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Jonathan Pryce es Jorge Berboglio en la película «Los dos papas»

El actor gales Jonathan Pryce, que encarnó a Perón en “Evita” de Alan Parker, se pone en la piel de Jorge Bergoglio en “Los dos papas”, la película del brasileño Fernando Meirelles que desde el jueves se puede ver en los cines locales y que desde el 20 de diciembre estará disponible en Netflix

El actor galés Jonathan Pryce dijo en la presentación argentina de Los dos papas, película de Netflix en la que interpreta a Jorge Bergoglio, que “no podía decir que no” al papel del papa Francisco y que desde el comienzo de su pontificado le gustó que “hablara como un político”, a diferencia de sus antecesores que buscaron siempre mantener cierta corrección.

Al igual que con otras películas del gigante del streaming que se plantan como fuertes aspirantes en la temporada de premios que está comenzando, la producción dirigida por el brasileño Fernando Meirelles (Ciudad de Dios) estrenada en los cines locales el jueves último y coprotagonizada por Anthony Hopkins como Benedicto XVI tendrá, luego de este breve paso por los cines, su llegada a la plataforma Netflix el próximo 20 de diciembre.

Los dos papas, que contó también con Juan Minujín como un joven Bergoglio y la participación la también argentina Cristina Banegas, se puede ver por estas horas en 41 cines independientes de todo el país, entre los que se encuentra el local Complejo Monumental, de San Martín y San Luis.
“Es una lástima que esté tan pocas semanas en salas de cine, pero es fantástico que luego pueda ser vista por millones de personas más que si sólo se viera en el cine”, afirmó Pryce a la agencia de noticias Télam.

Para el actor británico, que interpretó a Juan Domingo Perón en Evita de Alan Parker en 1996 junto a Madonna, la proyección en Netflix le genera “una sensación igualitaria, porque no importa donde estés, aunque no haya una sala de cine, al menos podrás ver la película en televisión”, expresó, aunque aclaró que espera que el público “no la vea en el celular”.

A puertas cerradas

Los dos papas propone un relato íntimo de lo que terminó siendo un evento inédito en más de siete siglos de la Iglesia Católica: la renuncia voluntaria de un papa, máximo referente de la Iglesia, y la elección en vida de un sucesor.

La dimisión del conservador papa alemán Ratzinger en 2013 y la transición de poder hacia el argentino Bergoglio, percibido por la curia en el extremo opuesto en términos ideológicos, por su perfil más conciliador y progresista, marcaría un cambio de época para la institución eclesiástica que generó una serie de movimientos inesperados.

La película ofrece una especulativa mirada a una serie de encuentros que ambos mantuvieron en 2012, en lo que constituye un cordial choque de miradas sobre la religión, la fe y la vida en general.
“No podía decir que no a este papa. Aún sin ser católico he tenido conciencia acerca de los papas, y éste es el primero que me gustó lo que decía, y no como el líder de la Iglesia, sino como un líder mundial”, dijo Pryce acerca de lo que lo atrajo de la propuesta.

“Me gusta lo que dice acerca del medio ambiente, de la crisis de los refugiados, todo. Me gusta que habla como un político”, expresó el actor.

Para astro galés, el interés del film está en la dialéctica sobre la que se apoya, ya que la serie de conversaciones entre Benedicto XVI y Bergoglio que van de la ferocidad a la ternura, “constituyen un mensaje acerca de la comprensión y la compasión, partiendo del concepto de construir puentes en vez de muros”, analizó.

“De alguna manera es como que mi relación con Tony Hopkins refleja la que estos dos hombres tienen en pantalla”, explicó sobre la excelente química que tiene con el ya mítico actor ganador del Oscar por El silencio de los inocentes, también de origen galés, con quien nunca había compartido elenco en el cine.

“Yo tenía cierta cautela acerca de él, me generaba un poco de nervios, no sabía cómo iba a ser en el set, sabía que me gustaba como actuaba, que me caía bien, sólo eso. Y también fue así entre Bergoglio y Benedicto XVI; eran un poco recelosos uno del otro, como dos perros olfateándose. Luego crece una amistad y eso es lo que me pasó también con Tony”, añadió Pryce.

Ambos actores fueron la primera opción de Meirelles y el guionista Anthony McCarten; una extraña pero certera amalgama entre dos personalidades que, según dijo Pryce, el director paulista imaginó como la de “dos músicos colaborando, a partir del jazz (por Bergoglio) y la música clásica (por Ratzinger)”.

“Es todo parte del proceso, descubrirnos el uno al otro. No hay nada impuesto por Fernando, nunca dice «quiero esto así o de tal otra forma». Está todo dictado por el guión, y cuando sabés que querés traer ese guión a la vida, simplemente funciona”, ahondó el intérprete acerca del trabajo en el set.

El film de Meirelles no elude temas escabrosos como el de los abusos sexuales a menores por parte de miembros de la Iglesia o, en particular en el caso de Bergoglio, su vínculo con altos mandos de la Junta Militar durante la última Dictadura y el secuestro y tortura de dos curas jesuitas que por entonces estaban a sus órdenes.

Pryce asegura que ese episodio, sobre el que aún hay versiones encontradas, y sus consecuencias marcaron el tránsito de Bergoglio hacia la persona de Francisco y por lo tanto al personaje que a él le tocó interpretar.

“Tiene una voz gentil, habla calmadamente, pero también vi un video cuando era interrogado por otros cardenales sobre su posible involucramiento con la Junta Militar, y ahí se ve un lado suyo mucho más oscuro”, expresó. Y profundizó: “Se lo ve enojado, no muy feliz de estar ahí respondiendo esas preguntas, con un gesto severo, tamborileando los dedos con impaciencia”.

“Hablé con un sacerdote acá en Argentina, que fue su subordinado y no lo quería demasiado, que me dijo que cuando se convirtió en papa y estaba en el balcón en el Vaticano no lo reconocía porque estaba sonriendo. De hecho, lo llamaban el hombre que nunca sonríe. Uno puede notar que hay algo dentro suyo, ya sea culpa o ira, algo que no es lo que ves siempre en el exterior”, finalizó el actor.

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