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EE.UU. y Rusia rompen tratado bilateral sobre el control de armas nucleares

El INF fue firmado por el presidente Ronald Reagan y el líder soviético Mijail Gorbachov en 1987 para eliminar los misiles nucleares de medio y corto alcance. Con este acuerdo se logró que ambas potencias eleminaran el 80% de su arsenal atómico. El mundo teme una escalada armamentística

Estados Unidos y Rusia proclamaron este viernes el fin de un tratado bilateral de la época de la Guerra Fría considerado un pilar del control de las armas nucleares, con acusaciones mutuas y en medio de crecientes temores mundiales a una nueva carrera armamentista.

Washington y Moscú se responsabilizaron por la muerte del tratado INF (por sus siglas en inglés), firmado por el presidente Ronald Reagan y el líder soviético Mijail Gorbachov en 1987 para eliminar los misiles nucleares de medio y corto alcance.

Según Estados Unidos, Rusia estuvo desarrollando y emplazando armas que violan el tratado y que amenazan no sólo sus intereses sino también a sus aliados, en especial en Europa.

«Rusia es la única responsable de la muerte del tratado», dijo este viernes el secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo, seis meses después de denunciar el pacto por la negativa de Moscú de destruir un misil de crucero, el 9M729, que según Washington lo viola.

Por su lado, el ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia confirmó sin precisar más detalles que el tratado está “formalmente muerto”. El colapso definitivo de un pacto que desde que entró en vigor contribuyó a que ambas potencias redujeran un 80% su arsenal nuclear desató numerosas alarmas, especialmente al llegar en un momento en el que ha vuelto a elevarse el riesgo de confrontación de Estados Unidos con Irán y Corea del Norte. Este último país mantiene su programa nuclear militar pese a las negociaciones directas entre Trump y Kim Jong-un.

La Otan cerró filas tras Washington, y no sólo acusó a Rusia por el fin del tratado sino que prometió responder «de manera medida y responsable al significativo riesgo que el misil ruso 9M729 constituye para la seguridad de la Alianza» atlántica de 29 países.

Con el INF muerto, Estados Unidos es libre de desarrollar armas hasta ahora prohibidas, y el Pentágono ya ha pedido al Congreso que apruebe para 2020 un presupuesto de 10 millones de dólares destinado a esto precisamente.

De hecho, el gobierno del presidente Donald Trump se apresta a probar una de esas armas en las próximas semanas, informó la cadena CNN, citando a un funcionario de alto rango que pidió no ser identificado.

Activistas temen que la salida de Estados Unidos del INF empuje a ambas naciones a eliminar también el pacto aún más importante New START, que expira en 2021 y que ahora es el único acuerdo de control de armas nucleares entre Estados Unidos y Rusia.

Si Trump saliera también de ese tratado o permitiera que expire, será la primera vez desde 1972 que ambas potencias operarán sin ningún tipo de restricciones mutuas a sus fuerzas nucleares.

Trump no se ha comprometido a extender o reemplazar el New START, que comenzó a regir en 2018 e impuso límites al número de cabezas nucleares y lanzaderas de misiles de largo alcance.

El mandatario calificó el New START de «otro mal acuerdo» hecho por el gobierno de su predecesor demócrata, Barack Obama, y su asesor de seguridad, John Bolton, dijo en junio que era improbable que Washington prolongara el acuerdo cinco años más.

Estados Unidos dice que el creciente arsenal chino de cabezas nucleares implica que China no puede quedar afuera de los acuerdos de control de armas atómicas, y Trump expresó su deseo de negociar un pacto sobre este asunto que sea firmado por Estados Unidos, Rusia y China.

Líderes europeos se manifestaron su decepción por el fin del INF, así como sus temores por su impacto en la seguridad mundial.

A lo largo de su vida, el tratado INF permitió la eliminación de 2.692 misiles balísticos terrestres o de crucero nucleares y convencionales.

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