El partido del primer ministro británico, Boris Johnson, ganó cómodo las elecciones y obtuvo 368 bancas, 162 más que su principal rival, sobre los 650 escaños que tiene el Parlamento. De esta manera, Johnson se garantizó la mayoría parlamentaria que necesita para concretar su principal promesa de campaña: abandonar la Unión Europea (UE) el 31 de enero próximo, con o sin acuerdo.
Ese triunfo conservador es el más amplio desde la reelección de Margaret Thatcher en 1987, y es, a su vez, la mayor derrota sufrida en décadas por el Partido Laborista, de Jeremy Corbyn.
Con la victoria consumada, Johnson tuiteó en tono celebratorio: “Gracias a todos los que, a lo largo del país, votaron, trabajaron como voluntarios y se candidatearon. Vivimos en la mejor democracia del mundo”.
El otro resultado destacable de la elección fue el crecimiento de los independentistas del Partido Nacionalista Escocés. Ganaron 18 bancas más y se quedaron con 48 de los 59 escaños disponibles para esa región, lo que probablemente reforzará su reclamo por un segundo referéndum independentista en los próximos meses.
La jornada electoral transcurrió en un clima de total tranquilidad, con imágenes de largas colas en varios distritos del país, especialmente en Londres, que generaron la expectativa de una importante alza de la participación con el correr de las horas.
Después de más de tres años de parálisis política por el Brexit, la campaña electoral previa a estas elecciones anticipadas estuvieron marcadas por un clima constante de tensión y una convicción que lo que se dirime en las urnas es un cambio estructural para el país: la salida de la UE.
La campaña de Johnson hizo pocas promesas concretas, especialmente más allá del Brexit, y no adelantó cómo reaccionará a los escenarios económicos y sociales sombríos que describieron instituciones respetadas como el Banco de Inglaterra ante la posible salida de la UE sin un acuerdo.
“Sólo imagínense qué maravilloso sería cenar pavo esta Navidad con el Brexit decidido”, dijo este jueves Johnson en su mensaje de cierre de cinco semanas de campaña.
Pero como le sucedió a su antecesora, la también conservadora Theresa May, Johnson no ha conseguido romper con la parálisis en la Cámara de los Comunes y que su propia coalición aliada apruebe su acuerdo con la UE.
Esta parálisis legislativa ya forzó a aplazar el Brexit tres veces desde su fecha inicial, el 29 de marzo pasado.
El principal argumento de la campaña del oficialismo fue que necesitan una mayoría propia, alineada con el apoyo a un Brexit inmediato, para poder finalmente aprobar este acuerdo en el Parlamento, antes del 31 de enero, la fecha legal para abandonar la UE.
El laborismo y el resto de la oposición, en cambio, apuntaron sus esfuerzos en advertir los peligros de una salida apresurada de la UE, sin reglas que garanticen la continuidad de los derechos de los británicos y la estabilidad de la economía nacional.
Corbyn anticipó su renuncia
El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, dijo que la polarización y la división social generadas por el Brexit son las causantes de la debacle sufrida por su partido en las elecciones generales del Reino Unido y anunció su renuncia “a comienzos de 2020”.
Tras perder 59 escaños y obtener el peor resultado para el partido en 85 años, el izquierdista Corbyn anticipó que no volverá a ser candidato aunque seguirá al frente de la formación durante “un periodo de reflexión”.