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Valdés reemplazó en mayo al jefe removido por sospecha de vínculos con narcos

Hace cuatro meses, el escándalo se hizo público cuando la sede federal santafesina fue allanada. El entonces jefe, Marcelo Lepwalts, quedó detenido y procesado junto a cinco de sus subordinados bajo sospecha de connivencia con un narco. Valdés pasó a ocupar la jefatura y hubo purga de supervisores

El atentado contra Mariano Ezequiel Valdés trajo a la memoria las circunstancias que lo pusieron al frente de la jefatura que hoy ocupa en la Delegación Santa Fe de la Policía Federal. El pasado 10 de mayo, el escándalo se hizo público cuando la institución fue allanada a pedido de la Justicia Federal. El entonces jefe en la capital provincial, Marcelo Lepwalts quedó detenido junto a cinco de sus subordinados bajo sospecha de connivencia con el negocio del narcotráfico. Un mes después, todos ellos quedaron procesados por distintos delitos.

Tapa del 10 de mayo. Así ilustró El Ciudadano el escándalo en la sede federal capitalina.

 

Hace justo cuatro meses, en la delegación santafesina fueron halladas 88 bochitas de cocaína cuya procedencia y permanencia en el lugar no estaban claras. Néstor Roncaglia, máxima autoridad de la fuerza de seguridad nacional, encabezó personalmente los operativos. “Vine a dar la cara, no escondimos esta basura bajo la alfombra”, dijo entonces, casi con la certeza de estar ante un cuadro de corrupción.

Habían pasado pocas horas del allanamiento y ya Valdés ocupaba el cargo de jefe de la fuerza en la provincia. Su antecesor no había sido el único removido: rodaron también las cabezas de los supervisores regionales, todo a pedido de Roncaglia.

Trasfondo narco

El entonces jefe Marcelo Lepwalts y otros cinco efectivos federales de la delegación santafesina fueron detenidos en el marco de una investigación por diversos delitos en sus funciones como connivencia con narcotraficantes, encubrimiento y falsificación de documento público.

Sobre los funcionarios policiales confluyeron dos causas iniciadas por las Fiscalías Federales 1 y 2, a cargo de Walter Rodríguez y Gustavo Onel, y las investigaciones de Asuntos Internos. Con los datos recolectados, se ordenaron nueve allanamientos. Uno de los resultados fue el hallazgo de 88 dosis de cocaína en la propia sede de calle San Martín 3381. La droga no tenía cadena de custodia, se dijo entonces.

El jefe de la Federal a nivel nacional, Roncaglia, desembarcó en helicóptero en la ciudad de Santa Fe el mismo día de los operativos. “Como jefe de Policía vine a dar la cara; no escondimos esta basura bajo la alfombra bajo ningún punto de vista. El que saca los pies del plato, el que decide delinquir, sea lo que sea, y más complicado si es policía, vamos a investigar. Y este es el resultado. La investigación la hizo la propia Federal; nosotros generamos nuestros propios anticuerpos. No vamos a permitir este tipo de conductas”, dijo entonces el comisario.

Casi un mes después, el último día de mayo, el juez federal Francisco Miño procesó a Lepwalts y a los cinco subalternos por proteger a traficantes de sustancias prohibidas.

El narco con quien –según el expediente– los federales arreglaban es Guillermo Kernc, quien fue procesado por tenencia de drogas con fines de comercialización, cohecho y portación ilegal de arma de fuego.

A Lepwalts y a los suboficiales Cristian Bogetti, Michael Arbildo y Carlos Navarro los procesó por falsedad ideológica, sustracción de elementos probatorios, encubrimiento, incumplimiento de los deberes de funcionario público, falso testimonio y tenencia simple de estupefacientes. Quedaron detenidos y embargados en 300 mil pesos. Por otra parte, Miño procesó sin prisión preventiva a Dario Duarte y Lucas Bustos por tenencia simple de estupefacientes. El magistrado los embargó por 5 mil pesos.

Rodaron cabezas

Ese escándalo puso a Valdés, hombre de confianza de Roncaglia, al frente de la Delegación de Santa Fe. No sólo eso, Roncaglia removió a los superiores de Lepwalts: los comisarios Gustavo Ghiglione y Fabricio Geist.

Ghiglione, era el ex jefe del Área III en Rosario y supervisaba 11 delegaciones de la Policía Federal, entre ellas la de Santa Fe. Voceros del Ministerio de Seguridad señalaron que “no está involucrado con las causas judiciales federales que derivaron en los operativos” y agregaron que la decisión de Roncaglia fue “para garantizar la transparencia en la gestión”.

Otro federal que cayó en la volteada fue el ex director general de la Agencia Regional de Córdoba, el comisario mayor Guillermo Guardia, superior de todos ellos.

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