El músico argentino Charlie Tonelli, que vive desde hace dos años en Shanghái, relató que en esa ciudad china ya se levantaron las restricciones para concurrir a cines, museos y restaurantes y destacó que «el encierro está probado que funciona y acá con eso no jodió nadie».
Tonelli, ex directivo de importantes compañías discográficas y de canales de videoclips como HTV, llegó a Shanghái en 2018 junto a su pareja, que trabaja en un importante estudio de arquitectura.
El músico sostiene dos proyectos: The Hours Strange, banda que lidera junto a Jette Kelly, y Electriciennes, un colectivo internacional donde colabora con músicos de todo el mundo pero que desarrolla contenidos entre Estados Unidos y China.
A través de una videoconferencia, Tonelli puntualizó a la agencia de noticias Télam: «En China, cuando dicen todos a sus casas, se cierra todo. Es literal que se cierra todo. Cerraron una ciudad como Wuhan de 10 millones de habitantes o megalópolis como Shanghái con más de 24 millones de habitantes en apenas dos semanas”.
La pandemia encontró a Charlie y a su pareja de vacaciones entre Brasil y Estados Unidos entre fines de enero y principios de febrero, y a pesar de las noticias sobre la pandemia ambos decidieron volver a Shanghái. «Nos volvimos en marzo cuando ya estaban abriendo ciertas restricciones y el tema estaba pasando a Occidente. Tuvimos muchísima suerte de que estuvimos en Occidente cuando era el quilombo acá y acá cuando la epidemia afectó a Occidente. Lo que puedo decir es que China tiene una capacidad de actuar en este tipo de situaciones que no la tiene ningún otro país. Imaginate que estamos a dos horas de Wuhan y tuvimos nada más que 500 casos y seis muertes. La moraleja, si se quiere, es que por mucho que el encierro sea un embole, está probado que funciona. El tema es que acá, cuando se hace cuarentena no se jode, no sale nadie. Podía salir una persona cada tres días a comprar comida y eso es todo. Algo que pudo hacerse porque el Partido Comunista tiene desde el presidente hasta los gobernadores, alcaldes y un pibe en la puerta de tu edificio. Acá el gobierno chino cerró la ciudad, nadie fue a trabajar pero nadie dejó de percibir su sueldo», relató el músico.
Respecto de las medidas que dispuso el gobierno, Tonelli destacó una aplicación obligatoria: «Que tiene un código que puede ser verde, rojo o amarillo. Si en tu trabajo alguien dio positivo te sale el código amarillo, con lo cual te limita mucho la entrada. También puede servir para rastreo, yo me tomé un subte y con eso ya saben quiénes estuvieron en contacto en ese subte, los pueden ir a buscar y le ponen el código para que no sigan propagando. Cualquiera te puede decir que eso sirve para control de población y sí, es verdad. Acá hay cámaras en cualquier lugar que estés, por lo menos cinco, pero es la ciudad más segura que vi en mi vida, salgo a las tres de la mañana en bicicleta y jamás le puse candado. Eso lo podés ver desde la privacidad pero también cuando pasan cosas como el coronavirus y en una semana cerraste una ciudad y no pasó más nada».
Respecto de la reacción de los extranjeros en Shanghái, el músico contó que durante las dos primeras semanas hubo pánico y un cierto éxodo. «También tuvo que ver con que se dio durante el Año Nuevo Chino. Mucha gente ya estaba afuera y prefirió no volver a un país donde había un virus y estaba medio cerrado, pero hace dos meses el consenso fue que todo el mundo prefiere estar acá que en cualquier otro lugar. Tengo amigos norteamericanos que ni se les pasó por la cabeza volver a Estados Unidos. No sé de ninguno que haya decidido volver a consecuencia de esto», relató.
Respecto del sistema de salud pública, Tonelli detalló que tiene «un nivel altísimo de organización», y que los hospitales públicos «son grandes y son los mejores; la finalidad es que cualquiera tiene acceso a salud».
En la actualidad, en Shangái, los cines, parques y museos están reabiertos. «Todavía no volvieron las ligas de fútbol y de básquet que son las más importantes. Pero en general, casi todas las restricciones fueron levantadas. Lo que pasa es que en China cerraron las puertas a todo el mundo, no puede entrar más nadie», concluyó.