Internada desde el 4 de junio pasado, murió hoy, a los 65 años, la vedette y actriz Beatriz Salomón, a quien se recuerda especialmente por su participación en No toca botón, el programa de Alberto Olmedo que popularizó a varias actrices con cuerpos fabulosos y con una veta humorística que iban en sintonía con el despliegue de comedia que proponía el capocómico. Salomón había sufrido una recaída en su dolencia, un cáncer de colon, contra el que venía luchando hacía más de un año. Salomón había superado momentos críticos durante el tratamiento y hasta había repuntado haciendo pensar que podía restablecer su salud en términos aceptables pero fuertes dolores abdominales hicieron que los médicos decidieran dejarla internada en la fecha mencionada. Salomón venía pasando también algunos apuros económicos y cuando el año anterior quedó internada por una hernia umbilical que venía arrastrando hacía un tiempo porque no tenía obra social que le pudiese costear una operación había manifestado que se había “dejado estar” con su salud. En noviembre pasado, cuando fue el cumpleaños de 15 de su hija menor, dijo que había hecho todo lo posible por “estar en forma” aunque no se sentía nada bien. A fines de ese mes fue internada nuevamente en el hospital Fernández y en esa oportunidad el diseñador de moda Roberto Piazza, quien era su amigo personal apuntó: “Pobre Turca no se merece todo lo que le está pasando en la vida”. La actriz y vedette también tuvo una fractura de cadera y pidió públicamente si podían ayudarla con la prótesis que necesitaba, que terminó donándole una empresa del rubro. De todos modos, se sentía optimista respecto al cáncer y confiaba en una medicación recientemente aparecida.
Miss Simpatía
Salomón nació en San Juan en el seno de una familia de origen sirio y a principios de los 70 se convirtió en la reina provincial, lo que le permitiría competir en el concurso de Miss Argentina y quedarse con el título de Miss Simpatía. Más adelante, se valdría de un humor generoso para posicionarse en el mundo del modelaje publicitario, ámbito donde comenzó a hacer carrera y en poco tiempo pasó al teatro de revistas y luego a la tevé, donde la producción de No toca botón se fijó rápidamente en sus dotes de simpatía y espontaneidad como valores principales. De ese modo, pronto integró la troupe de “chicas Olmedo”, como se dieron a conocer Susana Romero, Silvia Pérez, Adriana Brodsky, entre otras chicas que eran uno de los principales atractivos del envío.
Tablas y pantalla grande
Además de hacer televisión, Salomón también participó junto a Olmedo en algunas películas que el capocómico hizo durante los años 80. El manosanta está cargado, Atracción peculiar, Los colimbas al ataque fueron sus títulos; trabajó también en algunas puestas teatrales en tono de comedia revisteril con títulos como El Negro no puede y Éramos tan pobres y fue tapa de Play boy en varias oportunidades. Sus formas y su simpatía fueron apreciadas por todo el mundo y el Negro Olmedo solía decir que cuando se encontraba «para abajo» o deprimido, le bastaba llamar a la Turca y charlar un rato para que su ánimo se recupere. Cuando Olmedo murió, Salomón trabajó con el Gordo Porcel, actuando en teatro, televisión y cine junto a Jorge Corona, Jorge Jorge Guinzburg, Nito Artaza, Tristán y Berugo Carámbula con diferentes tipos de participación pero siempre aportando simpatía y encanto en iguales dosis.
Escasos resultados
A fines de los noventa se casó con el cirujano plástico Alberto Ferriorls, con quien, ante la imposibilidad de embarazarse, adoptó dos niñas, a quienes dedicó muchísimo tiempo dejando de lado su actividad artística. Separada de su marido, que luego se vería envuelto en un escándalo mediático en su actividad profesional, Salomón tuvo que volver a trabajar y volvió a hacerlo en el teatro protagonizando varias obras, una de las últimas dirigida por el exitoso y mediático José María Muscari, en 2015. Allí fue parte de un elenco de actrices de su generación como Adriana Aguirre, Luisa Albinoni, Patricia Dal, Sandra Smith, Silvia Peyrou, Pata Villanueva, Mimi Pons y Noemí Alan en la obra Extinguidas. Pero la crisis económica de los últimos años se la puso difícil y la Turca volvió a recorrer espacios en busca de trabajo con escasos resultados. En ese ínterin, su salud se resintió cada vez más.