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Pasó Divididos y hoy llega Gran Martell

La banda formada por Jorge Araujo, Tito Fargo y Jamardo, presenta su tercer disco, esta noche en el Club Imperial. Colores electroacústicos y experimentación “minuciosa”. Por Javier Hernández.

Jamargo (ex Porco), Fargo (ex Redonditos) y Araujo (ex Divididos)
Jamargo (ex Porco), Fargo (ex Redonditos) y Araujo (ex Divididos)
En la búsqueda de seguir reinventando el rock nacional, esta noche, desde las 22, en el Club Imperial (San Martín y el río), Gran Martell presentará la primera parte de su reciente disco titulado Un Volcán.

La banda está formada por Jorge Araujo (ex Divididos), en batería y voz; Tito Fargo D’Aviero (ex Redonditos de Ricota), en guitarra, y Gustavo Jamardo, (ex Porco) en bajo y voz; y en su desembarco local contará con la participación de Daniel Semilla Bucciarelli, en una performance que involucrará la creación de pinturas digitales en vivo. Dividido en dos formatos: electroacústico y eléctrico, el álbum surge de una coproducción con el músico César Silva que, como cuenta Fargo, “tiene una búsqueda más minuciosa donde nos dimos más licencia para volar”. El músico habló sobre el presente del rock y el sonido de la banda luego de tres discos.

—¿Cómo caracterizarías “Un Volcán”?

—Es un disco que tiene la particularidad de que se está entregando en dos etapas. Ahora sacamos un EP de cuatro temas, en formato  seudoelectroacústico, que se va a completar con otra entrega, a fin de año, de seis temas en formato eléctrico. En Rosario tocaremos los dos discos.

—¿Por qué separaron el disco en dos momentos?

—Hicimos un concierto electroacústico en donde estuvo Richard Coleman de invitado y nos gustó el formato. Aprovechamos esa idea para dejarlo plasmado.

—Desde el comienzo la banda consolidó un sonido propio, ¿qué representa “Un Volcán” en ese trayecto?

—Seguimos en una búsqueda. No me atrevería a decir que estamos consolidados porque Gran Martell es muy incierto a nivel artístico, está todo el tiempo  experimentando, pero al llevar tanto tiempo juntos hay más de conocimiento entre nosotros y las cosas se alivianan. Estamos todo el tiempo inventando cosas.

—¿Cuál es el camino que tomaron las composiciones desde los comienzos?

—El primero es un disco de encuentro de tres tipos que forman una banda donde sólo habían hecho un show en vivo que casualmente fue en Rosario. En tres meses compusimos, nos metimos en un estudio y grabamos. En el segundo disco nos abocamos a pensar cómo hacer canciones con todo ese quilombo y hubo que empezar a pensar en la parte vocal, porque al cantar los instrumentistas y no ser cantantes natos, tenés que empezar a ver qué cosas tocás para que la banda no pierda fuerza. En este último trabajo estamos entrando en la fase más compleja que genera hacer un disco con un productor. Es un disco que tiene una búsqueda más minuciosa, donde nos dimos más licencia para volar.

—Dijiste que “el rock es un género bastardeado porque el estereotipo superó a la música”…

—En los años 90 estuve afuera del país y cuando regresé me encontré con que la calidad de la música y del rock había bajado mucho. Se perdieron muchos ideales. El género tiene como 60 años, entonces reinventarse desde ese lugar es muy complicado si no asumís ciertos riesgos.

—¿Cómo vez el panorama actual del rock nacional?

—Hay muchísimas bandas nuevas que empezaron a surgir en los últimos años y que no tienen apoyo de los medios. También estoy entrando a pensar que está pasando lo mismo que pasó en los años 80 con el rock. Hay que salir a tocar porque el negocio, que en ese momento no existía, ahora tampoco existe. Veo que hay como un momento de transición del cual estoy contento de formar parte nuevamente, porque es allí donde se generan las cosas.

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