El ex presidente radical Fernando De la Rúa falleció este martes a los 81 años, tras permanecer internado por varios meses a raíz de problemas cardíacos, que en las últimas horas habían agravado su estado de salud.
La muerte del ex mandatario generó repercusiones y mensajes de condolencias a su familia entre los dirigentes de todos los espacios políticos.
Además, el presidente Mauricio Macri decretó tres días de duelo nacional por su fallecimiento.
El ex jefe de Estado se encontraba internado en grave estado y el lunes había presentado complicaciones cardíacas y renales, que agravaron su estado de salud.
Por una descompensación, que no pudo ser revertida, el ex mandatario murió en horas de la madrugada, aunque no trascendieron detalles.
Sus restos fueron velados en el Congreso de la Nación y está previsto que hoy sean inhumados en un cementerio privado del partido bonaerense de Pilar.
De la Rúa, dirigente de la UCR, fue presidente de la Argentina entre el 10 de diciembre de 1999 y el 20 de diciembre de 2001.
El ex jefe de Gobierno porteño se encontraba en el Instituto Fleming desde el 28 de enero pasado, cuando había sido trasladado para recuperarse tras estar internado por 28 días en el Hospital Austral, donde había sido sometido a una angioplastía.
La última aparición pública del ex jefe de Estado había sido el 30 de noviembre pasado cuando había asistido junto a su esposa, Inés Pertiné, a la Gala del G20 realizada en el Teatro Colón.
En 2018, De la Rúa había sufrido dos infartos, uno en octubre y otro en mayo, aunque sus problemas cardíacos habían empezado en 2001, cuando todavía era jefe de Estado y en ese momento lo sometieron a una angioplastia para desobstruir la arteria coronaria derecha.
Otros antecedentes similares se produjeron en 2010 y 2014, cuando debió ser intervenido, al tiempo que en enero de 2016 había pasado por el quirófano pero en esa oportunidad fue por un problema en la vejiga.
Larga carrera política
Con una meritoria carrera política, Fernando de la Rúa llegó a ser toda una promesa de la UCR pero su paso por la Presidencia de la Nación, entre 1999 y 2001, lo ubicó en el lado trágico de la historia argentina reciente y dejó en el radicalismo una herida difícil de cicatrizar.
Nacido en Córdoba el 15 de septiembre de 1937, De la Rúa se recibió de abogado con honores en la Universidad Nacional de Córdoba a los 21 años y un lustro después, afiliado ya a la Unión Cívica Radical, integró el gabinete del Ministerio del Interior del Gobierno de Arturo Illia.
En abril de 1973, mientras el fervor peronista consagraba a Héctor Cámpora como presidente, De la Rúa sorprendió a todos al imponerse sobre el justicialista Marcelo Sánchez Sorondo en la elección de senador nacional por la Capital Federal y convertirse en el único radical que le ganó al peronismo ese año.
Allí consiguió el apodo de “Chupete”, debido a su corta edad, y el respeto del histórico líder radical Ricardo Balbín, que en septiembre del mismo año eligió a la joven promesa como su compañero de fórmula para enfrentar al binomio Juan Domingo Perón- Isabel Perón, que terminaría imponiéndose.
El golpe de Estado militar del 24 de marzo de 1976 terminó con la senaduría de De la Rúa, que se dedicó entonces a la actividad académica en el extranjero y se desempeñó como abogado de la firma Bunge&Born.
Con el regreso de la democracia en 1983, volvió a la actividad política con la aspiración de ser presidente y, respaldado por el balbinismo, se lanzó ante un Luna Park lleno, aunque luego, al ver que Raúl Alfonsín era imparable, retiró su precandidatura.
No obstante, el cordobés de nacimiento y porteño por adopción se presentó en esas elecciones nuevamente como candidato a senador por la Capital Federal y venció al postulante del justicialismo Carlos Ruckauf.
De vuelta en el Senado, De la Rúa se desempeñó como presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y en 1989 revalidó su mandato con el 33,11% de los votos, pero un acuerdo entre el PJ y la UCeDé hizo que el Colegio Electoral le otorgara el lugar a Eduardo Vaca, pese a haber tenido menos votos.
Sin claudicar por ese revés, en 1991 De la Rúa ganó como candidato a diputado y asumió como presidente del bloque de la UCR y en 1993 llegó nuevamente al Senado tras ganar las elecciones en la Capital Federal con más del 50% de los votos.
Desde su banca, el radical invencible del distrito porteño se convirtió en el mayor crítico del Pacto de Olivos que firmaron Alfonsín y el entonces presidente justicialista Carlos Menem, que abrió la puerta para la reforma constitucional que habilitó la reelección del segundo.
Con su título de invicto candidato porteño y el perfil más duro que había comenzado a cosechar, De la Rúa se presentó a las primeras elecciones a jefe de Gobierno de la recién reconocida Ciudad Autónoma de Buenos Aires en 1996 y ganó el cargo con el 40% de los votos.
Desembarco en la Rosada
Un año después de su asunción como jefe de Gobierno porteño, De la Rúa se convirtió en protagonista central de la fundación de la Alianza por el Trabajo, la Justicia y la Educación que integraban la UCR y el Frente País Solidario (Frepaso).
En 1997, con el apoyo clave de Alfonsín, De la Rúa se convirtió en presidente del Comité Nacional de la UCR y desde allí saltó a la interna abierta por la candidatura presidencial de la Alianza de 1998, en la que le ganó con el 62% de los votos a la postulante del Frepaso, Graciela Fernández Meijide, que sacó el 38%.
Acompañado por el frepasista Carlos “Chacho” Álvarez, De la Rúa ganó las elecciones presidenciales de 1999 con el 48,5% de los votos, contra el 38,09% del binomio peronista Eduardo Duhalde- Ramón Ortega.
La UCR volvió así a contar con un correligionario en el Sillón de Rivadavia, aunque no previó el trágico final.
De la Rúa buscó bajar el gasto público y mantener la paridad peso/dólar que había heredado de Menem, dos elementos que se combinaron con el “blindaje” financiero a través de un préstamo del FMI por 40.000 millones de dólares, con sus respectivas condiciones de contracción económica.
Caída del PBI, aumento exponencial del desempleo, recortes en programas sanitarios, jubilaciones y educación y una fuga de capitales imparable conformaron una espiral descendente en la que De la Rúa cambió tres veces a su ministro de Economía: a José Luis Machinea le siguió Ricardo López Murphy y, finalmente, Domingo Cavallo, el ex ministro de Menem y “padre” de la convertibilidad que el presidente quería mantener a toda costa.
Se vio jaqueado también en lo político, cuando en octubre de 2000 “Chacho” Álvarez renunció a la vicepresidencia en medio del escándalo por el presunto pago de coimas en el Senado para aprobar la polémica Ley de Reforma Laboral.
La Alianza se resquebrajaba, De la Rúa aparecía extremadamente debilitado y, para colmo el gobierno perdió por paliza las elecciones legislativas de octubre de 2001 contra el peronismo, que consolidaba su mayoría en las dos cámaras del Congreso.
En diciembre, Cavallo anunció la restricción del retiro de dinero de los bancos por parte del público, la medida que se conoció como el “corralito” y que selló la suerte de De la Rúa, a quien días después el peronismo le tomaba la línea de sucesión al poner a Ramón Puerta en la presidencia provisional del Senado.
La clase media y los sectores más humildes se unieron en una protesta nacional para exigir “que se vayan todos”, y con el canto “piquete y cacerola, la lucha es una sola”, salieron a las calles y dieron forma a una rebelión popular que fue reprimida y dejó un saldo de 27 muertos.
El 20 de diciembre de 2001, a las 19.45, De la Rúa presentó su renuncia y se retiró de la Casa Rosada en helicóptero, una imagen que se convirtió para siempre en una postal del caos.
Condenado al ostracismo político por aquellas jornadas trágicas, el dirigente radical se alejó de la escena pública: en los últimos años, sus apariciones en los medios, básicamente, se debieron a su problemas de salud.
En ese sentido, su última aparición pública fue el 30 de noviembre pasado cuando había asistido junto a su esposa, Inés Pertiné, a la Gala del G20 realizada en el Teatro Colón.
Producto de esos inconvenientes de salud, ayer De la Rúa falleció a los 81 años en la Clínica Fleming, del barrio porteño de Colegiales.
“Dio todo por el país”
Los restos del ex presidente de la Nación fueron despedidos en una ceremonia íntima
en el Congreso. Todos los sectores políticos expresaron el reconocimiento a su trayectoria
En una ceremonia íntima, despidieron ayer en el Congreso de la Nación los restos del ex presidente Fernando de la Rúa, con el actual mandatario Mauricio Macri entre los presentes.
Acompañado por la primera dama, Juliana Awada, el jefe de Estado fue el primero en llegar, cuando sólo se encontraban en el lugar la viuda Inés Pertiné, y los tres hijos del difunto, Antonio, Fernando y Agustina De la Rúa.
“Lo vamos a despedir como corresponde, era un patriota que dio todo por el país”, expresó Pertiné antes de que comenzara formalmente el velatorio en el Salón de los Pasos Perdidos.
La ceremonia se realizó a cajón abierto, con el bastón y la banda presidencial que utilizara el ex presidente colocados junto al cuerpo, y un crucifijo detrás.
El gobierno de Macri se hizo presente con sus principales figuras: estuvieron la vicepresidenta Gabriela Michetti; el jefe de Gabinete, Marcos Peña; el ministro de Interior, Rogelio Frigerio; la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien fue titular de la cartera de Trabajo, Empleo y Formación de Recursos Humanos durante su gestión; el canciller Jorge Faurie, el ministro de Defensa, Oscar Aguad; y el secretario general de la Presidencia, Fernando De Andreis.
También se acercaron al Congreso para dar el pésame los senadores de Cambiemos Luis Naidenoff (UCR) y Esteban Bullrich (PRO), y el jefe del interbloque oficialista en la Cámara de Diputados, Mario Negri (UCR).
A su vez concurrieron algunos ex funcionarios del ex mandatario radical, como Rafael Pascual, quien fuera presidente de la Cámara de Diputados de la Nación durante su gestión, y el ex canciller Adalberto Rodríguez Giavarini.
Otros dirigentes, como los gobernadores María Eugenia Vidal (Buenos Aires), Juan Schiaretti (Córdoba) y Alberto Rodríguez Saá (San Luis) enviaron coronas de flores fúnebres que adornaron los pasillos contiguos al Salón de los Pasos Perdidos. .
“Lamento el fallecimiento del ex presidente Fernando de la Rúa. Su trayectoria democrática merece el reconocimiento de todos los argentinos. Acompañamos a su familia en este momento”, publicó Macri en su cuenta de Twitter por la mañana, cuando se se enteró de la noticia del fallecimiento.
Por su parte, Negri sostuvo que “independientemente de los juicios de valor que se hagan sobre su gestión”, De la Rúa “fue un hombre honesto” y “no un ladrón”.
“Le costó gobernar un país en circunstancias difíciles, fue un gobierno débil que atravesó circunstancias de crisis que no se conocían”, indicó en declaraciones a la prensa sobre el precipitado final del gobierno de la Alianza, luego de las trágicas jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001.
Tras la salida de Macri del Congreso, se abrieron las puertas para que el público pudiera despedirse.
Finalizada la ceremonia en el Congreso, los restos de De la Rúa fueron trasladados a la sala de velatorios O’Higgins, en el barrio de Núñez, donde quedará en guarda hasta que hoy a las 11 salga el cortejo al Parque Memorial de Pilar, para su inhumación.
Reconocimiento unánime
“Lamento profundamente el fallecimiento del ex presidente Fernando De La Rúa. Un hombre que buscó siempre fortalecer la democracia de nuestro país. Mis condolencias a su familia en este duro momento”, señaló la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que durante el breve mandato de De la Rúa estuvo al frente de la carteras de Trabajo y de Seguridad Social.
Desde Cuba, donde visita a su hija Florencia, la ex mandataria Cristina Kirchner se sumó a los mensajes de despedida a De la Rúa.
“Nuestras condolencias a familiares y amigos del ex presidente Fernando De La Rua”, escribió la líder de Unidad Ciudadana en su cuenta de Twitter.
Lo propio hizo el precandidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández: “Lamento el fallecimiento del ex presidente Fernando De la Rua. Mis condolencias a sus familiares y amigos”.
“Mis condolencias a la familia y amigos del ex presidente Fernando de la Rúa”, manifestó el precandidato a vicepresidente por Juntos Somos el Cambio, Miguel Ángel Pichetto.
A su vez, el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, que ocupó el cargo de ministro de Turismo, Cultura y Deportes en la Presidencia del fallecido ex mandatario, expresó: “Falleció Fernando De la Rúa. Una vida de trayectoria democrática dedicada al servicio público. Honrado de haberlo acompañado en tiempos difíciles”.
“Lamento el fallecimiento del ex presidente Fernando de la Rúa. Acompaño a su familia y amigos en este doloroso momento. QEPD”, expresó la líder de la Coalición Cívica-ARI, Elisa Carrió, a través de su cuenta de Twitter.
La cantante colombiana Shakira, quien fuera durante 11 años pareja de Antonio De la Rúa, hijo mayor del dirigente, dedicó un sentido homenaje en las redes sociales, en el que definió al ex presidente radical como “un amigo”.
La estrella del pop afirmó que a su ex suegro lo recordará “con un grande y profundo cariño” por su “humildad y el fondo tierno de su alma”.
“Seré siempre tu amiga, a pesar de cualquier cosa, en el más allá, como en esta vida. Te quiero, amigo”, concluyó.
Por su parte, el dirigente radical Ricardo Gil Lavedra, que ocupó el Ministerio de Justicia durante la Presidencia de De la Rúa, consideró que el fallecido ex mandatario fue “un hombre que dedicó toda su vida al servicio público. Fue un legislador extraordinario, muy buen jurista. Le tocó una etapa muy difícil cuando tuvo que conducir los destinos del país”.
El ex diputado nacional de la UCR Juan Manuel Casella aseguró que el ex jefe de Estado “fue un hombre inteligente que se preparó toda la vida para ser presidente. Fue honesto y serio”.
En el mismo sentido se expresó el postulante a diputado nacional Sergio Massa: “Mi saludo y condolencias a los amigos y familiares del ex presidente Fernando de la Rúa en este doloroso momento”.