A René «Brujo» Ungaro lo condenaron a 11 años de cárcel como coautor del crimen del ex líder del paralavanchas leproso Roberto «Pimpi» Caminos y está imputado como líder de una asociación ilícita que tiene como lugartenientes a Carlos «Pelo Duro» Fernández y los hermanos Alan y Lautaro «Lamparita» Funes entre otros familiares. Brujo cumplía condena en un pabellón de la Unidad Penal 11, de Piñero, pero una noche de mayo lo trasladaron a la cárcel de Coronda. Sus defensores presentaron un habeas corpus para pedir un resguardo físico en ese penal debido a que también están alojados en otro pabellón el hijo de Pimpi Caminos, Alexis y sus lugartenientes. Su estadía en Coronda duró unos 5 días y luego lo trasladaron otra vez a Piñero pero lo mantuvieron en una celda de resguardo –conocida como buzón, ya que no permite contacto con otros internos–. Este miércoles sus defensores plantearon una nueva acción para que vuelva a su antiguo pabellón. Sin embargo, la jueza interviniente negó esa posibilidad. A cambio dispuso que Brujo permanezca en el mismo pabellón para presos de alto perfil, pero fuera del reguardo.
En 2011, Brujo fue condenado junto a Carlos «Betito» Godoy a 17 y 11 años de cárcel, respectivamente. En ese primer juicio, Emanuel Suárez logró zafar pero luego fue condenado por una participación secundaria a 6 años de prisión mientras las defensas del Brujo y Betito apelaron el fallo. Tras la presentación, a Brujo le redujeron la condena a 11 años. Esa misma sanción le aplicaron a Diego «Panadero» Ochoa en 2017 al ser condenado como el autor intelectual del crimen de Pimpi.
En 2018, Godoy logró una libertad condicional pero para entonces Brujo había sido imputado — en abril de ese año — como cabecilla de una organización delictiva junto con los hermanos Alan y Lamparita y Pelo Duro. Los dos últimos fueron condenados mediante un acuerdo abreviado por el crimen de Cristian Alejandro “Bebe” Ferreyra, en mayo de 2017, y varios hechos de amenazas, lesiones y portación de armas. Los condenaron a 7 y 12 años respectivamente.
Los Miserables
En mayo de 2017 se realizaron más de 30 allanamientos por personal de la Policía Federal a pedido de la fiscal provincial Gisela Paolicelli, quien investigó una asociación ilícita dedicada a cometer delitos contra la integridad de las personas y la propiedad en barrio Grandoli y República de la Sexta. Esta medida judicial que dejó 14 detenidos se impulsó a los fines de apaciguar una serie de hechos de sangre que se dieron en medio de una disputa entre dos bandos Caminos – Segovia contra los Ungaro – Funes que se agudizó con el crimen de Mariela Miranda en 2016, madre de los Funes. Brujo fue imputado a finales de abril de 2018 junto a otras personas, entre ellas su hermana Daniela, quien supo ser pareja de Luis Medina asesinado junto a su novia Justina Pérez Castelli, el 29 de diciembre de 2013 cuando volvía en auto hacia el hotel ubicado en el complejo del casino.
El habeas corpus
Hasta mayo de este año, Brujo, de 33 años, estuvo en el pabellón 13 de la cárcel de Piñero cumpliendo condena. Pero una noche de ese mes fue trasladado a la Unidad Penal 1 de Coronda. El fundamento del Servicio Penitenciario fueron las cuestiones de espacio que hacían a la organización del penal. Pero sus defensores Hernán Tasada y Mariano Scaglia hicieron una presentación judicial para que lo resguarden. Ello significó ubicarlo en una celda de aislamiento. A los pocos días, fue restituido a la cárcel de Piñero.
Esta vez lo llevaron a un pabellón de alto perfil y lo ubicaron en una celda de resguardo que hay en el lugar. Los defensores presentaron un nuevo habeas corpus ya que dijeron que esa orden judicial se dictó por su situación en Coronda. Además, Tasada y Scaglia explicaron que la estancia en un buzón agrava las condiciones de detención y agregaron que su cliente nunca tuvo problemas en el pabellón 13 donde todos los internos firmaron para su regreso.
En ese marco, Matías Daruvich, uno de los representantes del Servicio Penitenciario, aclaró en la audiencia de este miércoles que Brujo está en resguardo por una orden judicial y contó que se pidió el cese del resguardo el día previo a la audiencia.
Mientras que los fiscales Matías Edery y Josefina Bertotto consideraron que las razones invocadas por la defensa no eran suficientes para el cese del resguardo.
Finalmente la jueza Prunotto no hizo lugar al planteo de la restitución de Brujo al pabellón común identificado con el número 13 aunque dispuso el cese del resguardo para que el interno continúe en el mismo pabellón de alto perfil que se encuentra, pero en régimen común.
