Con 889 muertes en 24 horas, Italia alcanzó este sábado los 10.023 fallecidos por coronavirus, aunque registró una baja importante en los nuevos contagios. “Lamentablemente fallecieron 889 personas y hubo 3.651 nuevos casos de coronavirus”, anunció en conferencia de prensa el titular de la Protección Civil, Angelo Borrelli.
Así, los números muestran una leve baja respecto de las víctimas informadas el viernes (919) y un importante descenso con respecto a los 4.401 nuevos contagiados informados entre jueves y viernes.
Según Borrelli, los casos positivos actuales son 70.065, aunque el funcionario ya había planteado días atrás que «es verosímil» que la cifra real de infectados sea hasta diez veces superior al registrado oficialmente.
El número de personas recuperadas también mostró signos positivos, con 1.434 curadas en las últimas 24 horas frente a las 589 informadas el viernes.
“Si no se hubieran adoptado las medidas drásticas tendríamos otros números y la estructura de salud estaría en una situación más dramática”, planteó Borrelli al defender las restricciones de movimiento público que el gobierno italiano empezó a tomar desde el 11 de marzo.
Esta semana, Italia había registrado cuatro días consecutivos con leves bajas en el número de nuevos contagios, hasta que una suba de los casos en la Lombardía volvió a disparar las cifras el pasado jueves.
Mientras el premier Giuseppe Conte estudia cómo prorrogará las medidas de restricción que vencen el 3 de abril, Italia dispuso este sábado que todas las personas que lleguen deberán firmar una declaración jurada con motivo del viaje y lugar donde harán el aislamiento voluntario, además de someterse a un control de temperatura en la estación de llegada.
Con el foco contenido por el momento en el norte, donde se registran cerca del 85% de los casos, el gobierno italiano expresó su temor a que las medidas contra el Covid-19, que paralizaron el territorio, provoquen revueltas y saqueos en el sur del país, luego de que un supermercado siciliano fuera tomado por asalto por personas que quisieron salir sin pagar con los carros de compras llenos.
“Tengo miedo que las preocupaciones que están atravesando largas franjas de la población por la salud, el sueldo y el futuro se transformen en rabia y odio si perdura la crisis”, planteó el ministro para el Sur, Giuseppe Provenzano, en declaraciones al diario Repubblica.
“Hay áreas sociales y territoriales expuestas a cualquier aventura”, advirtió Provenzano, en medio de las medidas de cierre de toda industria no esencial que el premier Conte dispuso hasta por lo menos el 3 de abril y que ya confirmó que prorrogará esta semana.
“Hay que actuar rápido, está en riesgo el orden democrático”, planteó el ministro.
Las declaraciones de Provenzano se dan luego de que este jueves un supermercado de la cadena Lidl en la capital siciliana, Palermo, sufriera un intento de saqueos, según se informó en un comunicado en el que se detalló que «quince personas» quisieron irse sin pagar y debió intervenir la policía local.
Italia espera un pico de los casos de coronavirus para los próximos días, aunque no hay plazos para revertir las medidas que prevén la paralización de toda industria no considerada «esencial», el cierre de bares, restaurantes y negocios y la suspensión de las clases en escuelas y universidades de todo el país.