Por Sebastián Trillini
Especial para El Ciudadano
Oscar sabía que en la lista podía estar él. Las probabilidades eran altas y la suerte era escaza. El contexto era hostil y en el caso anecdótico de no pertenecer a la nómina de 350 trabajadores que transitarían una agónica suspensión, la angustia por ver a sus compañeros sufrir sería profunda. Finalmente, la multinacional que hasta hacía pocos años producía automóviles a mansalva incluyó su nombre entre el catálogo de empleados que interrumpirían su rutina y esperarían en casa la estocada final. El acuerdo entre el gremio y General Motors buscaba evitar los despidos masivos, pero en realidad provocaba una vulnerabilidad en los trabajadores que los llevaba a elegir el plan B que ofrecía la firma norteamericana: el retiro voluntario.
“Durante la suspensión íbamos a cobrar durante los primeros 3 meses, el 80% del sueldo, el segundo trimestre el 65% y los últimos 3 el 55”, explicó el experimentado mecánico, y agregó: “Pero a la vez se abrió un retiro voluntario y si lo aceptábamos ni bien nos suspendían nos pagaban la indemnización con 11 meses más de sueldo. Yo preferí toda esa plata e irme entero (física y psicológicamente), pero muchos se quedaron tratando de reingresar, aunque sabíamos que la idea de la empresa era echar a todos”.
El mismo triste dilema que tuvo que enfrentar Oscar a principios de marzo de 2017 se repitió en los años subsiguientes con cientos de trabajadores que tuvieron que, en el marco de una política económica orientada a beneficiar al sistema financiero y en detrimento de la actividad productiva, pasar por la asfixiante elección de abandonar su lugar de trabajo para no vivir en total incertidumbre y malestar.
«En el último año despidieron a 90 compañeros, encubriéndolos con retiros voluntarios, diciendo que se van porque es gente grande que viene con muchas dolencias, propias del trabajo, y que prefieren irse con algo de plata», describió Emanuel, delegado del Sindicato Trabajadores de Industrias de la Alimentación.
El delegado gremial en La Virginia aseguró que en realidad, la empresa busca generar un clima propicio para achicar la plantilla de trabajadores.
«La empresa está buscando en qué nos equivocamos todo el tiempo, no nos deja trabajar tranquilos y nos mete presión», se quejó el referente de la Lista Azul. Luego de varias reuniones frustradas entre los delegados, representantes del sindicato y los responsables de la empresa, a fines de agosto los trabajadores decidieron bloquear el ingreso a la fábrica de Circunvalación y Juan B. Justo para reclamar un cese en los despidos encubiertos y mejores condiciones de trabajo. Ante la medida de fuerza, la firma abrió el diálogo y aceptó discutir algunos puntos. Sin embargo, los trabajadores siguen en alerta.
En el primer semestre del año se perdieron 7.919 empleos más respecto al mismo período de 2018. Un total de 1.394 empresas cerraron, pero las más grandes solo ajustaron su personal. En muchos casos, a través del retiro voluntario, aunque, según confirmaron desde la provincia, no existe ningún registro de cuántos son. Parte de la explicación puede estar en lo que explicó el abogado laboralista Sebastián Serrano Alou: “Los retiros voluntarios son despidos encubiertos. No existe como figura jurídica en la normativa laboral. Muchas veces le pone este nombre pero en verdad se encuadra en la extinción de la relación laboral por mutuo consentimiento”.
Sin embargo, el profesional aclaró que en la desvinculación no hay aprobación de ambas partes (patronal y empleado) ya que la empresa propone la rescisión de contrato, calcula el monto a cobrar y le quita al trabajador cualquier posibilidad de hacer otros tipos de reclamos.
Asimismo, el letrado remarcó que los retiros voluntarios son ofrecidos por las grandes empresas, “que tienen billetera”, en contextos de crisis donde los trabajadores están “muy golpeados y el sueldo que cobran no les alcanza”.
Además, señalo que antes de llegar a un acuerdo, los empleados son sometidos a presiones que incluyen el despido sin causa ni indemnización o la promesa de dar malas referencias que le impidan volver a insertarse en el mundo laboral. “Con el temor y la necesidad que tienen todos los trabajadores terminan accediendo”, lamentó el magíster en Derecho del Trabajo y Relaciones Laborales Internacionales.
Sobre el cambio en la situación social y económica que vive el país a partir de las medidas del macrismo, Serrano Alou comentó: “En otro momento, hace cuatro años, me venían a ver trabajadores que querían cambiar de trabajo y tomaban la iniciativa para exigirle al empleador lo que le correspondía, y si no le cumplía se daba por despedido y reclamaba la indemnización. En cambio ahora el trabajador viene y me dice: ‘Me despidieron, no sé qué voy a hacer, no sé cómo voy a salir adelante, quiero hacer un arreglo y que me den lo que sea’”.
A la hora de analizar la implementación del retiro voluntario, el miembro de la Asociación de Abogados Laboralistas de Rosario manifestó que la efectividad del artilugio depende del clima de desestabilidad económica y social, ya que este permite que el empleado no pueda encontrar un trabajo rápidamente y desista de negociar mejores condiciones.
«Las grandes empresas, que tienen billetera, aprovechan este tipo de situaciones para lo que ellos llaman ‘limpiar’ el recurso humano, como si fuera mugre y no personas”, volvió a advertir Serrano, y detalló que las víctimas de dicha “limpieza” son generalmente el personal con más antigüedad, o con algún problema de salud.
“Hace poco, una firma norteamericana compró Cristalería Rosario y empezó a despedir a todos los que tenían antigüedad, o una edad avanzada o algún problema de salud o algún tipo de actividad sindical. Entonces empezamos a denunciar despidos discriminatorios, y cuando vieron este recurso de los trabajadores empezaron a ofrecer retiros”, contó.
“Las empresas usan este tipo de herramientas para que el trabajador no llegue a una situación de conflicto y termine aceptando lo que le quieren dar”, indicó Serrano Alou, y lamentó: “Para los dueños de las empresas todos somos números y guita”.
La biblia del trabajador
A principios de agosto, el abogado rosarino Jorge Elías publicó el «Manual de derecho laboral para trabajadores”, un libro que contiene un instructivo para protegerse de los abusos patronales, redactado y editado con un lenguaje claro y una presentación accesible. A lo largo de la obra, el especialista analiza diferentes situaciones y brinda herramientas para evitar abusos de los empresarios, como la implementación del retiro voluntario para achicar el personal.
«El retiro voluntario es un procedimiento que adoptan las grandes empresas debido a que les parece de mal gusto despedir, porque tienen miedo a la censura social y la protesta», señaló Elías, y aclaró: «Es una apretada patronal para que el trabajador, bajo amenaza de ser desvinculado, acepte una oferta de lo que le tocaría por despido y un poco más”.
«Es muy común que esto ocurra con trabajadores que llegan a cierta edad, ya que las empresas buscan renovar sus planteles porque los jóvenes son más baratos y reclaman menos», comentó el letrado.
Aunque el gobierno nacional no pudo avanzar a fondo en la quita de derechos laborales (la reforma quedó boyando en el Congreso), a través de las medidas económicas y la denigración del Ministerio de Trabajo (hoy Secretaría), la situación de los trabajadores argentinos cayó una fragilidad que permitió abusos patronales como el retiro voluntario, donde los empleados debían elegir el mal menor o perder por goleada.
No cierran, pero achican
El Observatorio Laboral de la Provincia de Santa Fe, cuyo objetivo es brindar información actualizada de corto y largo plazo sobre el mercado de trabajo, registró una caída del empleo del 1,6%. Con respecto a la cantidad de empresas, la caída en esos mismos meses fue de 2,7%.
A pesar de los números negativos que brindó el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Provincia de Santa Fe (MTySS), luego de procesar los datos que provienen del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) de la Administración Federal Ingresos Públicos (AFIP) -a la hora de evaluar la situación de las empresas tomando en cuenta su tamaño- se puede identificar que las grandes compañías disminuyeron sus plantillas de empleados sin llegar al cierre definitivo.
“En Santa Fe, a diferencia de otras provincias, no registramos el cierre de empresas grandes en este período de recesión que tenemos”, aseguró el de ministro de Trabajo y Seguridad Social de Santa Fe, Julio Genesini.
Según explicó, el retiro voluntario es utilizado por las firmas que tienen un nivel de producción alta para reducir su personal en épocas de recesión y caída de la actividad.
«Lo usan mucho las automotrices, que generalmente tienen altibajos. Cuando sacan un modelo nuevo, vuelven a contratar, y cuando baja la producción ofrecen los retiros y entonces pueden hacer su pequeño negocito, digamos”, indicó.
Sobre los datos estadísticos de los empleados que se desvincularon de una compañía a través de esta modalidad, el funcionario provincial comentó que sólo se tiene conocimiento de las bajas y altas de trabajadores por la información que las firmas entregan en la Afip, por lo tanto, no se detalla cómo fue la metodología de despido.
«En algunos casos los retiros se tramitan en el Ministerio de Trabajo (de Santa Fe), en otros lo manejan directamente las empresas con los trabajadores”, aclaró.