Un joven de 21 años fue imputado por el crimen del albañil José María Ferreyra. El homicidio ocurrió en octubre pasado en la zona sudoeste tras una discusión donde los agresores –padre e hijo– le reclamaban la venta de la casa. Asesinaron a José María de varios tiros en el pecho e hirieron a su hijo. Tras la detención del menor de los sospechosos, la Fiscalía lo acusó de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y portación. En ese marco, la jueza aceptó la imputación fiscal y lo dejó detenido preventivamente por el plazo de ley, lo que implica un máximo de dos años.
Los Ferreyra vivían en un sector humilde de la zona suroeste, en Vicente Medina al 6800. José María Ferreyra tenía 55 años y era albañil. En los primeros minutos del 27 de octubre, la víctima se encontraba con su hijo, de 32, y otro familiar en la puerta de la vivienda cuando llegaron al lugar Mauricio Julian P., de 21 años junto a su paadre de nombre Carlos, explicaron fuentes fiscales.
Se generó una discusión porque los recién llegados pretendían que el hombre le vendiera su casa. Ante la negativa, los agresores sacaron un arma y le dispararon en cinco oportunidades a José María, cuatro impactaron en el tórax y una quedó alojada en el abdomen. También balearon a su hijo en un pie y le apuntaron a otro familiar, pero ya no salieron las balas. Ese día, el personal de Homicidios de la entonces Policía de Investigaciones recolectó 10 vainas servidas calibre 9 milímetros en el lugar, reconstruyeron desde Fiscalía en la imputación de este miércoles.
Tras el ataque, los agresores se fueron del lugar. Cuando los uniformados llegaron al domicilio se encontraron con José María herido de cinco disparos y a su hijo con un balazo en el pie izquierdo. Como la ambulancia se demoraba, los familiares de las víctimas cargaron a los heridos en la caja de la camioneta policial y las llevaron al hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) aunque José Luis falleció como consecuencia de los impactos recibidos algunas horas después.
Este miércoles Mauricio Julián P. fue imputado por la fiscal Georgina Pairola por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego en calidad de partícipe necesario y portación. La funcionaria pidió la prisión preventiva del joven y, a pesar de los intentos de la defensa pública representada por Darío Pangrazi, la magistrada Silvia Castelli aceptó la acusación fiscal y ordenó la prisión preventivamente por el plazo de ley.
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