El primer ministro británico, Boris Johnson, lanzó este miércoles formalmente la campaña por las elecciones del 12 de diciembre y tras comunicarle formalmente a la reina Isabel II la disolución del Parlamento, justificó el llamado a la convocatoria electoral argumentando que aunque no quería, “no tuvo otra opción”.
El premier tuvo una audiencia de 25 minutos con la reina en el Palacio de Buckingham, durante la cual le informó que el Parlamento se había disuelto.
Luego regresó a Downing Street, el despacho oficial del primer ministro, donde dirigiéndose a la prensa afirmó que llegaron al punto de tener que convocar elecciones anticipadas debido a que el Parlamento «rechazó una y otra vez cumplir con el Brexit».
Johnson aseguró que el Parlamento está paralizado y estancado en una rutina en la que los diputados se niegan una y otra vez a sacar al Reino Unido de la Unión Europea (UE), como lo dictaminó el mandato del pueblo y por eso se vio obligado a convocar a una elección anticipada.
“Es culpa del Parlamento que el Brexit no esté hecho, es culpa de los diputados que haya otro retraso. Me he visto obligado a celebrar estas elecciones. Voten por mí …”, expresó.
Johnson, ex alcalde de Londres y canciller británico, atacó también la posición del Partido Laborista respecto al Brexit, y afirmó que no está claro cuál sería la posición del laborista Jeremy Corbyn frente al referéndum que él tiene previsto.
Asimismo, sostuvo que votar a favor del Partido Laborista provocará «más indecisiones y retrasos» y prometió que el «primer día» de un nuevo gobierno, comenzará a impulsar su acuerdo a través del Parlamento y sacar al Reino Unido de la UE el 31 de enero.
La campaña del Partido Conservador que arrancó oficialmente esta mañana, se vio empañada por la renuncia de su ministro para Gales, Alun Cairns, después de ser acusado de mentir al decir que desconocía que su ayudante Ross England había incumplido las normas de un Tribunal durante un juicio por violación en 2018.
La renuncia le siguió a las disculpas de dos candidatos conservadores por comentarios sobre las víctimas del incendio del edificio Grenfell, en el que murieron más de 70 personas en 2017.
En declaraciones a la BBC, el presidente del partido, James Cleverly, dijo que los comentarios del diputado conservador Jacob Rees-Mogg sobre las víctimas de Grenfell habían «causado dolor y angustia».
«No siempre hacemos las cosas bien y cuando nos equivocamos, nos disculpamos», se justificó.
Rees Mog, había insinuado públicamente en un programa de radio que las víctimas del incendio deberían haber actuado con «más sentido común» para librarse de las llamas.
Por su parte, el líder laborista, en su discurso de lanzamiento de campaña en la Universidad de Wolverhampton en su ciudad natal de Telford, criticó los comentarios de Rees-Mogg sobre Grenfell y prometió «compartir el poder y la riqueza con la gente» en alusión a los comentarios de Johnson.
El premier británico había atacado en una columna de opinión del diario Telegraph a Corbyn, a quien comparó con el ruso Joseph Stalin por supuestamente «demonizar a los ricos».
Johnson estimó que el líder laborista perseguiría a los ricos con «un placer y una venganza nunca vistos desde Stalin» si gana las elecciones generales del 12 de diciembre y que su odio por «los hacedores de riqueza destruirá» la base de la prosperidad del país.
A su vez, los conservadores fueron acusados de manipular imágenes en las redes sociales con la intención de mostrar falsamente que el vocero del Laborismo, Keir Starmer no pudo responder una pregunta sobre el Brexit.