La Academia sueca entregó el premio Nobel de Química este miércoles a John B. Goodenough, M. Stanley Whittingham y Akira Yoshino «por el desarrollo de baterías de iones de litio».
«Este año el Nobel de Química tiene que ver con nuestro mundo recargable», declaró el secretario general Goran K. Hansson.
«Las baterías de iones de litio han revolucionado nuestras vidas y se utilizan en todo, desde teléfonos móviles hasta computadoras portátiles y vehículos eléctricos. A través de su trabajo, los laureados de este año han sentado las bases de una sociedad inalámbrica y libre de combustibles fósiles», destacaron desde la academia.
El estadounidense Goodenough, de la Universidad de Texas, que con 97 años es la persona más grande en recibir el premio, duplicó el potencial de la batería de litio y creó así las condiciones adecuadas para una batería mucho más potente y útil.
Whittingham, del Reino Unido, profesor de la Universidad Estatal de Nueva York en Binghamton, utilizó el impulso del litio para liberar su electrón externo al desarrollar la primera batería de litio funcional.
El japonés Yoshino, de la Asahi Kasei Corporation y la Universidad de Meijo, fue quien consiguió eliminar el litio puro de la batería, basándose en iones de litio (más seguros que el litio puro) y de este modo logró que la batería funcionara en la práctica.
Este jueves se conocerá quién recibirá el Nobel de Literatura, que reconocerá a dos escritores en tanto se nombrará también al ganador del año pasado; el viernes se sabrá el nombre del ganador del de la Paz; y, por último, el lunes que viene será el turno del de Economía.
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