Al menos 365 candidatos anotados para las elecciones presidenciales y legislativas que se celebrarán el 3 de mayo en Bolivia fueron inhabilitados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que tiene bajo observación otras postulaciones, como la del ex presidente Evo Morales, quien aspira a ocupar una banca en el Senado.
«Quedaron fuera de la contienda electoral porque no presentaron ningún tipo de documento», dijo el presidente del TSE, Salvador Romero, al anunciar la inhabilitacion de los 365 aspirantes. Añadió que esos postulantes ya no podrán adjuntar información complementaria.
Romero, citado por la agencia de noticias Europa Press, comentó que el partido con mayor cantidad de inhabilitados (205) es el Frente para la Victoria (FPV) de Chi Hyun Chung, mientras el Movimiento Al Socialismo (MAS), fundado por Morales, acumuló 57.
La Acción Democrática le sigue con 44 candidatos fuera de carrera, Acción Nacional con 36 y Libre con 21.
La Comunidad Ciudadana del ex presidente Carlos Mesa no tiene ningún inhabilitado, mientras Creemos, liderada por Luis Fernando Camacho, sumó cinco descartados y la alianza electoral Juntos, que tiene a la mandataria interina, Jeanine Áñez, como candidata presidencial, nueve.
Muchas otras postulaciones están bajo observación del TSE por la falta de algún requisito o por impugnaciones de adversarios políticos.
La candidatura de Morales al Senado está observada porque el ex presidente no presentó los certificados originales de nacimiento y antecedentes penales, a la vez que no declaró un número de teléfono de contacto, informó el TSE el domingo.
En la misma situación están el candidato presidencial del MAS, Luis Arce, y el aspirante a vicepresidente por Creemos, Marco Pumari, que no aportó su libreta militar.
Los candidatos observados tienen tiempo hasta mañana para acercar la documentación que se les exige.
Romero explicó que se recibieron «más de seis demandas contra candidatos presidenciales y otros para la Asamblea Legislativa» para impugnar sus candidaturas.
Morales fue forzado a renunciar a la presidencia de Bolivia en noviembre pasado, en medio de planteos de los altos mandos de las Fuerzas Armadas y protestas populares motorizadas por quienes denunciaron fraude en las últimas elecciones, en las que el ex mandatario fue declarado ganador.
Esos comicios, cuya limpieza fue cuestionada en un informe de la OEA, fueron anulados, Morales renunció y marchó al exilio, primero en México y luego en la Argentina, mientras en la Presidencia de Bolivia se autoproclamó Áñez, durante una sesión parlamentaria que se desarrolló sin quórum.