Cuando asumió la conducción técnica del equipo masculino de Atalaya en aquellos primeros días de 2016, Mariano Junco seguramente no imaginaba lo que se venía. Sus pergaminos como entrenador de los elencos y seleccionados femeninos más su trabajo en inferiores masculinas lo hacían apto para el cargo, pero el desafío tenía un carácter de apuesta. Él confió, los dirigentes también, y los jugadores se convencieron. Pasaron varios años, la época más prolífica del club en títulos, una temporada de Liga Provincial y dos campañas exitosas a nivel nacional en el Torneo Federal. Hoy Atalaya tiene un nombre que trasciende las fronteras provinciales y Junco no sólo trabaja en la selección argentina sino que fue un enorme mérito el de Atalaya en poder retenerlo.
Pero claro, el deporte obliga a renovarse día a día y ningún éxito te hace inmune a las críticas. Por eso, la cercanía de las finales locales y en especial el debut en la flamante campaña del Federal, obliga a revitalizar expectativas, afianzar el trabajo y buscar mejorar lo realizado, aunque realmente luzca como un plan muy difícil a la vista de los fenomenales antecedentes cercanos.
“Al debut llegamos con un desgaste mayor al que esperábamos pero llegamos bien. El rodaje también es importante y eso nos lo dio la competencia local en la que hay equipos parejos que te obligan a exigirte, sobre todo en la zona campeonato de la Superliga. Esa seguidilla de 10 partidos en 40 días quizás no nos ayuda, pero respetamos mucho nuestra competencia. Lo bueno fue que gracias a la gentileza de Echesortu luego del debut del sábado en el Federal vamos a jugar la revancha de playoffs locales el lunes”, explicó el entrenador y guía de Atalaya en esta etapa exitosa de su historia.
“Mantener la base es súper importante. Hay que tener en cuenta que con buena parte del equipo venimos juntos desde enero de 2016 en aquel torneo de transición. Mantener el plantel hace que la identidad no cambie y que los que se suman puedan captar la idea rápido y sumarse a la búsqueda de nuestras metas con mayor facilidad”, agrega Junco, quien desea que el equipo “sea compacto, con energía en ambos costados, que defienda duro y se sienta cómodo pasándose el balón”.
“Tenemos las que llamo metas de identidad, y es muy importante poder cumplirlas. Nos sirve porque cuando plasmamos algunas de ellas en un juego, nos hace sentir pequeños triunfos. Son metas privadas del equipo, quedan como algo interno, pero están bien claras a la hora de desarrollar nuestro juego”, amplía el técnico de la selección argentina femenina U19 en el último Mundial.
La temporada asuma dura, y para cimentar las ilusiones es vital la confianza: “Ojalá tengamos la buena fortuna que tuvimos en la pasa temporada en la ruta (como visitante) y el deseo obviamente es llegar a playoffs para intentar superar la campaña pasada”.
En esta nueva edición del Federal, la zona que involucra a los equipos de Santa Fe se unió con la que tenía a los de Córdoba para pasar a denominarse División Centro. Y la exigencia será mayor: “El cambio de formato nos va a obligar a subir un escalón en el rendimiento en la preparación y los partidos. Hay muchos rivales de jerarquía por la propuesta económica que hicieron. Todos se reforzaron y en nuestro caso sólo hicimos un cambio, que fue la apuesta por un jugador U22 (Matías Medrano) y dejamos ir a un escolta importante como Joaquín Ríos, que se fue a una categoría superior. También estarán los juveniles que trabajaron durante la temporada para meterse dentro del equipo”.
“La zona Centro nos va a obligar a que todos demos un plus para tener la ilusión de que Atalaya sea un rival complicado para todos”, resumió.
Faltan sólo un par de días para el debut, los nervios aumentan y el deseo crece. Atalaya se ganó en la cancha el respeto de adversarios y el acompañamiento del público. Ahora, a revalidar.
