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Salen a mostrar otra forma de trabajar con el consumo de drogas

Este miércoles un grupo de espacios de tratamientos y acompañamiento ocuparán desde las 10 la explanada del Fontanarrosa para contar las alternativas a la internación, una práctica limitada por la ley. Por la tarde será la marcha «Ni un pibe menos por la droga», fogoneada por la Iglesia

“Los pibes y las pibas no se mueren por consumir. Mueren por la disputa de territorio de quienes venden las drogas que no están reguladas por el Estado”. Así lo define la médica Varinia Drisun, quien trabaja en La Estación, el espacio de la zona sur donde la Municipalidad orienta a quienes sienten o conocen a alguien que tienen problemas de consumo. Este miércoles ella y otros representantes de los espacios de tratamiento de Rosario se plantarán en la explanada del Centro Cultural Fontanarrosa (San Juan y San Martín) para mostrar que hay otros caminos para dar respuesta al “flagelo de la droga” por fuera de los 12 pasos y la internación, hoy una práctica limitada por la ley de Salud Mental y Adicciones.

En muchos espacios de la ciudad funcionan talleres de música o producción, por lo que este miércoles habrá una feria y muestras artísticas frente al Fontanarrosa. También sonará una radio abierta apoyada por la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y una clase pública donde las agrupaciones denunciarán el fracaso de la “guerra contra las drogas”.

“La ONU admitió que no han conseguido reducir el consumo y ha generado numerosas consecuencias negativas, como la violencia y la corrupción, las infecciones por VIH y hepatitis C entre usuarias y usuarios de sustancias psicoactivas. También los hacinamiento en cárceles, las graves vulneraciones a los derechos humanos, y el incremento del estigma y la marginación”, explicaron a través de un comunicado este martes.

El camino

Es la tercera vez que la campaña saldrá a la calle en Rosario. En esta edición seguirá una movida nacional en la que participarán cerca de 90 organizaciones sociales, de derechos humanos, de centros asistenciales, de cátedras universitarias y asociaciones de profesionales. Juntos pedirán una reforma de la actual ley de drogas y estarán embanderados bajo el lema “Acompañe. No castigue”. Por la tarde, el grupo de organizaciones vinculadas a las iglesias concentrará desde las 15 en el Monumento a la Bandera para marchar hasta la plaza Montenegro. Su lema será «Ni un pibe menos por la droga».

“Es una deuda insostenible de la democracia reformar la ley 23.737, que este año cumple 30 años de vigencia castigando a las/os usuarias/os de sustancias psicoactivas. En 2009 la Corte Suprema de Justicia, por medio del fallo Arriola, declaró inconstitucional la penalización de la tenencia para consumo personal”, señalaron desde el comunicado y pidieron la derogación de las figuras de tenencia simple, tenencia para consumo personal, y cultivo para consumo personal.

¿Y si no qué?

Desde la campaña entienden que el consumo problemático es un tema de salud y las respuestas no deben discriminar, algo habitual en buena parte de los centros terapéuticos privados de Santa Fe. Tal como publicó El Ciudadano, la provincia relevó en 2018 que una de cada cuatro de las espacios por fuera de la atención estatal no reciben a mujeres; una de cada tres les cierra las puertas si están embarazadas; y dos de cada tres no las recibe si tienen chicos y chicas en edad de primaria. La comunidad LGTBIQ tampoco es bienvenida. Un 30% no las recibe y el 70% les abre la puerta solo si acceden a que ser tratados por el sexo y género con el que nacieron.

Varinia Drisun, una de las referentes de la campaña y médica de La Estación, contó que si bien existen diferencias con algunos dispositivos, no descartan ningún tratamiento cuando alguien llega a pedir ayuda. “Creemos en quienes trabajen sobre los problemas de la persona. Queremos una intervención a tiempo porque sino llega la de la Policía y la Justicia, que siempre traen más daños que beneficios”, opinó.

“Las propuestas que ponen a la droga como el centro del problema funcionan porque trabajan sobre algo conocido: ofrecen especialistas, le sacan responsabilidad a la persona y hablan de una cura”, agregó y concluyó: “La realidad es más compleja y tiene que ver con cómo nos cuidamos y a qué nos lleva un modelo económico y social. Sabemos que la otra forma de trabajar (reducción de daños) es más difícil. Por eso vamos a mostrar en la calle lo que puede hacer”.

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