Desde que empezó la cuarentena Nicolás Martínez no para de moverse por toda la ciudad. Durante el día divide el tiempo entre el teléfono y la moto. Lleva pedidos de un lado a otro y en los huecos contesta llamadas, responde mensajes y organiza la grilla de encargos que llegan a Coopexpress, la primera y única cooperativa de cadetes de Rosario que nació hace casi 6 años como una alternativa a la precarización que es regla en el sector. En el medio de las corridas, desde la cooperativa piensan medidas de seguridad, comparten información, consiguen barbijos y alcohol en gel y se apoyan emocionalmente. A la noche, cuando a las 21 suenan desde ventanas, balcones y terrazas los aplausos para las y los profesionales de la salud, Nicolás atraviesa la ciudad vacía. Cruza ambulancias, patrulleros y, por supuesto, cadetes. En la ciudad son 10 mil las personas que en cuarentena hacen un promedio de 70 mil servicios diarios de delivery y cadetería. Cada vez que Nicolás piensa en por qué están la calle en el medio de la pandemia del coronavirus se repite: “Nuestro trabajo tiene una importancia social: somos un servicio esencial”.
Nicolás tiene 27 años, nació en el sur de Rosario y es el presidente de Coopexpress. Nunca se imaginó que una pandemia mundial iba a poner en evidencia la importancia del trabajo que hacen las y los cadetes y las malas condiciones en las que lo ejercen. “Hoy la gente nos agradece porque para muchos somos la única alternativa para acceder a un medicamento o comida en sus casas. Nos pide que nos cuidemos, nos dejan más propina y nos dan fuerza. Esperamos que cuando pase todo esto esa valorización que la sociedad hace de nuestro trabajo llegue a las autoridades porque los cadetes somos uno de los sectores más precarizados de la economía. Estamos en las excepciones de la cuarentena pero no tenemos convenio colectivo de trabajo y el 99 por ciento está en negro”, explica a El Ciudadano en un hueco entre pedido y pedido.
Trabajo digno
Coopexpress nació de una necesidad: buscar una salida a la precarización de quienes hacen delivery y mensajería en toda la Argentina. A fines de 2014 un grupo de cinco cadetes pensó en organizarse para tener normas propias que les permitieran que el trabajo cotidiano fuese más digno. Tenían un problema en común: ser cadetes significaba estar en negro, sin condiciones laborales y que el 50 por ciento de la ganancia se la llevara el patrón. Apenas la idea se concretó no fue difícil sumar personas. Quienes hacen cadetería se conocen de cruzarse en las calles y hablan a diario de las condiciones en las que trabajan. En poco tiempo la cooperativa creció y hoy tiene 55 varones y 5 mujeres asociados.
Coopexpress ofrece dos tipos de servicio. Por un lado, hacen delivery para unos 40 comercios y cobran por hora. Con la pandemia de coronavirus y el cierre de negocios los viajes bajaron a la mitad. Por el otro, hacen mensajería, es decir, llevar algo de un lugar a otro y cobran por envío. Este servicio explotó con la cuarentena y se multiplicó por 10. Hoy están haciendo un promedio de 200 a 600 viajes diarios. El 90 por ciento usa moto, el 10 restante bicicleta.
La cooperativa es la forma de asociación que encontraron para tener mejores condiciones. En asamblea definen dos veces al año el precio de la hora de delivery, que hoy está en 300 pesos, y el costo de la mensajería, que vale 100 pesos en el radio del centro y sube a entre 120 y 150 en otras zonas. También tienen un seguro en común para las motos y un convenio con una prestadora para tener un seguro de salud contra accidentes de tránsito.
Cuando Coopexpress empezó a funcionar todavía no existían las aplicaciones de celular que se volvieron populares en todo el mundo. A diferencia de estas plataformas digitales, en la cooperativa de cadetes el trabajo se distribuye de manera equitativa entre las y los socios a través de una grilla semanal. Hay quienes hacen media jornada y otros full time, dependiendo de si tienen otro ingreso o estudian. “Es una manera completamente distinta. Estas empresas promueven la meritocracia y la competencia entre quienes trabajan. Funciona pisándose la cabeza en un ranking y el que más le vende a la empresa tiene más trabajo. Nosotros promovemos el cooperativismo, juntarnos, tirar para el mismo lado y resolver los problemas que tenemos de manera colectiva. Y nos rinde mucho más. El dinero que gana el cadete es todo para él. No se lleva una multinacional o un patrón”, cuenta Nicolás.
Coopexpress no le escapa al mundo de las app. “Queremos desarrollar una aplicación. No estamos en contra de la tecnología, sí de estas empresas que se disfrazan de innovación tecnológica y vienen a precarizar aún más un trabajo que ya es precarizado. Los trabajadores de aplicaciones no tienen ni siquiera una oficina para golpear la puerta. Son empresas fantasmas. Nosotros queremos hacer una contrapropuesta y que se puede usar la tecnología en función de los trabajadores. Tenemos un proyecto armado que presentamos a la municipalidad porque no tenemos los recursos para hacerlo”, agrega el presidente de Coopexpress.
Por fuera del trabajo en la calle están las tareas de la cooperativa, que van desde organizar las grillas, gestionar los seguros, conseguir beneficios para las y los asociados hasta capacitaciones y formaciones en distintas temáticas. Por ejemplo, en los últimos tiempos las mujeres arman charlas sobre género para sus compañeros y ponen en debate la paridad.
Servicio esencial
Desde que empezó el aislamiento social, todos los días 10 mil cadetes hacen 70 mil pedidos en todo Rosario. Lo que importa de ese dato, explica Nicolás, es que en el medio hay 140 mil personas que no salen de sus casas.
Cuando la semana del 16 de marzo empezó a tomar fuerza la idea de implementar la cuarentena a nivel nacional en Coopexpress dieron el debate de qué hacer. “Discutimos si teníamos que trabajar o no por la importancia social que tiene lo que hacemos. Hay mucha gente mayor o que está en los grupos de riesgo que si no le llevamos los medicamentos de la farmacia no pueden salir. Como cooperativa promovemos la solidaridad y el compromiso. Decidimos estar al pie del cañón por más que eso signifique exponernos al contagio. Lo hacemos por una cuestión ideológica. Apostamos a una comunidad participativa en la que cada uno se haga cargo de su rol y entendemos que el nuestro hoy es imprescindible. Y la gente nos lo hace saber, nos lo agradece todo el tiempo. Eso nos impulsa a seguir trabajando”, cuenta.
Trabajar en tiempos de cuarentena implicó reorganizar las tareas, los horarios, la forma de cobrar y las medidas de seguridad. Pidieron insumos a la Municipalidad pero no tuvieron respuesta, por lo que hicieron un fondo común para comprar barbijos y alcohol en gel. También se capacitaron. Cuando llevan un pedido mantienen la distancia con la clientela. “Sabemos que estamos expuestos y están las posibilidades de contagio. Intentamos no entrar en paranoia y al mismo tiempo contenernos porque es un momento en que hay muchas cuestiones subjetivas en juego. A diferencia de los trabajadores de las aplicaciones que cada uno se arregla como puede, intentamos apoyarnos entre todos”, agrega.
Por el reconocimiento
Para Nicolás la pandemia del coronavirus debe abrir el debate sobre cómo trabajan las y los cadetes, que ascienden a 100 mil personas en toda la Argentina. “Esperamos que las autoridades reconozcan la importancia de nuestra actividad. Celebramos las medidas del gobierno nacional a nivel país y las acompañamos. De todos modos nuestro sector todavía no es reconocido. La mayoría de los cadetes está trabajando en malas condiciones. Los de las aplicaciones se arreglan como pueden, cada uno se tiene que conseguir el barbijo porque para las empresas son sólo un número”, explica.
La apuesta para él es a una salida colectiva que regule la actividad de todo el sector. “Nosotros armamos una cooperativa para paliar la precarización y nos pegó menos la crisis. Estamos mejor que el resto pero no alcanza. Seguimos siendo trabajadores precarizados de la economía popular sin derechos. La solución es que nos reconozcan a todos los cadetes como trabajadores y que se dignifique un trabajo que existe hace un montón”.
Cómo contactar a Coopexpress
Para el servicio de mensajería llamar al 3413052674 (Sebastián). El costo del viaje varía entre los 100 y 150 pesos dependiendo de la distancia. Para delivery contactar al 3416914108 (Gabriel) o 3415469411 (Nicolás). El costo es de 300 pesos la hora.