Por: Guillermo Ferretti
Poco por allí, poco por allá. El primer ensayo de pretemporada de los canallas fue, desde lo futbolístico, pobre. Central y Tiro Federal terminaron empatando sin goles en un partido chato, casi sin emociones. Tan flojo fue lo que entregaron los protagonistas dentro del campo de juego que no hay dudas de que el gran protagonista de la fría tarde de Arroyito fue el socio auriazul. Es que más de cuatro mil hinchas se dieron cita en el Gigante. Y con la excusa del amistoso, aprovecharon la oportunidad para darle una inequívoca muestra de respaldo al equipo desde la cabecera que da espaldas al Club de Regatas Rosario.
Es cierto que Mostaza no dispuso ayer de todo el plantel para armar el equipo. De las siete incorporaciones sólo hubo dos en cancha: Sergio Rodríguez y Diego González. Y además, el DT aguarda con optimismo la llegada de no menos de tres jugadores más, un par de ellos para la zona de ataque. Esta coyuntura, sumado a que este fue el primer ensayo del receso, impide plantear conclusiones contundentes sobre lo que mostró el equipo ante Tiro. Pero también es cierto que faltan apenas un par de semanas para que Central comience su marcha en el torneo de la B Nacional. Y, por lo visto en el ensayo de ayer, no será sencillo para Merlo ensamblar tantas piezas en tan poco tiempo.
Ante Tiro Federal, desde lo colectivo, mostró algunas virtudes, como el orden y la firmeza defensiva, pero se mezclaron con distintas falencias, como la carencia tanto de profundidad como de variantes ofensivas. Pero el empate sin goles del Central de Mostaza Merlo ante los tirolenses dejó en evidencia que, aunque faltan acoplarse algunos jugadores, el equipo arrastra todavía algunos males del pasado. Y el que más debe preocupar es la falta de generación de juego de tres cuartos de cancha hacia el arco rival. Ayer, en 70 minutos de juego, el canalla prácticamente no inquietó al arquero Cárdenas. Hubo muy poco juego por las bandas y la precisión cerca del área brilló por su ausencia.
Desde lo individual, se destacó Jonatan Gómez, dueño de una velocidad que le debería permitir hacer diferencia en esta divisional. Pero le falta un poco más de control en las acciones. Correr tan rápido no termina siendo útil si no hay tiempo para pensar la jugada. Menos todavía, si esta velocidad no está acompañada del correcto dominio del equilibrio. Los arranques de Gómez, rara vez no finalizan con él en el suelo.
Desde lo defensivo, y más allá del poco conocimiento entre los que jugaron, el equipo estuvo sólido. Y en la zona de volantes, hubo buen manejo, con la lógica falta de precisión del “primer amistoso”. Con un Rivero que sigue insinuando condiciones futbolísticas suficientes como para ganarse la confianza del DT. Tal vez lo más preocupante asome en ataque, donde De León no termina de madurar y Figueroa no recibe juego donde realmente lastima, dentro del área.
Mientras espera por la puesta a punto de algunos jugadores, la resolución del conflicto Burdisso-Braghieri, y los refuerzos que faltan, Merlo sigue tranquilo. Tal vez confiado en su capacidad, Mostaza entiende que, a esta altura de los acontecimientos, el tiempo es lo de menos.