Cuando aún resuenan en el presente los ecos de una edición que estuvo teñida por la polémica pero que, como cada año, dejó en el haber 20 mil espectadores que disfrutaron en 2018 de 32 espectáculos en 68 funciones, el Festival de Teatro de Rafaela 2019 (FTR19) pone en marcha este martes su décimo quinta edición con algunos espectáculos menos que el año pasado e inferior cantidad de funciones pero manteniendo sus históricos seis días, con una programación variada en salas, calles, espacios alternativos y la habitual carpa de circo, una vez más organizado por la secretaría de Cultura del municipio local, en cogestión con el Instituto Nacional del Teatro (INT) y el gobierno santafesino.
Con el lema “Una ciudad en movimiento, un festival imparable”, hasta el domingo, Rafaela contará con propuestas que llegarán desde Buenos Aires, Córdoba, Salta, Mendoza, Rosario, San Martín de los Andes, una coproducción entre España y Noruega, otra de Uruguay y algunas de producción local. Y como sucede desde 2011, el encuentro teatral sumará como subsedes a las localidades de Ataliva y Suardi.
“El festival tendrá como siempre una propuesta variada, pensada para los diferentes públicos y las elecciones de esos públicos”, adelantó el director artístico del encuentro Gustavo Mondino, teatrista de vasta trayectoria que va su cuarta edición al frente del FTR, que hoy contará en su jornada de apertura con un desfile de producción local titulado Volare, a cargo de Ariel Falchini, Pablo Pellegrinet y Jorgelina Sabena (Colectivo de Artistas), al que luego del actor inaugural se sumarán Leonardo, trabajo práctico Nº 1 de Gerardo Hochman, El río en mí de Francisco Lumerman y Romance del Baco y la Vaca de Gonzalo Demaría, todas propuestas porteñas.
“Hace unos días participé de un encuentro de festivales iberoamericanos (EFíbero) que se hizo en Buenos Aires; allí conocimos las realidades de los diferentes festivales y a la conclusión que arribé cuando me tocó hablar del FTR es que es un festival en el que nos vemos las caras todos; a mí como a cualquier otra persona del equipo de trabajo nos encuentran todo el tiempo trabajando, poniendo un banner, repartiendo números en la boletería o postales, del mismo modo que armando una puesta o trasladando escenografía, porque estamos todo el tiempo presentes, disponibles para ofrecer todo lo que esté a nuestro alcance”, citó Mondino como una de las claves del éxito del festival que con los años se convirtió en el más importante en su tipo en el país.
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Como en cada edición, son cientos los espectáculos que se presentan en la convocatoria, de los cuales este año el FTR seleccionó 24 propuestas, ocho menos que en la edición pasada. “Ese recorte que hacemos cada año entre las obras que se presentan a la convocatoria costó un poco más esta vez porque tenemos algunos espectáculos menos que en la edición anterior, y quizás el gran logro de este año sea que el FTR siga en pie. De hecho, en los últimos años venía pensado qué hacer para los quince, porque esperábamos poder dar algún salto: más obras, más días o sumar propuestas nuevas pero nos toca hacer este festival en un momento social, político y económico muy complejo y que lo vive todo el país, donde la gran celebración de estos quince años es poder sostener este espacio, que siga teniendo su presupuesto, porque contamos con el mismo presupuesto pero la plata alcanza menos. Es una decisión de política cultural que el festival siga estando, que mantenga su calidad, más allá de que tenga algunas obras y funciones menos”, expresó Mondino.
Lejos de cualquier postura que pueda plantear lo contrario, a Mondino es muy común verlo bajando escenografía, coordinando actividades diversas, acompañando a los elencos, participando cada mañana de las Mesas de Devoluciones que llevan adelante periodistas especializados y críticos, un clásico del FTR, o como el sábado último, cuando el sol asomada en el horizonte rafaelino, dando números en la apertura de venta de entradas en la boletería del Complejo Cultural del Viejo Mercado, donde una larga cola se formó en las primeras horas de la madrugada.
“La mayoría de las funciones para adultos están agotadas; por suerte, en todo lo que implica la organización de un festival de estas características donde uno tiene que estar atento a muchas cosas, no es una preocupación la respuesta del público que siempre estuvo y está, nos acompaña, y es algo que nos pone muy felices”, dijo Mondino.
El eco de una polémica
El año pasado, en medio del debate por la Ley de Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito, se presentó Dios, obra del talentoso creador porteño Lisandro Rodríguez que pasó FTR, sin duda, en su edición más movilizante a la fecha, que terminó en medio de una encendida polémica de alcance nacional que partió de unas fotos de la obra y que, entre otras cosas, sirvió para que muchos referentes de la cultura salgan a apoyar la libertad y pluralidad que el encuentro tuvo desde un comienzo.
“El lado negativo de la polémica del año pasado, y es algo que permiten las redes sociales, fue el hecho de hablar muy gratuitamente sin estar informados y desde un lugar de mucha violencia y agresividad, porque fue lo que sucedió, más allá de que no lo esperaba aunque sí pensara que podía haber gente que no esté de acuerdo y que pueda manifestarlo. De todos modos nunca esperé que fuera para tanto y sobre todo a partir de una foto que se viralizó, porque la gente que estuvo en la sala y vio el espectáculo salió encantada, emocionada, conmovida; me dio un poco de lástima que la polémica fuera por eso y no por la obra en sí”, dijo Mondino.
Y completó: “Siempre buscamos que el festival dialogue con la ciudad; el FTR ha sido muy inclusivo desde su programación en todos estos años, por eso no tenemos una línea curatorial que desarrolle un tema por edición sino que buscamos que las temáticas que planteen las obras dialoguen con la ciudad y su gente. Son muchas miradas, gente que ve teatro todo el año y otra que ve sólo las obras del festival. Es bueno que una obra movilice a una ciudad como Rafaela, donde sobre algunos temas hay una mirada un poco cerrada, y que no es algo excluyente de Rafaela porque por el mismo tema hubo encendidos debates en otros lugares. Hay temas sensibles que despiertan confrontación y eso es lo que no me gusta porque podemos pensar distinto pero respetando a los demás. Cuando se agrede o se violenta desde las formas de expresión, hay un límite que es claro. Por todo lo demás, bienvenida la discusión, el diálogo, el teatro como algo movilizador; este es un festival que se programa en un país en el que están sucediendo cosas, cambios muy importantes, y el arte no escapa a eso. Por el contrario, cuestiona, interpela y plantea posiciones. De todos modos, y más allá de la polémica, el festival sigue adelante, avanza y eso es algo a lo que los rafaelinos deben apostar y defender”.