EL jueves 27 de febrero, durante la ceremonia por el 208º aniversario del primer izamiento de la bandera, fue presentada la escultura en homenaje al General Manuel Belgrano, realizada con chapa naval y acero templado, por trabajadoras y trabajadores del astillero Tandanor. Los artistas que diseñaron la obra, Oscar Mosquera y Eugenio Saux, estuvieron en Rosario y acompañaron el descubrimiento de la figura del prócer, a la orilla del Paraná.
La efigie fue donada a la ciudad de Rosario por el Ministerio de Defensa de la Nación en el marco del Año de Belgrano, y se instaló en el Parque Nacional a la Bandera, frente al Monumento y de cara al río Paraná, donde el héroe nacional enarboló por primera vez el pabellón nacional.
La obra fue confeccionada por obreras y obreros del Astillero Tandanor (donde se reparó el rompehielos ARA Almirante Irízar), y la dirección artística del proyecto estuvo a cargo de Oscar Mosquera y Eugenio Saux, dos experimentados artistas en el diseño y confección de monumentos históricos como la escultura de Rosas en La Vuelta de Obligado, el Barco en el Museo Nacional Malvinas es Islas del Atlántico Sur, y el de Almirante Brown en Casa Amarilla.
“Después de 4 años de sufrir, el Ministerio de Defensa de la Nación nos volvió a convocar, y encaramos este proyecto que fue explosivo. Lo que teníamos que hacer en 25 días lo hicimos en 8, el desgaste fue muy grande, pero fue una experiencia maravillosa”, contó Oscar Mosquera, artista metalúrgico.
Mosquera indicó que las trabajadoras y trabajadores del astillero se encargaron de elaborar la figura de base a partir de una sola pieza. “Yo estuve en el momento del corte y fue una cosa maravillosa. Después le echamos mano y ahora está la figura en pie”, señaló con orgullo el escultor.
La silueta mide 3,74 metros de ancho por 2,81 metros de alto y un peso mayor a 700 kilogramos, y se colocó sobre una base de 6,5 m3 de hormigón armado de alta resistencia para otorgarle estabilidad necesaria.
Está hecha de chapa naval de 16 mm y fue cortada de una sola pieza por el mismo pantógrafo que se utilizó, entre otras tareas, para la reconstrucción del rompehielos ARA Almirante Irízar.
“Fue muy significativo trabajar en conjunto con los obreros, colaboraron muchísimo, y además Tandanor es un astillero impresionante, es una lástima que haya quedado como quedó, la idea es recuperarlo porque realmente es para hacer cosas importantísimas”, expresó el artista sobre la tarea conjunta que llevaron a cabo con el emblemático astillero.
Una obra en contexto
Por su parte, el arquitecto Eugenio Saux, quien diseñó la escultura junto a Mosquera, explicó que una de las cuestiones fue “tratar de poner en contexto una obra así, porque no es específicamente una escultura, ni una obra a la que se esté acostumbrado. Por ahí, contemporáneamente, resulte más fácil leer imágenes planas que esculturas, pero, al hacer un mural en el aire, lo que se incorpora es el contexto”.
En este sentido, explicó: “No teníamos claro dónde iba a estar implantado, y la ubicación fue una sorpresa tremenda. Te encontrás de repente que no está en cualquier lugar, no lo pusieron en una plaza más”.
“Nosotros teníamos la idea de que Belgrano se vinculase más con el río, y desde el Ministerio querían que se viera desde los coches y que tuviera un vínculo con el Monumento, y de esta manera yo creo que quedó mejor de lo pensado”, indicó Saux.
Los artistas, que estuvieron presentes en el acto encabezado por el presidente Alberto Fernández, el gobernador Omar Perotti y el intendente Pablo Javkin, expresaron su admiración por la figura del héroe a la que rindieron homenaje.
“Belgrano es una bestia, o sea, perdón que me exprese así, pero Belgrano era ecologista, tiene textos sobre la protección de la naturaleza, el sol indígena, pensó la bandera como representación de la nacionalidad para unir a las tropas; fue un pensador único porque siendo abogado asumió el rango militar qué se yo, porque quería armar un país”, se admiró el arquitecto.
En tanto, Mosquera apreció que “Belgrano es un personaje que tiene perfiles que corresponden a esta altura de la vida. Estamos hablando de un pensador del mil ochocientos y pico, que pensaba en los años 2000, totalmente de avanzada».
El metalúrgico valoró la experiencia de poner manos a la obra con este homenaje. “Hacer esto para mí es parte de las cosas especiales de mi trabajo que me quedan muy grabadas. Yo hace 40 años que estoy en la plaza, y al hacer tantas cosas te van quedando guardadas pocas. Hacer un puente, un techo se hacen muchos, pero esto no te lo olvidas”, dijo.