El andar de Central por el Torneo Rexona tiene los altibajos lógicos de un equipo que comenzó esta temporada a enfrentarse con históricos de la disciplina. Con 7 triunfos, 5 derrotas y 1 empate, el Canalla se ubica en la séptima posición de la tabla general y a falta de 3 fechas para culminar la fase clasificatoria, el objetivo de quedar entre los ochos mejores está cerca de cumplirse. Aunque claro, aún falta mucho por jugar y el elenco auriazul deberá sortear unas cuantas finales.
El próximo desafío será el sábado a las 17 en la Ciudad Deportiva, donde recibirá al escolta del campeonato UAI Urquiza. El equipo de Villa Lynch, además de tener jugadoras de Selección y a Mariana Larroquette, goleadora del actual torneo, fue 5 veces campeón del fútbol femenino en su era amateur.
Sobre el rival de turno habló la entrenadora auriazul Roxana Vallejos con El Hincha, así como también del gran triunfo en la última fecha ante Estudiantes, su ex equipo, y lo que queda del torneo.
—Después del agónico triunfo ante Estudiantes llega el momento de pensar en UAI Urquiza, que no será fácil. ¿Cómo se trabaja pensando en esa final?
—Terminado cada encuentro inmediatamente ya estamos pensando y trabajando para el próximo. Enfrentar a la UAI, equipo que lleva cuatro años consecutivos como campeón del torneo, siempre es una buena medida. Sabemos que es un equipo difícil de contrarrestar, pero no imposible. Dentro de nuestro trabajo diario está apuntar siempre a llegar a ese nivel, así que nos las ingeniaremos para hacer de las nuestras, ya que somos un equipo joven con mucha fuerza y ganas de progresar. Nada está perdido y esto recién comienza para nosotras.
—El partido con Estudiantes parecía estar definido con los tres goles de ventaja y sobre el final del primer tiempo llegó el empate de las locales, pero lo pudieron revertir. ¿Se imaginaban ese resultado y ese desarrollo?
—Tuvimos una semana de mucho estudio. Las chicas sabían sobre las jugadoras que iban a enfrentar en su posición y las variantes a las que nos podían inducir. Les pedí muchísima concentración, más allá de lo que pasara, porque sabíamos que iba a ser un partido durísimo de principio a fin y que lo iba a ganar el que estuviera mejor mentalmente y certero a la hora de convertir. En el primer tiempo lo iniciamos anotando al minuto y rápidamente llegaron 2 goles más. Casi sobre el final fallamos por desatención y por un poco de relajación pienso yo. Estudiantes aprovechó su momento y usó bien todos sus recursos. Después del segundo gol nos quedamos con una jugadora menos, que se fue expulsada porque la pelota le pegó en el codo dentro del área y nos cobraron penal.
—¿Y en el entretiempo que les dijiste a las jugadoras para poder revertirlo?
—Ni siquiera nos fuimos al vestuario, no había tiempo de relajación. Nos quedamos al costado de la cancha reunidas y fue todo muy intenso. Les expliqué que tres goles no eran garantía de nada, mucho menos un indicativo de un partido ganado. El partido termina cuando la árbitra da el pitazo final y recién ahí nos íbamos a poder relajar, antes no. Quedaban 45 minutos más por delante y teníamos que ajustar las acciones. Lo que habíamos planeado estratégicamente lo estábamos cumpliendo muy bien pero necesitábamos más, un plus, ese que yo sé que ellas lo tienen. Hice algunos ajustes tácticos para adueñarnos del partido, pero dependíamos de la ayuda de todas, la concentración y el esfuerzo en conjunto. Era fundamental sacar todo lo que teníamos, ya que esta vez no se nos podía escapar. No se podían guardar nada: no podíamos perder ni empatar, teníamos que ir por más, por todo.
—Ya en la previa tuvieron que cambiar el equipo por la suspensión de Virginia Gómez y Nadia Fernández respondió muy bien…
—Sí, nos enteramos a mitad de semana sobre la sanción que les habían dado a Virginia Gómez y a Maira Sánchez. Todavía no tenemos una explicación clara sobre porque recibieron ese tipo de sanción, ya que en la planilla de informe del día del partido no figura ningún tipo de advertencia. A ninguno de nosotros nos alertaron sobre una posible sanción el día del partido, ni tampoco fueron sancionadas dentro del partido, así que nos agarró por sorpresa. Gracias al gran compromiso de todas las jugadoras pudimos acomodarnos sin ningún inconveniente. Tuvo su participación y debut Nadia Fernández, que desde enero viene practicando en primera y que viene de la reserva. Supo cómo acomodarse al juego del equipo rápidamente y fue figura del partido, así que estamos muy contentas.
—Es la segunda vez en lo que va del torneo que Central concentra en la previa de un partido de visitante y los dos terminaron en triunfos, ¿Crees que influye?
—Fue clave, sirvió de mucho. No solo para el descanso sino para fortalecernos como equipo. Desde que partimos de Ciudad Deportiva el viernes y llegamos a Buenos Aires empezamos a trabajar en el partido del sábado. Teníamos el objetivo entre ceja y ceja y estábamos comprometidas a full. Aprovecho para agradecer al club como siempre por todo lo que nos apoya, acompañan y gestionan para que esto sea posible.
—Teniendo en cuenta tu pasado, ¿cómo fue volver a La Plata como DT de otro equipo y en la era semiprofesional?
—Fue muy emotivo todo. Sabía que lo iba a sentir y fue inevitable estar emocionada hasta las lágrimas por el cariño que le tengo a Estudiantes, por el pasado como jugadora y mi paso como entrenadora. Fui muy afortunada desde que llegue hasta que me fui. Recibí muchísimo cariño y abrazos por parte de toda la gente que conozco. Sé que están en un momento muy difícil, con la necesidad de ganar o ganar, pero bueno, esto es parte de la profesión: hoy me toca estar con Central y daré siempre lo mejor de mí para el equipo.