Hace algunos años se conocía por estas latitudes la electrizante Tom à la ferme (Tom en la granja), película dirigida por el joven realizador canadiense Xavier Dolan, basada en la obra teatral homónima de su coterráneo Michel Marc Bouchard, uno de los dramaturgos más talentosos y reconocidos de su generación.
En lo que se presume como un gran acontecimiento teatral dada la dimensión internacional que adquiere el hecho y la visita confirmada del autor para la última función del 31 de agosto, este sábado por la noche tendrá su estreno oficial en Rosario y en la Argentina Tom en la granja, bajo la dirección de Aquiles Pelanda, quien también actúa junto a Lucia Dominissini, Leandro Iossa y Paula Luraschi, a partir de una traducción del texto original de Boris Schoeman, con el coaching actoral de Esteban Trivisonno, entre otros integrantes de un equipo que completan Lorena Fenolgio (vestuario), Danilo Molinos (escenografía), Igal Chami (luces), Imanol Muñoz (coreografía) y Leandro Doti (gráfica).
Llega Tom
El regreso de un amor perdido y oculto a una comunidad pequeña desata una serie de conflictos que han estado silenciados en una familia que atraviesa un duelo. Tom llega a una granja perdida en el vacío de los que viven lejos y aislados. Allí, cuatro personajes se reúnen a partir de un muerto que alguna vez fue un buen amante, un hijo que escapó, un hermano triste y negado y un falso novio.
“La obra se pregunta qué es lo verdadero, cuáles son los límites de alguien que dedica su vida a la negación; también se pregunta por aquellos recovecos del mundo donde los seres humanos no pueden todavía elegir ni reivindicar sus formas de amar. Es un drama tratado con ironía y tintes de comedia que invita a reírse pero sobre todo a conmoverse y reflexionar”, adelanta el equipo de la versión local de Tom en la granja, obra estrenada en escenarios de Europa y América con singular repercusión.
Respecto de cómo fue el acercamiento al material, el actor y director Aquiles Pelanda adelantó a El Ciudadano: “Se dio a partir de la película de Xavier Dolan; cuando la vi me pareció muy teatral. Investigando, me encontré con que estaba basada en una obra de teatro. Aunque no parezca, hace cinco o seis años no estábamos tan conectados como ahora. En ese momento le envié cientos de mensajes a Dolan que nunca respondió. Los actores de la película también recibieron mensajes míos. Pero la investigación me llevó a contactarme con el traductor y director de la versión mexicana de la obra, Boris Schoemann, que fue quien finalmente me paso la versión en castellano. La imprimí y la devoré; me pareció magnifica, dura, violenta, poética y también me pareció algo muy difícil de hacer, casi inalcanzable, porque la obra plantea una dificultad técnica y actoral importante”.
Y completó: “La obra quedó en un cajón, pasó un tiempo y comencé a estudiar en el taller de Oscar Medina aquí en Rosario y con Helena Tritek en Buenos Aires; conocí gente maravillosa, valiosa y muy comprometida que hoy son mis compañeros de elenco y parte del equipo que me acompaña. Así fue que finalmente pedí los derechos, a partir de que Schoemann me pasó el mail del autor. Y para mi sorpresa, su respuesta fue inmediata y muy positiva, fue un momento increíble. Desde que comenzamos con los ensayos estamos en contacto y charlamos mucho acerca de la propuesta. Y hace unos meses nos dio la grata noticia de que viajara a Rosario para ver la última función del 31 de agosto”.
Intolerancia como disparador
“La obra nos pareció fascinante por todo lo que abarca”, dijo Pelanda apuntando a que el texto cuenta una historia que hace pie en la homofobia pero que desde allí dispara hacia otras problemáticas.
“Si bien podría parecer que la obra sólo habla de la homofobia y la intolerancia a las sexualidades disidentes, también trata temas como las consecuencias a partir de la muerte de un ser querido y la incidencia de la mentira y los lazos familiares, entre otras cuestiones”, continuó el actor y director que consideró valioso el momento donde la obra se estrena en el país, dado el debate y la visibilización de derechos del colectivo LGTBI.
“Éste es el momento, porque estos son tiempos de visibilizacion de derechos y de cambio de paradigmas. De todos modos, lo que surge siempre en las charlas posteriores a los ensayos es que más allá de que las cosas están cambiando, en lo singular, en lo íntimo, las personas con sexualidades disidentes aún sufren el dolor y la angustia de lo que eso significa. En este caso, el personaje de Tom llega a una granja en un pueblo alejado, un lugar totalmente hostil y violento. Ese contexto hace más difícil visibilizar todas estas cuestiones, por esto de «pueblo chico, infierno grande». El autor siempre hace referencia en sus entrevistas a que los homosexuales aprenden a mentir antes que amar, y yo creo que la obra habla también sobre eso: sobre las consecuencias de esas mentiras”, profundizó el creador que para montar la versión local trabajó a partir de la traducción mexicana y la versión original.
“Era muy necesario para nosotros poder «argentinizar» la temática y ciertas formas. La obra se escribió en la otra punta del planeta, la idiosincrasia es otra y para nosotros como actores era muy necesario hacer propias esas palabras y modos de decirlas”, expresó Pelanda. Y concluyó: “La obra transita por momentos muy variados, los hay violentos y con cierta carga sexual que fueron trabajados con mucha responsabilidad y otros más relajados que también tiene la obra. Pero está tan bien escrita que todos los momentos por los que transita se refugian bajo un velo poético que los hace diferentes”.
PALABRAS DEL AUTOR
“Tom en la granja explora las consecuencias en la edad adulta de la homofobia sufrida durante la adolescencia y los años de formación de la personalidad cuando más vulnerables somos”, escribió Michel Marc Bouchard. Y completó: “Explora en qué compleja maraña nos atrapamos cuando nos alejamos de la verdad; la obra es un thriller psicosexual donde el drama del homosexual rechazado y humillado es tan sólo la puerta a otros temas principales como el dolor de la pérdida repentina, la mentira como forma de supervivencia y como forma de amar y vivir, la búsqueda pertinaz del amor incondicional y la desesperada necesidad de encontrar respuestas”.
Para agendar
Tom en la granja se estrena este sábado, a partir de las 21, en La Sonrisa de Beckett, de Entre Ríos 1051, donde seguirá en cartel todos los sábados del mes con entradas populares