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“Una de las amenazas es que Vicentin termine en manos extranjeras”

El director del Nación Claudio Lozano explicó la estrategia del gobierno para impedir la extranjerización de recursos. “La empresa no tuvo una evolución económica que pueda justificar el default que ha planteado”, afirmó

El nuevo director del Banco Nación, Claudio Lozano, se refirió a la auditoría interna que permitirá conocer bajo qué condiciones la administración anterior de la entidad bancaria le concedió el préstamo de 18 mil millones de pesos a la empresa Vicentin. Por otra parte, adelantó la posibilidad de que la firma multinacional se conforme bajo la figura de capital mixto, donde el estado tenga una intervención financiera.

Lozano elaboró un documento sobre las irregularidades del préstamo, que derivó en la primera denuncia sobre la ex conducción de la entidad monetaria. En diálogo con El Ciudadano, reconoció que el Banco Nación rechazó dos propuestas por parte de la multinacional previas a la apertura del concurso preventivo.

Por otra parte consideró que “una de las amenazas” es que Vicentin termine en manos extranjeras, en alusión a la firma Glencore, socia y posible compradora de la agroexportadora. “Frente a eso puede haber una estrategia de parte del gobierno, intentando que Vicentin no caiga en manos extranjera“, manifestó el titular del Nación.

—¿Existe algún avance sobre la auditoría que se lleva adelante en el Banco Nación?

—En el marco del concurso en el que se encuentra la empresa vamos a tratar de arbitrar con todos los mecanismos que podamos. La auditoría es el mecanismo que utilizamos para analizar los procedimientos que se dieron en el interior del banco en relación al crédito y evaluar las responsabilidades. Esas acciones pueden implicar denuncias penales o hacer el descargo correspondiente en la oficina anticorrupción.

—¿Cómo procedió el nuevo directorio de la entidad bancaria una vez que tomó conocimiento del préstamo que le otorgó a Vicentin?

—La conducción actual del banco tomó determinaciones muy concretas. La primera fue producir un informe que demuestra taxativamente que Vicentin no tuvo una evolución económica que pueda justificar el default que ha planteado a sus deudores, es una empresa con una expansión monumental durante los últimos años, pasó a ser líder en la exportación de harina de soja y en aceite, ha tenido balances positivos todos los años. No hay ningún elemento que justifique lo que pasó.

—¿Estuvo la posibilidad de que el Banco Nación envíe un veedor a la empresa?

—La discusión de un veedor es una discusión que se dio en el marco de algunas propuestas que acercó Vicentin y que no satisfacía los intereses del banco. En esas conversaciones se evaluó la posibilidad de tener un veedor en la empresa, pero fue una discusión previa al concurso preventivo de crisis, en el momento que aparece esa figura, el que está en condiciones de poner el veedor es el juez que está a cargo.

—¿Qué propuso la empresa al banco en las reuniones previas a abrir el concurso preventivo de crisis?

—A fines de enero, la empresa hizo una propuesta de pago a 10 y a 14 años con tasas de interés que no eran las que satisfacían al banco. Luego de rechazar la propuesta se le pidió que haga una mejor, que incluya acortar los plazos, una mejora en las tasas de interés y una mejora en las garantías. Después del segundo rechazo que hicimos, aparecieron los embargos y presentaciones judiciales. Ahora estamos unificando criterios con otros bancos públicos que están como acreedores. Son el Banco Nación, el Banco Provincia, el Banco Ciudad y el Banco Bice. Estamos planteando una estrategia en común.

—¿Puede significar un cambio sustancial para la economía local que la firma pase a manos de una empresa extranjera?

—La discusión sobre qué hacer con la empresa es una discusión general que involucra a otras áreas del gobierno nacional. Hay que tener en cuenta que por un lado Vicentin es un productor de alimentos importante, en un país donde el tema alimentos es un gran problema y además es una exportadora importante donde las divisas son un dilema. Por lo tanto ocupa un lugar estratégico. Una de las amenazas en esta situación es que Vicentin termine con que parte de su capital accionario puedan quedar en manos extranjeras, con lo cual se terminaría extranjerizando el sector alimenticio, de comercio exterior, y frente a eso puede haber una estrategia de parte del gobierno, intentando que Vicentin no caiga en manos extranjeras.

—Entre esas estrategias, ¿se baraja la posibilidad de que pase a conformarse como una empresa de capital mixto?

—Ahí aparecen varias alternativas. Aparecen posibles acuerdos con Vicentin para que modifique su comportamiento y siga funcionando de otra manera, puede haber discusiones sobre la forma de organización de la propiedad de carácter mixto que involucre al Estado y a los productores, las posibilidades pueden ser varias, pero como banco la discusión es recuperar el dinero.

—¿Puede condicionar al procedimiento del Banco Nación el hecho de que hay miles de puestos laborales en riesgo y una lista de acreedores detrás?

—El Banco Nación es el principal acreedor local de Vicentin, por lo tanto los que estamos preocupados por cobrar también somos nosotros. Son recursos que tendrían que estar para la capacidad prestable del banco, para otras cosas mucho más interesantes que lo que terminó haciendo esta empresa. Vicentin dejó de cumplir con el banco a partir del 8 de agosto, en simultáneo con las Paso. Después, el 5 de diciembre, cinco días antes de que asumiera el nuevo gobierno, directamente defaultea con todos sus acreedores. Nosotros ingresamos al banco el 10 de diciembre, por lo tanto lo hicimos con la situación de default planteada.

—¿Quién fue el responsable de las irregularidades cometidas por parte de la entidad bancaria?

—Con la auditoría vamos a tener todos los elementos que permitan establecer responsabilidades tanto a nivel del directorio como a nivel de la línea de conducción del banco. Hubo una irregularidad manifiesta en el interior del banco que fue haber permitido que la empresa llevara adelante un proceso de endeudamiento que superó el 15% del patrimonio neto del banco. Eso violó las reglas existentes hacia las grandes empresas. No solo violó la normativa interna del propio Banco Nación sino también del Banco Central. El directorio anterior mantuvo a la empresa como si fuera un deudor normal, con calificación 1, cuando había atrasos en los pagos y se trataba de un crédito que generaba una situación de difícil recupero. La otra cuestión fue bajarle la calificación a la empresa, llevarla a nivel 4.

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