1.200 empleados y a fin de mes hay que pagar los sueldos, por lo que no nos podemos permitir grandes erogaciones de dinero si bien muchas cosas las necesitamos y en épocas de vacas flacas hay que cuidar el mango.

—¿En qué porcentaje del presupuesto está hoy el pasivo municipal?

—Hoy hemos hecho convenios en algunos casos, a los proveedores les hemos pagado a todos, y hoy tenemos la última deuda que nos queda que es con la Caja de Jubilaciones, de más de 30 millones de pesos, y estamos negociando para poderla pagar durante 10 años, que es lo máximos que permite la Caja de Jubilaciones para los convenios. Como somos muy ahorrativos, yo estoy seguro que vamos a salir adelante.

—Hubo reconocimiento al esfuerzo.

—Ellos saben que yo entré para trabajar, que quiero a mi ciudad y si me involucré fue porque quiero que las cosas cambien, ese es mi objetivo, transformar Villa Gobenador Gálvez y encaminarla en el rumbo que todos nos merecemos. Nosotros estamos en esa sintonía, en estos días estuvimos hablando de todas las cosas que queremos hacer, pero tenemos que terminar primero las que tenemos en marcha y esperar que la situación económica cambie. Nosotros no podemos conseguir que el ciudadano de Villa Gobernador Gálvez entienda que si no pagan los impuestos poco se puede hacer. Hoy por hoy estamos con una cobranza que no llega al 30% de la tasa emitida. Nos está faltando ese oxígeno para seguir funcionando. Cuando asumimos estaba en ese porcentaje, luego subió y ahora con esta crisis volvió a caer.

—El problema es que a muchos no le alcanza para comer, ¿no?

—Ese es el tema. Nosotros tenemos una ciudad donde el 70% de la masa poblacional vive de los salarios y mucha gente del salario informal, y mucha gente que se queda sin trabajo. Ahí vemos las consecuencias. Con el agravante de cierre de fábricas. Villa Gobernador Gálvez, por esa masa de trabajadores, lo sufre antes que otras ciudades.

La primera candidata a concejal

La primera candidata a concejal del Frente Progresista en Villa Gobernador Gálvez, Marisa Bernal, actual secretaria de Salud, habló con El Ciudadano sobre las expectativas de cara a la elección del domingo 16: “Nos fue bien en las Paso, hasta ahora entrarían dos concejales y apuntamos a tres”. Sobre su actividad en el área Salud, dijo: “Villa Gobernador Gálvez tiene un 70% de la población que acude a la salud pública, este es el valor histórico. Cuando pasamos por estas crisis aumenta, y después la gente no vuelve a la privada. En 2017 tuvimos 120 mil prestaciones y en 2018 fueron 190 mil. Lo bueno es que no tenemos reclamos en la salud pública municipal. La gente tiene sus turnos, se respetan los horarios, y la gente lo reconoce. Se ven muchas cosas que se han hecho. Fueron años de un cambio notorio. El trabajo más importante tuvo que ver con la construcción de equipos, y la comprensión de la realidad del otro, el conocimiento de la familia completa”.

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