Juan Aguzzi / Juan Pablo Sarkissian
Durante los cuatro años del gobierno de Cambiemos fue desmoronándose la trama social que con esfuerzo se había construido durante la gestión anterior y, con la implementación de ciertas políticas emanadas desde el Ministerio de Trabajo –luego degradado en secretaría–, se intentó destruir los estamentos de las relaciones laborales que venían afianzándose no sin dificultades de distinto tipo pero que apuntaban a consolidar cierto virtuosismo a través del sostenimiento de las negociaciones paritarias y de preservar y hacer crecer las conquistas por las que muchos trabajadores hasta perdieron sus vidas en décadas pasadas. La gestión macrista hizo todo lo que estaba a su alcance para cumplir sus compromisos con el establishment económico interno y foráneo –sus mandatarios– y atacó el campo del trabajo por todos sus flancos. Eliminó paritarias por decreto, demoró su implementación en los gremios cuyos secretarios generales rogaban por la foto con el oficialismo; se afanó en reducir los costos laborales con la reducción de las cargas patronales a través de un mínimo no imponible, es decir, el Estado le garantizaba al empleador que los salarios bajos iban a tener muchas menos cargas patronales que los salarios altos; hubo un blanqueo laboral que no fue otra cosa que un perdón a las deudas patronales, todas variables que el gobierno cambiemita consideraba que impedían el crecimiento sostenido de la economía, una falacia esgrimida como bandera por los funcionarios amarillos en su cruzada para profundizar la flexibilización laboral. La situación de precarización laboral tuvo cifras alarmantes: 1.967.000 desocupados y 7.691.000 con problemas de empleo en julio de este año (2019) una tasa de desempleo que Argentina no tenía desde hacía tiempo. Con la reforma laboral que no lograron implementar iban por la reducción de las indemnizaciones a cambio de un seguro de desempleo y por la modificación del sistema de obras sociales y la consolidación de empresas de plataforma –Uber, Pedidos Ya, Rappi–, entre otros males. Por eso en este número de Mundo Laboral se aborda el legado de Cambiemos sobre el universo del trabajo a través de un material elaborado por el Centro de Estudios Territoriales y Cátedra Libre del Trabajo de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones lnternacionales, donde se lleva a cabo un análisis y consideración de las políticas implementadas en el universo de las relaciones laborales poniendo en evidencia las argucias de las que se valió el gobierno macrista. En otras páginas puede leerse una descripción del desarrollo y enfoque del denominado “catolicismo social”, una doctrina surgida e implementada en el siglo XIX y las primeras décadas del XX con el objetivo de dar protección a la clase obrera y en la que hoy hasta el papa Francisco abreva en su tradición. Por último, un texto da cuenta de que se acaban de cumplir 70 años del decreto Nº 29.337, que estableció que la universidad pública sea gratuita en Argentina, una notable conquista que permitió el acceso de miles de familias trabajadoras a la educación superior y que, como correspondía a sus fines, el gobierno que se irá el 10 de diciembre intentó devastar.