Al menos 33 personas murieron este jueves en un incendio al parecer intencionado en un estudio de animación de Kioto, en el oeste de Japón, según un nuevo balance de víctimas. El balance se va agravando con el paso de las horas, y sigue sin conocerse el móvil del sospechoso, acusado de haber entrado en el edificio con bidones y haber rociado nafta antes de prenderle fuego. Antes, el sospechoso fue visto en una estación de servicio llenando bidones de combustible, según medios japoneses.
Si se confirma la causa del siniestro, se trataría de una de las mayores matanzas de las últimas décadas en Japón, donde la criminalidad es baja.
Dos víctimas quedaron atrapadas en la planta baja y otras 31 en los dos pisos o en las escaleras que conducen a la terraza, dijo un portavoz de los bomberos a AFP.
Las autoridades estimaron que el balance de muertos podría aumentar, debido a que varios empleados estaban desaparecidos, en tanto que otros 35 resultaron heridos, diez de las cuales se encontraban en condición grave.
Según los medios locales, se cree que unas 70 personas estaban en el edificio cuando comenzó el siniestro.
El fuego se desencadenó hacia las 10.30 locales (01.30 GMT, tres horas menos en la Argentina) en un inmueble de la empresa Kyoto Animation, que produce exitosas series de animación para televisión.
Tres horas después estaba casi apagado aunque seguía saliendo humo de algunas ventanas, según imágenes difundidas por la televisión.
«Las llamas avanzan mucho más rápido con nafta que en un incendio normal, así que creo que el incendio se propagó tan rápido que los sistemas de alarma y las puertas contra incendios no tuvieron tiempo de funcionar», explicó Keizo Harafuji, ex investigador de la Policía de Tokio, en la televisión pública de la NHK. «En algunos casos, la temperatura en una habitación puede subir a 1.500 grados», añadió.
«Van a morir»
«Estamos siguiendo la situación y viendo cómo podemos proceder, de momento no podemos decir más», declaró a la agencia AFP por teléfono una persona de la casa matriz del estudio.
«Un hombre vertió un líquido inflamable e inició el incendio», declaró a la AFP un portavoz de la prefectura de Policía de Kioto. «Dijo van a morir», según un testimonio difundido por el canal público de televisión NHK.
«Algunos testigos declararon que habían escuchado detonaciones en el primer piso de Kyoto Animation y visto humo», indicaron los bomberos. «Escuché dos fuertes explosiones», contó un hombre a NHK.
El responsable del incendio sería un hombre de unos 40 años que también habría resultado herido y estaría hospitalizado bajo vigilancia policial.
Se encontraron cuchillos en el edificio, pero se desconoce si eran del sospechoso.
«Quedé sin palabras», escribió el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, quien aseguró que rezaría por las víctimas de este incendio.
«Hemos recibido correos electrónicos con amenazas de muerte», aseguró Hideaki Hatta, CEO de Kyoto Animation, quien dijo no poder «soportar el hecho de que quienes representan a la industria de la animación en Japón hayan sido heridos o perdido la vida».
Mundo de la animación conmocionado
Kyoto Animation es una sociedad de producción de dibujos animados que crea personajes y concibe y vende productos derivados de las series.
Unas 160 personas trabajaban en la empresa, que incluía una escuela de animación.
Kyoto Animation posee dos edificios, uno de los cuales es el incendiado, y su sede en la prefectura de Kioto.
El incendio provocó reacciones de tristeza de renombrados animadores, entre ellos el realizador del largometraje animado «Your Name»:
«Todos ustedes, en Kioto Animación, les suplico, estén a salvo», escribió en su cuenta de Twitter Makoto Shinkai.
«¿Por qué, por qué, por qué?», expresó Yutaka Yamamoto, que fue miembro del estudio de Kyoto Animation en la serie Lucky Star.
La tasa de criminalidad es relativamente baja en Japón, pero de vez en cuando el país registra crímenes sangrientos provocados por la llamada violencia ciega, en la que individuos en un momento de locura matan indiscriminadamente.
En julio de 2016, un joven apuñaló mortalmente a 19 personas en un hospicio de enfermos mentales a unos 50 km de Tokio, la matanza más grave desde 1938.
En 2008, un hombre de 28 años, armado con un puñal y al volante de un camión, sembró el pánico en el barrio Akihabara de Tokio, dejando siete muertos y 10 heridos.
El hombre atropelló a varias peatones y luego descendió del vehículo apuñalando a varias personas.
En junio de 2001, un hombre mató a ocho niños de una escuela en Osaka.