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Familiares de un joven detenido por homicidio aseguran que es inocente

Axel tiene 25 años y está acusado de manejar el auto del que bajaron tres pibes armados para balear la casa de Barrionuevo, un adolescente de 15 que cayó muerto de un tiro en la cabeza. La Fiscalía imputó a los tiradores y luego al conductor, pero su mamá asegura que no participó ningún vehículo

Los asesinatos de dos primos de 19 y 15 años de Parque Casas entre septiembre y octubre pasado dejaron al descubierto la violencia con que se dirimen los conflictos entre jóvenes: a los tiros. Sus muertes también agudizaron la convivencia en esa zona del barrio conocida como El Churrasco o La Esperanza que por estos días tiene enfrentados a familiares y amigos de las víctimas y de los acusados. “Antes eran todos amigos, se criaron juntos”, dijo una joven a El Ciudadano, quien señaló un accidente de tránsito menor como el detonante de una guerra donde vale todo. Un choque, un insulto, una piña, una balacera y la obligación de elegir bando dividieron las aguas en esa franja humilde de Rosario donde los relatos varían según quién los cuente, aunque todos tengan en común el dolor irreparable de haber perdido a un ser querido.

En ese contexto, la familia de un joven de 25 años mencionado en uno de los crímenes y detenido la semana pasada pidió ser escuchada. Dijo que Axel G. se enteró por los diarios que lo habían sindicado como el conductor de un Citroën C3 “del que supuestamente bajaron” los gatilleros que tirotearon el frente de una vivienda y mataron a un adolescente de 15 años. Así se refirieron al homicidio de Mauro Nicolás Barrionuevo perpetrado la noche del 31 de octubre pasado en Pizzurno y Superí en el marco de una rivalidad con la familia del menor asesinado.

Graciela, la mamá de Axel, contó que viven a una cuadra y media de la casa baleada y que su hijo, al verse mencionado en los diarios por esa muerte, se presentó de forma espontánea ante el fiscal Adrián Spelta acompañado por abogados y los papeles que acreditaban, según su versión, que el vehículo en cuestión lo había vendido al menos cuatro meses antes del crimen. Por eso dijo no entender por qué lo dejaron preso y recordó que el argumento del fiscal fue que podría haber pedido prestado el mismo auto que vendió.

Para los defensores Hernán Tasada y Mariano Scaglia la detención de Axel es “un disparate no sólo porque demostró que hacía meses no tenía el auto”, sino porque la acusación en su contra como coautor de homicidio “se basó sólo en relatos contradictorios de familiares” de la víctima que, de acuerdo con la presunción de los abogados, podrían querer involucrarlo por rivalidades barriales.

La investigación

Según la investigación del fiscal Adrián Spelta esa noche de octubre, cerca de las 11, tres muchachos bajaron de la parte trasera de un Citroën C3  y dispararon contra la casa de Barrionuevo provocando la muerte de Mauro, de 15 años. Dos horas antes, el mismo auto había pasado por el lugar con sólo dos ocupantes.

Spelta identificó al trío armado como los apodados Macarrón y Tahualí y su medio hermano Pechocho, quien por entonces se encontraba prófugo por otro crimen perpetrado semanas antes en el mismo barrio e investigado por el mismo fiscal: el de Nicolás Cóceres, un joven de 19 años (primo de Barrionuevo) asesinado de ocho balazos a plena luz del domingo 9 de septiembre frente al polideportivo donde decenas de vecinos celebraban con retraso el Día del Niño.

Una de las hipótesis en la causa que investiga la muerte de Cóceres es que, las semanas previas a ser asesinado, Nicolás había tenido “un problema menor” con un vecino cuando le chocó con la moto la parte trasera del auto, un Citroën C3, y no le pagó el arreglo.

Para la pesquisa, el reclamo de dinero se acrecentó con los días y terminó con varias balaceras y más personas involucradas ya que el dueño del auto, un tal Ever, era amigo de Pechocho, a quien el fiscal Spelta acusó de haber matado de ocho disparos a Nicolás tras una discusión.

Según la familia de Axel, esas conexiones explican por qué quieren involucrarlo  en la muerte de Barrionuevo. Para su mamá Graciela, quien dio esta nota acompañada por sus sobrinos Antonella y Marcelo, una de las broncas contra su hijo es su amistad con Pechocho: eran amigos desde niños y prácticamente se criaron juntos en el barrio.

Otra razón es que Axel fue quien le vendió su Citroën C3 a Ever,  quien estaba al volante cuando lo chocó Nicolás, accidente que desencadenó las sangrientas disputas, añaden.

“A raíz de la muerte de Nicolás empezaron los problemas porque quedó en la mira Axel por su amistad con Pechocho, por eso se presentó con el fiscal Spelta que le creyó (por su primera aparición ante la Justicia) y salió limpio”, dijeron, al sostener que después de eso encontró su nombre en el diario y se volvió a presentar, pero las cosas cambiaron.

“Es una locura que Axel esté preso por algo que no hizo. Muchos testigos saben que los que dispararon contra la casa de Barrionuevo estaban a pie, que no había ningún auto. Mencionan un auto porque se quieren desquitar con mi hijo”, reiteró Graciela, quien expresó sus dudas sobre esa línea de la investigación.

“Nos enteramos que la Policía buscó testigos en casas cercanas a la de Barrionuevo y citó a un vecino a declarar. Le fui a preguntar qué había visto y me dijo lo mismo que le contó al fiscal: que esa noche se asomó por la ventana porque escuchó disparos y vio correr hacia la plaza de enfrente a dos encapuchados, no a tres, pero que no podía distinguirlos porque estaba oscuro. Y que el fiscal le preguntó varias veces si vio un auto y él le respondió que no. Y que ahí el fiscal le empezó a preguntar cuánto le pagábamos para que declare y lo amenazó con armarle una causa por falso testimonio”, dijo la mujer y continuó: “Parece que el fiscal quiere que le digan algo que no es. Ese vecino cirujea, me mostró las zapatillas agujereadas y me dijo que fue en bicicleta a declarar porque no tenía ni para el colectivo”.

En la misma línea, Graciela dijo que le parece poco creíble pensar que un auto va a llevar a tres personas a cometer un crimen para “dejarlos tirados” y que “hay un montón de testigos que no quieren hablar porque tienen miedo: les tiran tiros a las casas y los amenazan. La gente no quiere meterse en esto”, aseguró.

Para su familia Axel es “un gordo bolú, que se pelea por mirar televisión y por jugar a la Play” y no tiene antecedentes penales, ni vicios de ningún tipo. “Es un pibe sano. No se droga, no fuma, no toma, aunque eso sí: come. Tiene una hija de tres años que fue abandonada por su mamá y vive con la abuela, pero él la va a buscar al jardín y la trae todos los días a casa. La tenemos hasta la noche. ¿Cómo le explicamos ahora a la nena que su papá no está?», dijo Graciela, firme en la convicción de que su hijo es inocente.

 

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