La flamante presidenta del Conicet, Ana María Franchi, segunda mujer en estar al frente del organismo científico nacional en 62 años, trazó cuál va a ser la línea de su gestión: uno de los ejes principales es “federalizar”: buscará “que no exista concentración sólo en las grandes ciudades” pero además se propone “bajar la ciencia al territorio”, con acciones concretas para aportar desde la investigación a “resolver los problemas del país”.
“Tenemos ciertas deudas o cambios que queremos generar al interior del Conicet: por ejemplo, cómo se evalúan a las y los investigadores”, destacó Franchi en una entrevista de la agencia oficial de noticias <Télam<.
La flamante titular del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, que además es investigadora superior en el área de Química Biológica y preside la Red de Género, Ciencia y Tecnología, explicó que la mayoría de los investigadores están concentrados en la zona metropolitana de Buenos Aires y en las grandes ciudades de algunas provincias (Córdoba, Santa Fe, Mendoza), entre otras pocas.
En ese marco resaltó que “la idea es que exista un Conicet federalizado que le permita a los investigadores contar con un respaldo integral”.
“No se trata de mandar solo a alguien a algún lugar, sino de respaldarlo con un grupo de investigación, un subsidio o un equipamiento, y de hablar con gobiernos provinciales y municipales para preguntarles que temáticas les interesa abordar”, remarcó.
Por otro lado, dijo que otra de las tareas del organismo será “bajar la ciencia al territorio” para “estar en la calle y así resolver los problemas de la sociedad, que pueden ser cotidianos o con mucho tiempo de no ser resueltos”.
“El Conicet, que tiene más de 60 años, es una institución que hace ciencia básica de alto nivel y es competitivo. Pero hay otra parte que tiene que ver con una ciencia que pueda ayudar a resolver problemas en un montón de áreas”, planteó.
En esta línea, puntualizó que el ministerio ahora se llama “de Ciencia, Tecnología e Innovación”, lo que alude no solo a lo productivo sino también a lo ambiental y social.
“Tanto acá como en el Ministerio que dirige Roberto Salvarezza ya tuvimos reuniones con ministerios, y han venido con diferentes demandas desde municipios hasta empresas públicas y privadas”, remarcó.
Tomando al Conicet como motor de crecimiento del país, Franchi señaló que el organismo puede contribuir, por caso, a que los productos que se hagan en Argentina “tengan un mayor valor agregado”, lo que será “útil tanto para el mercado interno como para la exportación”.
Pero también destacó que otro eje de contribución pueden ser los proyectos de salud, entre otros casos. “Hay cosas que parecen chiquititas, pero por ejemplo para una comunidad que produce algo de forma artesanal –un alimento o una artesanía– podemos ayudar en cómo puede venderlo o hacerlo más eficiente”, expresó.
Franchi apuntó que el diálogo y trabajo en conjunto será una constante en su labor y el rol de las “universidades nacionales como socios naturales” del Conicet.
Más allá de este trabajo, enfatizó en las urgencias del organismo, como el reciente anuncio de un incremento en las becas para investigaciones doctorales (de 29.817 a 45.430 pesos) y posdoctorales (de 36.752 a 54.833 pesos) para junio próximo; y el porcentaje de ingreso de investigadores y personal de apoyo a la institución.
“El porcentaje de ingresos de investigadores durante el macrismo fue muy bajo: el año pasado solo entraron el 17% de los postulantes, y en ciertas áreas como las de ciencias sociales fue de entre el 5% y 7%”, resaltó.
Sostuvo que esos investigadores “o se van del sistema o se van de Argentina” situación que genera “un desperdicio para sus historias personales, para el país, para los grupos donde iban a ingresar”.
Franchi dijo que en los últimos años no solo se “ha deteriorado mucho la situación de los investigadores desde el punto de vista salarial, sino también desde los subsidios y la modernización de los equipamientos”.
“Tenemos unidades ejecutoras que están en una situación en la que se les dificulta pagar los servicios y además tienen problemas edilicios”, contó.
La directiva resumió que para concretar todas esas labores se necesita tiempo y trabajo, más allá de la cuestión presupuestaria, así como responsabilidad en la difusión y un compromiso de la comunidad científica para que no haya discriminación de género.
“Si bien necesitamos apoyo de la sociedad, creo que también nosotras y nosotros tenemos que mostrar para qué estamos, para qué sirve el Conicet, y demostrar que los investigadores e investigadoras pueden estar al lado tuyo resolviéndote un problema”, concluyó.