Los alumnos que sufren bullying en las escuelas tienen en promedio un año de atraso en sus aprendizajes respecto a los que no padecen esta forma de acoso, tanto verbal como físico y poseen además un sentimiento de falta de pertenencia escolar, según un estudio del Observatorio Argentinos por la Educación
Estos alumnos, de acuerdo a las pruebas Pisa 2018, son los que alcanzan los niveles más bajos en Matemáticas, de acuerdo al documento elaborado por Alejandro Castro Santander, director general del Observatorio de la Convivencia Escolar de la Universidad Católica de Cuyo.
El educador aseguró que de acuerdo a sus estudios «entre los factores internos, uno de los que más influye en la calidad de los procesos educativos es el clima escolar y, paradójicamente, el que menos se gestiona al interior de las comunidades»
«Hoy debemos reconocer al bullying y al ciberbullying como las formas de violencia entre los estudiantes que más obstaculizan el buen desarrollo del clima escolar, por lo que la respuesta educativa debe ser compleja, multidimensional y perseverante», precisó el especialista
En las pruebas PISA el acoso físico se mide a partir de la frecuencia con que los estudiantes informan haber sido golpeados o empujados por sus compañeros en los últimos 12 meses.
Tanto en América Latina como en los países de la OCDE, los estudiantes que sufren mayor frecuencia de acoso (una vez por semana o más) logran resultados más bajos en la prueba.
En Argentina, la brecha de aprendizaje entre los estudiantes con mayor y menor exposición al acoso físico es de 41 puntos, equivalentes a un año escolar.
El maltrato verbal se mide a partir de las respuestas de los estudiantes acerca de la frecuencia con que sus compañeros han circulado rumores dañinos sobre ellos en los últimos 12 meses.
En Argentina la diferencia de aprendizaje entre los estudiantes con mayor y menor exposición al maltrato verbal es de 33 puntos, equivalentes a 0,8 años escolares.
Los estudiantes con mayor falta de pertenencia escolar obtienen resultados más bajos en la prueba PISA.
En Argentina, la brecha de aprendizaje en Matemática entre los estudiantes con menor sentimiento de pertenencia escolar y aquellos con mayor grado de pertenencia es de 67 puntos, equivalente a 1,7 años escolares.
«¿Es posible aprender sintiéndose incapaz? ¿Se puede confiar en quien enseña, en un ambiente de desamparo emocional? ¿Puede un niño o adolescente apropiarse de un saber cuándo le hacen creer que no pertenece a ninguna parte?», se pregunta María Zysman, directora de la Asociación Civil Libres de Bullying.
Para Zysman, «sentirse permanentemente en peligro, vivir al otro como una amenaza, necesitar y no encontrar un adulto protector, impide pensar y conocer. Un niño o adolescente angustiado se ve, definitivamente, comprometido en sus aprendizajes».
Pablo Mainer, presidente de la ONG Hablemos de Bullying, aseguró que «un buen clima escolar influye directamente en el desarrollo académico de los niños y adolescentes. En este sentido es fundamental el rol del Estado con respecto a algunas de las dimensiones del clima, por ejemplo la cuestión edilicia».