Los goles son la clave del fútbol. Se puede jugar bien, ser vistoso, o tal vez sólido en defensa, pero sin anotar es imposible sumar buena cantidad de puntos. Eso lo entendió Frank Kudelka, no ahora, sino desde siempre. Y cuando se hizo cargo de Newell’s no le importó la difícil posición en la tabla de promedios del equipo. El DT fue fiel a sus principios, a su idea de juego, y apostó a tener un equipo ofensivo, aunque no siempre las ideas se pueden plasmar en la cancha.
“Hay que buscar un buen nueve de área, que garantice goles”, era la súplica de los hinchas. Pero llegó Lucas Albertengo, un delantero con algunas dudas físicas, y Rodrigo Salinas, un suplente en Vélez. La preocupación se instaló en el Parque, cómo iba a hacer Newell’s para asegurar una buena cantidad de goles sin un atacante de alta gama.
Pero Kudelka estaba convencido de su idea, y tras siete partidos, las intenciones del DT están a la vista, en la cancha, y lo que es más importante, en la tabla. Newell’s es el tercer equipo más goleador del torneo, con trece tantos. Sólo lo superan el súper ofensivo River (17 goles) y el sorprendente Arsenal (14).
Hay más. La Lepra es el único equipo que anotó en todos los partidos. Hizo diez en el Coloso, con un promedio de 2,5 por cotejo. Y tres fuera de casa, uno en cada partido.
La marca, que le permite a Newell’s estar con 14 puntos en la tabla (66 por ciento de efectividad), es el mejor inicio en años. En los últimos diez torneos, la mejor marca pertenecía al equipo campeón de Gerardo Martino, que anotó 12 en los primeros siete cotejos, y culminó el torneo con una marca de 40 tantos en 19 partidos.
Nada pasa por casualidad. La frase acuñada por el Tata sirve para sumar más explicaciones a este inicio a puro gol. Lejos de tener un nueve goleador en el que recae todo la responsabilidad, este Newell’s reparte gritos como ningún otro equipo. Los 14 tantos fueron anotados por diez jugadores distintos, con Lema (3) y Albertengo (2) como los únicos que repitieron festejos.
El análisis encuentra rápidamente un fundamento clave a la hora de explicar esta racha goleadora leprosa: la pelota parada. De los 13 tantos de Newell’s, 8 llegaron por situaciones de pelota detenida, en primera o segunda instancia. Un porcentaje superior al 60 por ciento, inimaginable hace apenas unos meses.
“No salir a atacar sería traicionar mis principios y la historia de un club de la grandeza de Newell’s”. Kudelka fue muy claro apenas llegó. No fueron palabras al viento. Por eso incluso se mostró algo molesto en el final del partido ante Boca. “Creo que lo debimos seguir buscando y lo podíamos ganar”, confió.
Newell’s consiguió oxígeno en la tabla de promedios. Tal vez mucho antes de lo esperado. Y en consecuencia, se acomodó bien en la tabla de arriba. Y este inicio favorable tiene una explicación, el poder goleador del equipo.