Por Pulso Noticias
Nuestra ciudad es una triste y oscura muestra de la exclusión que sufre el sector travesti. Durante años el municipio y un sector de la sociedad civil se organizan para negarles cada vez más el derecho a trabajar, la persecución policial, la violencia, discriminación y el intento de cierre de las “zonas rojas” son políticas que no miran más allá, lógicas y decisiones políticas que no les importa qué otro trabajo pueden conseguir, en qué lugar no va a estar discriminada, cómo va a sobrevivir una chica trans en el marco de la opresión y la crisis.
Sin embargo, en la ciudad, el campo popular, compuesto por militantes y organizaciones políticas intenta también estar a la altura de esas circunstancias, principalmente desde los espacios feministas. Es en ese sentido y con esta historia que desde el colectivo Crianzas Disidentes se pensó la posibilidad de abrir una escuela primaria para adultos y adultas trans.
Se trata de un colectivo de personas que acompañan a sus hijos e hijas en “transiciones sexogenéricas”, es decir cuando empiezan a plantear una posibilidad de vivir con una identidad disidente. La idea de la escuela necesitaba un lugar y un punto de referencia y se llegó al Centro Cultural, Social y Poítico Olga Vázquez y el Bachillerato Popular Bartolina Sisa.
“La iniciativa llega por el entramada y tejido que hacemos les feministas a través de la historia”, explica Chana del sector de Géneros del Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional, el movimiento social que participa del Olga Vázquez. Y agregó que desde Crianzas Disidentes “empezaron a ver la posibilidad de construir una primaria trans para adultes porque caracterizan las situación problematica en que se encuentran las compañeras travesti y los compañeros trans”.
“La realidad del sector travesti/trans es bastante compleja: un contexto social muy expulsivo. Cualquier identidad que rompa con la identidad varón mujer es excluida incluso de la familia. La política de omisión del Estado que no garantiza el acceso a educación, salud, trabajo, vivienda, formación en general, hacen de estas compañeras un sujeto que está atravesade por muchas vulnerabilidades, exponiendolas a la marginalidad, encerrándolas a que su única salida sea la explotación sexual”, explicó.
La idea de la escuela tiene que ver con “habilitar una posibilidad más”: “Las compañeras saben que hay otras posibilidades pero que no son accesibles a ellas y la intensión de la escuela es que les de la posibilidad de pensar esa instancia”, dijo Chana. “Es necesario las políticas publicas del estado, como la aprobación de la ley de cupo laboral trans, garantizar el derecho al acceso a la formación es indispensable”, agregó Chana.
“Esto está pensado desde los sectores organizados del campo popular y de las disidencias, por eso tiene el deseo de que las compañeras y compañeros puedan encontrar otro camino posible”, finalizó la activista feminista.