La Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos falló hoy que el juicio contra la Argentina por la expropiación de la petrolera YPF debe ser llevado adelante en los tribunales de Nueva York, a contramano de lo solicitado por el gobierno de Mauricio Macri.
La causa -en la que el país podría ser condenado a pagar unos 3.000 millones de dólares- comenzará su proceso en uno de los tribunales del Distrito Sur de Manhattan a cargo de Loretta Preska, una jueza de primera instancia que anteriormente ya falló en contra de los intereses de la Argentina hace tres años.
La Corte Suprema estadounidense dijo que no acepta el pedido de la Argentina de analizar la demanda iniciada por la nacionalización de la petrolera YPF, en el denominado caso Petersen, por lo que rechazó el expediente y habilitó a los tribunales inferiores a continuar el juicio. Esto significó un duro revés para la estrategia judicial puesta en marcha por el país, encarada por los abogados que representan los intereses locales, tanto de la empresa petrolera como del Estado argentino.
La estrategia había sido diseñada por el Procurador del Tesoro Bernardo Saravia Frías y por Fabián «Pepín» Rodríguez Simón, director de YPF y uno de los principales nexos del Gobierno con los tribunales argentinos. Ambos funcionarios habían viajado a Nueva York para estar allí cuando se conociera la decisión de la Justicia estadounidense, que una vez más volvió a poner a la Argentina contra las cuerdas en un juicio multimillonario.
El Gobierno de Macri había presentado un recurso de «certiorari» (presentación directa) ante la Corte Suprema en el que planteó la falta de jurisdicción de los tribunales norteamericanos. Antes de tomar esta decisión contra la estrategia argentina, el máximo tribunal estadounidense le había pedido opinión al «solicitor general» (equivalente al procurador argentino) de los Estados Unidos, Noel Francisco, quien se expresó en contra el país.