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Muy desigual: el 76 por ciento de las tareas domésticas las hacen mujeres

Un estudio de la UNR basado en datos del Indec mostró que ellas destinan casi tres veces más tiempo al trabajo no pago que los varones. La mala distribución dificulta la inserción en el mercado laboral

Son las 6 y el despertador de Carina suena como todos los días de lunes a viernes. Se levanta y lleva a su hija a la escuela. Entra a su trabajo. Seis horas después sale, pero la jornada laboral continúa: de regreso a su casa, pasa por el supermercado para hacer las compras del día. Llega. Limpia y se pone a cocinar. Cena con su familia y, al terminar, su pareja y sus hijos levantan la mesa. Ella completa la limpieza de la cocina. Revisa la tarea de sus hijos y organiza las actividades del día siguiente. Pone el despertador a las 6 y se acuesta.

Carina es parte del 76 por ciento de mujeres que se encargan de las tareas domésticas en los hogares del Gran Rosario: destinan casi tres veces más tiempo al trabajo no pago que los varones. El dato se desprende de un estudio de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) que toma indicadores socioeconómicos de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec para el Gran Rosario y los separa por sexo.

Muestra que la desigual distribución de las tareas del hogar y cuidado dificulta la inserción de las mujeres en el mercado laboral. La cantidad de mujeres subocupadas duplica a los varones y, a su vez, resultan más precarizadas ya que cobran menos por igual tarea. La brecha se extiende a lo largo del tiempo. El desigual acceso a trabajos remunerados implica que las jubilaciones por moratoria sean más frecuentes en las mujeres y que el haber medio sea más bajo.

“A pesar de los avances por la igualdad de género, la mayor parte de las tareas del hogar siguen estando a cargo de nosotras, las mujeres; y esta condición determina nuestra inserción ocupacional. Como pudimos observar en Encuesta Permanente de Hogares, 3 de cada 4 personas que realizan las tareas del hogar son mujeres, sin contar el servicio doméstico”, dijo Paula Durán, coordinadora general del informe que busca visibilizar las desigualdades de género en la economía local y nacional.

No es amor

El informe muestra que 3 de 4 personas que asumen tareas del hogar son mujeres. En promedio, una mujer trabaja por día menos de tres horas para el mercado, mientras un hombre destina en promedio unas 5 horas al trabajo pago. A la inversa, ellas dedican 4.20 horas al trabajo no remunerado y los hombres sólo 1.30. Eso implica que el tiempo de trabajo pago para ellas represente la mitad que para los varones.

Este desigual reparto de las tareas de cuidado entre los sexos se traslada a la brecha en la actividad económica y a la desigual situación ocupacional.

Los datos muestran que el espacio doméstico sigue siendo responsabilidad de las mujeres, y que el tiempo destinado a tareas no pagas, les resta la posibilidad de dedicar más horas al trabajo remunerado. Si bien el promedio total de horas trabajadas, fuera y dentro del hogar, es similar para ambos sexos, las mujeres destinan el 61,5 por ciento del tiempo al trabajo no pago y un 38,5 al remunerado. Los hombres dedican sólo un 23,2 por ciento de horas trabajadas a las tareas de cuidado y un 76,8 a las remuneradas.

Subocupadas

Entre los varones, un 69,7 por ciento participan activamente del mercado de trabajo. De las mujeres, sólo lo hacen un 48,1. En el Gran Rosario, un 63,9 por ciento de quienes tienen empleo son hombres, y un 43,8 por ciento son mujeres.  La tasa de desocupación es de 9% en las mujeres y de 8,4% en los varones. La diferencia más relevante está en el porcentaje de personas subocupadas, quienes trabajan menos de 35 horas semanales, donde el porcentaje de mujeres (14.6%) duplica al de los varones (7%).

“La gran diferencia entre las tasas de actividad de varones y mujeres, que supera los 20 puntos porcentuales para la población de edad central, parece indicar que la carga de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado que tienen las mujeres impide su incorporación al mercado laboral y las mantiene, mayoritariamente, lejos de la posibilidad de generar sus propios ingresos”, explican en el informe.

Y agregan que para las que integran el mercado de trabajo las condiciones laborales son peores que para los varones. “Se observa mayores niveles de informalidad en el trabajo femenino y menor remuneración promedio que reciben por su trabajo. En resumen, las mujeres tienen menos y peores empleos que los varones”, completaron.

La brecha

El informe refleja que en el mercado laboral no sólo hay menos mujeres, sino que están en puestos de menor calidad. La proporción de trabajadoras precarizadas es de 36% y la de varones de 27%.

“La proporción de mujeres que participan del mercado laboral es mucho menor a la de los varones y, además, tenemos proporcionalmente menos y peores empleos. Esto se evidencia en las mayores tasas de subocupación y desocupación y las elevadas tasas de precariedad laboral femeninas. También, es visible la brecha salarial entre mujeres y varones, que en el Gran Rosario se ubica alrededor del 35%”, dijo Durán.

La brecha aparece en el ingreso promedio que obtienen mujeres y varones por su trabajo en el mercado. En el Gran Rosario, el ingreso promedio en la ocupación principal de los varones supera en un 34,7% al de las mujeres. Es decir que por cada 100 pesos que obtiene un varón como pago, una mujer gana 65 pesos.

La cifra es 8 puntos porcentuales mayor a la del total nacional, donde la brecha de ingresos entre varones y mujeres ronda el 26,1%.

En el Gran Rosario, una mujer se lleva en promedio a fin de mes 10 mil pesos menos que un hombre. Si un sueldo promedio de ellas es de $19.690,50, el de los varones es de $30.146,90.

Más jubiladas

“El acceso a la seguridad social de las mujeres se extendió a partir de los planes de inclusión previsional, que significaron un histórico reconocimiento al trabajo no remunerado. A partir de estas medidas, pudieron jubilarse más de 200 mil mujeres en Santa Fe”, destacó Durán.

Hasta mayo de 2019, el 62,5 por ciento de las jubilaciones fueron para mujeres, de las cuales el 81.3 por ciento lo hicieron gracias a una moratoria.

El haber medio de las jubiladas es un 35 por ciento menor que el de los varones. En las pensiones, sucede a la inversa: las mujeres cobraron en mayo de 2019 un haber medio de $14.404 mientras que los varones percibieron un haber medio de $11.42, es decir, la brecha de ingresos existente fue de 26%.

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