La posible expulsión de Italia de la capitana de un barco alemán que estuvo cuatro días detenida por haber desembarcado sin permiso del gobierno a 40 náufragos en el puerto de Lampedusa divide a las autoridades judiciales y políticas del país.
Tras haber sido liberada este martes, Carola Rackete se enfrenta a la posible expulsión de suelo italiano, según la orden firmada por el prefecto de Agrigento, Dario Caputo, por directiva del ministro del Interior, Matteo Salvini.
Rackete, detenida a primera hora del sábado acusada, entre otros delitos, de “violencia contra nave de guerra” por las maniobras que hizo a su entrada al puerto de Lampedusa, fue dejada en libertad por la jueza local Alessandra Vella tras pasar tres noches detenida.
Según el fallo de Valle divulgado por la cadena RAI, la decisión de Rackete estuvo ligada al “cumplimiento de un deber”, como es salvar vidas humanas.
Además, la magistrada afirmó que la decisión de la capitana del Sea Watch de desembarcar a los náufragos en Lampedusa fue “obligada” ya que otros puertos cercanos de Libia y Túnez no pueden considerarse “puertos seguros”.
Duro golpe para el ministro Matteo Salvini, que minutos después de conocer la noticia arremetió contra la jueza: “Es una sentencia política y vergonzosa. Es una absolución que le hace mal a Italia”.
Tras el fallo, el vicepremier y ministro del Interior Salvini aseguró vía Twitter que “para la comandante criminal está pronto el procedimiento para expulsarla a su país, porque es peligrosa para la seguridad nacional”.
De todos modos, según informa el diario Repubblica, la fiscalía de Agrigento pedirá que Rackete permanezca en suelo italiano hasta que el martes próximo testifique por la acusación que tiene pendiente de “favorecimiento de inmigración ilegal”.