“Para generar empleo e inversión, la Argentina necesita modernizar su legislación laboral”, sostuvo nada menos que en la conferencia de la Organización Internacional del Trabajo el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, quien así dejo entrever nuevamente que el gobierno de Mauricio Macri no está dispuesto a cejar en una reforma laboral.
En el plenario de la 108º Conferencia Internacional del Trabajo, que se realiza en Ginebra, Suiza, el funcionario confirmó también que el gobierno que integra quiere “terminar la reforma tributaria sumando un capítulo especial para los pequeños contribuyentes y los emprendedores”, aunque en ambos casos aclaró que la “transformación” que pretende el oficialismo se va a ejecutar “a partir del diálogo serio y comprometido”.
“El desafío del futuro es hoy y nos va a ayudar a resolver nuestra deuda con los millones de trabajadores que están en la informalidad”, marcó Sica, quien estrenó un concepto nuevo para el gobierno y para los sindicatos: la “ciudadanía laboral”. Aunque no aclaró qué significa, sostuvo que “va de la mano” con “la modernización del trabajo” y que “son soluciones conjuntas para las mujeres, las nuevas generaciones de argentinos”.
El Futuro del Trabajo y Violencia y Acoso en el Trabajo son los temas centrales que se abordan en la Conferencia Internacional del Trabajo. “La Argentina está decidida a enfrentar la necesidad urgente de transformarse”, afirmó en ese marco el ministro.
Sica hizo hincapié en el trabajo en negro que en las últimas décadas nunca cayó por debajo del 30%. Aunque se redujo sensiblemente desde el récord del 49,1% en el tercer trimestre de 2003 y el 33,1% del mismo trimestre de 2015 y durante el gobierno de Cambiemos volvió a entrar en curva ascendente hasta arrimarse en la última medición al 40% –4.8500.000 trabajadores en la irregularidad, según confirmó el Indec–, el ministro expuso que en la Argentina hay “dinamismo” en los puestos de trabajo y que “estuvo liderado por la creación de empleos formales”.
“Tenemos cinco «unicornios» nacidos en la Argentina: empresas de más de 1.000 millones de dólares, de base tecnológica, que crean trabajo y oportunidades”, remarcó Sica.
Y arriesgó: “Estamos enfrentando, al mismo tiempo, un desafío que nos viene del pasado, que es una enorme deuda con más de 4 millones de trabajadores que están en la informalidad, sin derechos; y el desafío del futuro del trabajo, que está cambiando de manera acelerada las formas de producir y generar valor”.
“La tecnología nos obliga a cambiar, genera problemas y oportunidades al mismo tiempo, continuó, y en ese sentido mencionó que “la ley de Economía del Conocimiento (sancionada recientemente) va a permitir crecer en este sector en la próxima década”.
El ministro analizó que “la transformación está cambiando todas las actividades productivas”, y llamó a “no temer, sino aprovechar la oportunidad”.
También destacó que “el siglo XXI “será el siglo de las mujeres” y que “su incorporación masiva al mercado de trabajo lo transformará cuantitativa y cualitativamente, y profundizará la tendencia demográfica de familias más chicas y sociedades más envejecidas”.
“A la vez, América latina debe aprovechar la oportunidad del boom demográfico para integrar con nuevas condiciones y nuevas oportunidades a millones de jóvenes. El entrenamiento masivo de estos jóvenes será una medida que favorezca tanto la productividad económica como la cohesión social. Vamos a hacer que la fuerza y la capacidad de esos jóvenes sean la energía de la transformación productiva que necesitamos”, concluyó.
