El juez Juan José Tutau le otorgó el beneficio de la prisión preventiva domiciliaria al comisario y ex jefe del comando radioeléctrico de Fray Luis Beltrán Fernando Navarrete, imputado por abuso sexual con acceso carnal simple y amenazas calificadas por el uso de arma de fuego contra su ex pareja extramatrimonial, de 26 años, ocurrido el 19 de noviembre de 2019 cuando la mujer estaba internada tras un intento de suicidio sobre cuyas motivaciones la defensa y la acusación sostienen versiones opuestas.
Tras finalizar el plazo de los 90 días de prisión preventiva impuesta por el juez Tutau en noviembre de 2019, el Ministerio Público de la Acusación pidió una prórroga de la prisión preventiva sin plazo de ley, que fue rebatida por la defensa del acusado este martes durante la revisión de la medida cautelar en los tribunales de San Lorenzo. El juez Tutau le otorgó la prisión preventiva a Navarrete y dispuso la prohibición de acercamiento a la víctima como también el contacto por redes sociales, extensiva a su núcleo familiar y amistades de M, como identifican a su ex pareja.
La fiscal Melisa Serena había acusado a Navarrete de haber abusado sexualmente a M, con quien mantenía una relación paralela a su matrimonio, en varias ocasiones y en un contexto de violencia de género. Las últimas dos veces fueron el 19 y 20 de noviembre últimos, cuando la víctima estaba internada en el hospital Granaderos a Caballo tras un intento de suicidio. Según el relato de la víctima, Navarrete apareció en la habitación del centro de salud, la acompañó a higienizarse y volvió a violarla.
Policía acusado de abuso sexual: «Me apuntaba con el arma para tener relaciones»
Serena señaló que existe evidencia que fortalece a la imputación del comisario. Una es el informe de un equipo interdisciplinario compuesto por tres psicólogos que a partir de una serie de tests a la víctima determinaron que M. prefirió quitarse la vida antes que denunciar a su agresor, quien mantuvo una relación extramatrimonial con la mujer durante ocho años y la obligaba a mantener relaciones a la hora, el día y el lugar que él quisiera.
La fiscal relató que la mamá de la víctima había salido de la habitación cuando su hija estaba internada para buscar agua caliente para un mate cocido y al volver no vio a la joven en su cama ni a Navarrete, que la había ido a visitar. Escuchó ruidos desde el baño, dijo, “como de dos personas que estaban manteniendo sexo”. La joven, por su parte, denunció que mientras estaba internada le pidió a Navarrete que la acompañara a higienizarse y entonces la violó, en el baño de la habitación. El informe de Fiscalía sobre la toalla con la que el victimario se limpió, según el relato de la joven, menciona la detección de semen. Lo que resta es el examen de ADN.
Serena destacó que las entrevistas a amigas de la víctima, familiares y personal del hospital Granaderos a Caballo coinciden en apuntalar la idea del ”carácter violento, prepotente, hostil que tiene Navarrete. Incluso una amiga de la víctima señaló que era sumamente celoso, que no la dejaba salir, no la dejaba entablar comunicación con otras personas y que se ponía loco si veía que conversaba con otro hombre”. La jefa de guardia del hospital declaró que mientras M estaba internada, Navarrete ingresó con actitud prepotente exigiendo que le quitaran la sonda y le dieran el alta.
Otro incidente mencionado en la causa ocurrió en un boliche bailable. M. y Navarrete habían iniciado una discusión al cabo de la cual el policía le pegó una trompada a la joven que le produjo la fractura del tabique nasal. Por temor, la chica no fue al médico, y fue su mamá quien le puso hielo en la nariz para aflojar la hinchazón.
La defensa del policía presentó como pruebas mensajes de texto y llamadas entre el hombre y su ex pareja con lo que intentó demostrar que no hubo abuso sexual y que la joven había querido suicidarse cuando el imputado quiso cortar la relación la noche anterior.
El juez Tutau accedió al pedido de la defensa y otorgó a Navarrete la prisión preventiva domiciliaria y la restricción de acercamiento a la víctima. La medida será cumplida en su vivienda de Carcarañá y la garante de que esto se cumpla es la esposa del ex jefe de comando.