Una chica en una playa de Las Grutas hace topless. Es pleno enero, y está tomando mates junto a un grupo de amigos. Se les termina el agua y se acerca a un parador para recargar el termo. Desde ahí alguien llama a la policía porque considera que las fuerzas de seguridad deben intervenir ante la osadía de la joven de no cubrir sus tetas con un trozo de tela. Dos mujeres policías se le acercan, le solicitan que se tape, pero la chica se niega. Un comisario local advierte luego a la prensa que el procedimiento para esos casos indica que están “facultados para detenerla”. Eso no ocurrió y un ex concejal de Las Grutas dijo que no existe normativa alguna que prohíba hacer topless. Hace apenas tres años, tres mujeres se retiraban de una playa de Necochea después de que policías las conminaran a taparse o a irse y ponían el debate en agenda. La reacción más inmediata fue un tetazo que se replicó en distintas ciudades del país, entre ellas Rosario. El juez que intervino en esa causa fue contundente: “Que una mujer descubra sus senos no constituye un acto lesivo para terceros», dijo en la resolución.
Lo que ocurrió este jueves en la localidad de Las Grutas, uno de los balnearios más concurridos de la provincia de Río Negro, ocurrió casi exactamente tres años después del episodio de Necochea y tuvo los mismos condimentos. Algunos turistas que estaban en la playa llamaron a la policía para alertar sobre un topless, y la policía, lejos de descartar la notificación por la ausencia de delito o contravención, acudió al lugar para llamar al orden.
El orden, en ambos casos, era taparle las tetas a chicas que decidieron sacarse los corpiños para ponerse al sol. Porque los pezones de las mujeres son impúdicos, pornográficos y vergonzantes, características que no se le atribuyen a los de los varones, que pueden pasearse en playas y ciudades con los torsos desnudos sin correr el riesgo de que nadie notifique por eso a las autoridades.
En enero de 2017, en Necochea, Buenos Aires, 20 policías acudieron al llamado de bañistas que exigían que el orden se restableciera de inmediato. Las tres chicas que hacían topless en la playa recibieron la advertencia: o se tapaban o se iban. Resistieron un rato, discutieron, dieron argumentos, pero terminaron por marcharse.
En enero de 2020, en Las Grutas, Río Negro, tres mujeres policías y algunos guardavidas acudieron al llamado de otros turistas y le exigieron a la chica que se cubriera las tetas. “No. No hice nada malo”, dijo, y volvió al lado del mar con sus amigos. Pero esa situación fue suficiente para que medios locales y nacionales pusieran en agenda una supuesta “polémica”.
La prensa se preguntó si se violaba alguna norma al poner los pezones de una mujer al sol y concluyeron que no, que no existe delito ni contravención se haya estado cometiendo al sacarse el corpiño. Sin embargo, Juan Colpi, un comisario de Las Grutas, consultado por periodistas, explicó: “Como procedimiento, primero se le pide a la persona que se cubra, y, si se niega, estamos facultados para detenerla”. Por su parte, Jorge López, ex candidato a intendente y ex concejal de Las Grutas del Frente de Todos, aseguró que no existen normativas que prohíban hacer topless.
Cuando fue lo de Necochea le tocó al juez del Tribunal en lo Criminal 1 de esa localidad, Mario Juliano, resolver sobre las actuaciones policiales que habían labrado los policías en la playa. Con una agenda que preveía para los días siguientes tetazos en distintas ciudades del país por lo que había ocurrido en el balneario, y después de archivar la causa por ausencia de delito o contravención, el magistrado emitió un escrito en primera persona. “El hecho que una mujer descubra sus pechos no representa un acto objetivamente lesivo para terceros y, por ende, se encuentra exento de la autoridad de los magistrados”, sostuvo.
En el escrito, Juliano habló de la moral pública y de la violencia que se ejerce sobre los cuerpos de las mujeres. “La cultura occidental se escandaliza frente a la tradición de algunos pueblos musulmanes que obligan a las mujeres a cubrirse el rostro en público con un velo, del mismo modo que sonreímos superados cuando vemos fotos de las primeras décadas del siglo XX que nos muestran a bañistas mujeres enfundadas en trajes que apenas dejaban ver sus manos y sus pies, pensando para nosotros mismos sobre la ridiculez de ciertas costumbres”, expresó y consideró que, por la repercusión que había alcanzado el hecho, se trataba de una oportunidad única para repensar el tema y abandonar la hipocresía.
Que en Las Grutas la policía haya acudido al llamado, que un comisario diga abiertamente que la chica del topless podía ser detenida por negarse a taparse las tetas, y que los medios planteen que ahí existe una polémica habla de que la igualdad de género sigue aún sin llegar a los pezones.