Para Lucas Ponzetti todo comenzó como un divertimento en la arena caliente de la cancha de fútbol playa que tiene Central en el Caribe Canalla. El pibe de apenas 15 años ensayaba chilenas en forma constante, hacía saltos acrobáticos y daba la impresión que flotaba en cada paso. Jugar en un terreno así es difícil, pero para él siempre fue fácil. No le costaba nada encarar para poner en ridículo al defensor de turno o humillar al arquero con algún gol espectacular. El rubio se destacaba, no solamente por su color de pelo, sino por su enorme talento.
Hoy, con casi 20 años, Lucas ya no es una promesa. Es una realidad y se proyecta para ser el mejor a nivel nacional en la arena. No hace menos de un mes fue el capitán y goleador del seleccionado argentino Sub 20 que se dio el lujo de ganarle dos veces a Brasil y salir campeón del Sudamericano que se jugó en Paraguay. El primer título albiceleste en fútbol playa de la historia.
La carrera del rosarino en la arena no tiene techo. Arrancó de muy chico en Central, siguiendo a su hermano Maxi. Jugó la Copa Libertadores con el Canalla, en la cual el elenco auriazul salió segundo detrás del poderoso Vasco da Gama, siendo en la actualidad la mejor ubicación de un equipo argentino en esta clase de torneos.
Su nombre empezó a sonar fuerte en el mundo del fútbol playa y hasta fue invitado por otros equipos a jugar campeonatos. Así ganó experiencia y madurez.
La selección también le llegó de muy joven. Primero en las menores y después en la mayor. Compartió plantel albiceleste con su hermano en los Juegos Suramericanos de Playa de este año que se desarrollaron en Rosario, perdiendo la final con Brasil.
Pero lo esperaba la consagración. Junto a algunos de sus amigos, que despuntaban el vicio en el Caribe Canalla (Nicanor Maciel, Alejo Gónzalez, Nahuel Cipolletta, Nahuel Gigena y Facundo García), logró tocar el cielo con las manos al derrotar en la final a Brasil, el padre del fútbol playa.