Los magistrados del Tribunal Oral Federal 3 condenaron este viernes a los cinco policías que prestaban servicios en la seccional 20ª de Empalme Graneros a penas que van desde los 5 años y a los 3 años de prisión y a dos civiles por confabular para cometer delitos relacionados con el narcomenudeo. Además, el tribunal absolvió a una joven por el beneficio de la duda.
El veredicto se conoció este viernes por la mañana, cuando los jueces Osvaldo Facciano y Eugenio Martínez votaron por condenar a los acusados mientras que el magistrado Otmar Paulucci argumentó, en minoría, la absolución por el beneficio de la duda.
En ese marco, el ex jefe de la seccional 20ª Roberto “Queja” Quiroga fue penado con cuatro años de prisión y su subjefe Jorge “Mostro u Obra” Ocampo con tres años y 10 meses. A pesar de ser un subalterno, Cristian “Gavia” Gelabert recibió la condena más alta, a 5 años de cárcel, por su activo rol en las interacciones, según indicó la acusación.
Otro policía, Víctor “Mochila” Villalba, recibió 3 años y medio de cárcel, y su compañero Gustavo “Empleo” Elizalde fue condenado a 3 años de prisión condicional, el mismo monto que Silvia Di Morelle, de 67 y conocida como Gorda Bolona.
El otro civil implicado, Sixto «Chaqueño» Pérez fue sentenciado a cuatro años, pena que se le unificó con una anterior y quedó en 4 años y medio. En tanto Micaela Pared, nieta de Di Morelle, fue absuelta por el beneficio de la duda, tal como había pedido la Fiscalía.
El veredicto dictado por mayoría respaldó el alegato del fiscal federal de juicio Federico Reynares Solari, quien acusó a los cinco policías y dos de los civiles por confabular para cometer delitos relacionados con la infracción a la ley de drogas.
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La investigación
La investigación comenzó a principios de 2015 cuando las fuerzas federales en tareas investigativas en Empalme Graneros advirtieron que un policía de la zona sur, a quien ya tenían en la mira por su relación con el clan narco de Rosa Caminos, salía de un búnker, y se subía a su auto para luego estacionarlo frente a la seccional 20ª de Carrasco 5601.
No era otro que Gelabert, quien había sido trasladado de la comisaría de la zona sur hasta la 20ª. Luego de una serie de medidas que implicó escuchas telefónicas y tareas de calle por parte del personal antinarcóticos Rosario de la Policía Federal, se produjeron gran cantidad de allanamientos, no sólo en esa dependencia sino también en las viviendas de todos los involucrados.
Para la acusación, Gelabert era quien tenía los vínculos y preparaba o armaba las circunstancias para que los referentes de las bocas de expendio pagaran una comisión antes del 10 de cada mes para poder vender en la zona de Empalme Graneros.
La pesquisa continuó y determinó que en sintonía con Gelabert estaba los policías Elizalde, Villalba y el subjefe Ocampo, quienes a su vez informaban de todo a su superior Quiroga. De las escuchas telefónicas, también identificaron a los dos civiles con quienes hacían las transacciones: Pérez y Di Morelle.
Pérez fue atrapado el 25 de octubre de 2017 en Chaco por personal de Gendarmería. Lo buscaban por otra causa de tráfico de drogas, radicada en aquella provincia, y le saltó el pedido de captura emitido en 2015 por el Juzgado Federal Nº 4 de Rosario.
En tanto, Di Morelle y su nieta se presentaron ante la Justicia federal en forma espontánea tras los allanamientos en abril de 2015 y quedaron relacionadas con la causa.
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