Esta semana Graciela Sosa, la mamá de Fernando Báez Sosa, dio por primera vez una entrevista a un medio de comunicación. Contó el difícil momento que vive su familia y pidió que se haga justicia por su hijo asesinado a golpes por una patota de 10 rugbiers. Durante el reportaje, compartió las imágenes con las que recuerda a su hijo, que fueron recopiladas en un video.
El material es un forma de acercase a los sueños del joven de 19 años, hijo único, estudiante de abogacía que quería trabajar y ahorrar plata para “llevar a su mamá a conocer el mundo”.
https://youtu.be/bkCBcNwaoAA
El relato de Graciela
Durante el reportaje Graciela contó que la madrugada del 18 de enero ella y su marido dormían en su departamento del barrio de Recoleta. Se levantaron a las 6 como todos los días y a los pocos minutos le empezó a sonar el celular. Ella atendió y una voz anónima le contó que a su único hijo, Fernando lo habían llevado de urgencia al hospital. El chico estaba de vacaciones en Villa Gesell y había ido a bailar con amigos.
Graciela habló después con uno de los compañeros de curso de Fernando que no sabía nada porque lo habían demorado en la comisaría. También se comunicó con la novia, que con voz entrecortada le contó lo que sabía pero ella no podía creerlo. Un rato después volvió a sonar el celular pero esa vez atendió su marido. Cuando colgó el llamado, a Silvino Báez no le salían las palabras. “Fernando está muerto», dijo.
“Empecé a golpear a mi marido con toda mi fuerza. ‘¡Mentira! ¡No es verdad! Mi bebé’”, gritaba. “Enseguida salimos para Villa Gesell. El viaje se hizo interminable. Aun así tenía esperanza: pensaba que capaz se habían confundido. Hasta que fuimos a la comisaría y me dieron su cédula de identidad. Fue, es y será el día más triste de mi vida”, contó la mujer quien después tuvo que reconocer el cuerpo.
Graciela contó también que todavía no volvió a trabajar, que toma una pastilla para dormir y que trata de no mirar televisión porque le hace mal. Aun así no pudo evitar ver los videos del brutal ataque a su hijo: “Aproveché que en casa estaban todos durmiendo y busqué en YouTube: quería saber cómo le hicieron eso. No sé por qué lo hicieron. No tienen sentimientos, ni siquiera le dieron la oportunidad de defenderse. Después no pude volverme a dormir”.